AL NATURAL

La trampa de Adolfo para abrir la temporada de Madrid


jueves 2 enero, 2025

Plaza 1 dibuja una corrida de Adolfo Martín para abrir temporada el 23 de marzo con casi seis años de edad.

Toro De Adolfo Martín
Un toro de Adolfo Martín en el ruedo de Madrid. © Luis Sánchez Olmedo

Sí, es una trampa, no le den vueltas. Por más que sea una corrida de toros del gusto del aficionado de Madrid; por más que haga no sé cuántos años que no se inicia campaña en Las Ventas con una corrida -sin ser Ramos o Resurrección-; por más que sea un tanto a favor de una empresa que pretende aportar un elemento nuevo al inicio primaveral de la temporada y por más que haya tres toreros dispuestos a hacer el paseíllo en la calle de Alcalá en el mes de marzo para enfrentarse a un corridón. La de Adolfo es una trampa disfrazada de oportunidad que ni siquiera la empresa podrá ofrecer a cualquiera para quitarse de en medio sus llamadas y sus ‘guasaps’. Expliquemos por qué.

Los grises que guarda Adolfo en Los Alijares para el 23 de marzo tienen casi seis años, la boca entera, el morro negro, la cara abiertísima y las intenciones aviesas, como corresponde a su edad. Tienen las patas duras para volver sobre ellas, el cuello largo para buscar los pies y esa mirada de loco que los toreros no pueden obviar cada vez que tienen que encarar un cite. Es verdad que alguno se puede equivocar, pero lo que dice la estadística es que ese tipo de toros, en Albaserrada, son un ‘regalo’.

Eso significa que la empresa -que será mejor o peor, pero no es estúpida- tiene que buscar a tres toreros con bagaje, con oficio y con arrestos, pero también con cierto aire de ‘pellizco’ que le dé al invento un atractivo mayor que el de ver a tres pobrecitos corriendo delante de los grises -y yo que pensaba que eso ya se había acabao…-. Si ponen a tres de esos, sin la preparación adecuada, sin la mentalización correcta y con la única intención de ir a dejarse matar, el espectáculo puede marcar ruina, porque es una corrida que, por edad, no podría lidiarse en San Isidro.

Pero esto hace que haya que ir a buscar matadores que ya no sean niños ingenuos o coletas desesperados por alcanzar esa tarde en Las Ventas que haga despegar su carrera. Y esos pueden asumir el reto o no, pero no lo harán gratis. Seguro. Si a mí me propusieran esa posibilidad, pensaría en dos factores fundamentales: que voy a poder matar esa corrida con la dignidad suficiente y que tengo amarrada en San Isidro la tarde buena que no podría alcanzar de otra forma. Porque sería esa, la de San Isidro, la verdadera ocasión de brillar; esta de marzo es la trampa que sirve de peaje para alcanzar la buena.

Habrá otra corrida de Adolfo en Feria. Incluso podría regresar a Madrid con otra en Otoño, pero la que inicia temporada es una trampa y un favor. Porque no estuvo el año pasado en octubre en Las Ventas y es por eso que ese encierro -que no se puede vender para otra plaza que no sea Madrid- siga pastando en Los Alijares. Hay que darle salida y esta es la oportunidad de hacerlo que han creado las mentes pensantes de Madrid. Al fin y al cabo, es abrir temporada con una corrida de Adolfo, iniciando un ciclo torista que dota de un interés bien fundamentado al inicio de campaña.

Es por esto que la corrida de Adolfo es una trampa. Que no pasa nada, pero serlo, lo es…