SEVILLA

Altibajos de una tarde sin premios


martes 2 mayo, 2017

No se llenó La Maestranza este Martes de Feria con un Morante que perdió premio del cuarto por la espada, el tremendo valor de Perera y el ímpetu de Javier Jiménez

No se llenó La Maestranza este Martes de Feria con un Morante que perdió premio del cuarto por la espada, el tremendo valor de Perera y el ímpetu de Javier Jiménez

EMILIO TRIGO / FOTOGALERÍA: ARJONA-PAGÉS

Un cartelazo
presentaba este Martes de Feria la plaza de toros de la Real Maestranza de
Caballería de Sevilla. Morante de la Puebla, Miguel Ángel Perera y Javier
Jiménez se enfrentaban, a partir de las seis y media en punto, a un encierro de
Hermanos García Jiménez.

Bonito astado el primero de la tarde. Recogido, bajo, armónico que remató en el burladero de matadores muy abajo. Partió el estribo. Morante recibió al abreplaza con delicadeza capotera. El cigarrero le enjaretó  un saludo marca de la casa que removió el albero maestrante. Se durmió a la verónica para deleite de los presentes. Justo de fuerzas estaba el de García Jiménez que se tambaleó varias veces, por eso el sevillano lo cuidó en varas y le interpretó un quite por tafalleras sin molestarlo. José Antonio Morante se lo llevó al tendido nueve, casi delante de la puerta de arrastre, por donde debió irse toda la raza del primero por las cercanías a ese dintel. Persistente el diestro de La Puebla del Río ante un animal de poco celo y muy baja raza. Algún detalle y poco más. Estocada y ovación.

Bajo, largo con cuello, corniveleto, estrechito de sienes, en definitiva  un toro de hechuras toreras al que Perera interpretó un bello saludo con el capote. Expresión a la verónica. Mientras en la lidia,  el segundo de la tarde marcaba tendencias a chiqueros con salidas hacia allí. Tras el piquero ls cuadrilla lo bordó en un tercio muy profesional. Perera se enfrentó a un toro manso, rajado a toda costa que no quiso peleas con el extremeño. Miguel Ángel se justificó con oficio pero cualquier lucimiento fue misión imposible. Por encima y estocada algo desprendida que lo tiró sin puntilla. Ovación. 

Bonito el tercero pero igual que su hermano el primero sin nada de poder. Un toro medio que se movía sin nada transmisión alguna. Javier Jiménez lo recibió con amabilidad a la verónica. Suavidad en el percal. Otro que no se pica y tan sólo cumple el trámite burocrático. Brindó el de Espartinas al respetable. Javier tuvo en frente un animal que no decía nada de embestida dulce, noble pero sin emoción palpable. Tuvo mérito el más joven del cartel que poco a poco fue sacando la poquita raza de su antagonista, más bien a cuenta gotas  con un toreo muy cadencioso y templado. Javier estuvo muy superior poniendo en liza lo que le faltaba al tercero y estructuró una faena de interés. Le faltó al astado finales y raza para que aquello caldeara mucho más. Sonó la música sobre todo por la templanza al natural del sevillano. Bien Javier con su primero. Pinchazo, estocada y ovación al canto.

Todo fue anodino con el cuarto en los tercios iniciales. Un toro carente de poder como los demás, con poca vida. Sin embargo en el último tercio Morante le sopló unos cuantos exigentes muy personales. De esos que pegan un pellizco en el interior. José Antonio con su magnífico estilo corrió la mano con zurda como un Trigo moviéndose al suave viento. Sensacional Morante a pesar de la poca continuidad  de su oponente. Torero y torerisimo el de La Puebla que mostró su enorme calidad con mucha entrega y sabiduría en dosificar tiempos y terrenos. Pinchó en los mismos medios y después cobró un pinchazo hondo. Ovación tras aviso. 

 

Importantísimo
fue el toreo de capote de Miguel Ángel Perera al quinto de la tarde, un animal
en la línea de sus hermanos al que dejó un soberbio quite por gaoneras. Tres de
ellas fueron con el cuerpo erguido pero los hombros relajados. Una auténtica
belleza del extremeño. Le respondió Javier Jiménez en un largo envite capoteril
por tafalleras. Entonó en la faena de muleta Perera, especialmente en las
primeras tandas. No era fácil domeñar la embestida del animal, ya que el toro
no se salía de la muleta. No se rebozaba el animal en la proposición firme del
extremeño, que acortó distancias como acostumbra cuando se le acabó el fuelle
al de García Jiménez. Finalmente, y tras pasaportarlo con la espada, fue
ovacionado ante un animal al que le faltó clase.

 

Buena
salida tuvo el sexto, al que Javier Jiménez mimó con mucho cariño desde los inicios
para que la calidad que atisbaba en su tranco la mantuviera durante toda la
lidia. Tras un tercio de banderillas vibrante protagonizado por un ovacionado «Algabeño”,
se puso directamente a torear Jiménez con un sentido del temple innato por
derechazos al animal. Y consiguió conectar el de Espartinas con la muleta
planchada, la figura erguida y la proposición en el mismo centro del redondel. No
terminó de romper el animal y Jiménez prosiguió intentándolo ante un toro ya
aplomado. Tras pasaportarlo con la espada, escuchó palmas.

 

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de
toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Corrida
de toros. Tres cuartos de plaza. 

Seis toros de Hermanos García Jiménez.

Morante de la Puebla, ovación y ovación tras aviso. 

Miguel Ángel Perera, ovación y ovación tras aviso. 

Javier Jiménez, ovación tras aviso y palmas.