JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: PALOMA AGUILAR
Era el sexto de esta tarde en Madrid, el toro con más peso
de toda la corrida, un tío por delante y por detrás, y justo en el momento en
el que los clarines tocaban al tercio de varas éste se le arrancó al caballo
que guardaba la puerta. Curro Robles se armó de valor para sacarlo de allí,
algo nada fácil si tenemos en cuenta que se jugó la vida a carta cabal por
tratarse de un toro no sólo de salida sino con el instinto mansurrón que
demostró en el capote de Caballero. Aunque Robles no estuvo bien con el tercero
en banderillas, sí arregló su tarde con este gran gesto.
Ese sexto llevaba por nombre «Agrio”, el más pesado de
la tarde con 610 kilos de peso. Curro Robles dio toda una lección plateada
parando al gordo animal cuando se fue al caballo que guardaba la puerta.
Finalmente recibió la vara en el caballo que montaba Manuel José Bernal. Buenos
pares dejó Miguel Martín, que no terminó de saludar al no cuajar la ovación. «Panadero”
se llamaba el tercero, de José Luis Pereda, número 66. Agustín Navarro se
encargó del tercio de varas del animal, que mostró un tranco frío. Miguel
Martín fue el lidiador de ese toro, al que le tuvo que corregir los defectos
fríos que el encaste Núñez lleva a cabo en los primeros tercios. Mejor en la
ejecución que en la colocación pareó Curro Robles, entrando en segundo lugar
Pablo Delgado dejando un par delantero. Muy atrás cayó también el tercer par de
Robles.
«Viajero”, número 126, era el primero de la tarde, muy
en el tipo del hierro de José Luis Pereda. Francisco José Quinta fue el
encargado del tercio de varas en primer lugar frente a un animal que mostró
bravuconería en el primer palo y luego llevó en todo momento la cara alta en la
segunda entrada. Magistral José Antonio Carretero dirigió la brega, entrando
Manuel Zamorano por delante con desparpajo y Pascual Mellinas en segundo lugar.
Al filo de las fuerzas se mostró el cuarto en el caballo de Héctor Piña, que
midió sus fuerzas, siendo rápidos los hombres de plata ante la lidia eficaz de
Manuel Zamorano.
«Arocheno” se llamaba el segundo de la tarde, castaño,
cinqueño con 508 kilos de. Entre las protestas del público, que protestó la
presentación del toro de salida, Juan Melgar picó a un animal que perdió las
manos antes de entrar al jaco. Efectivos y rápidos, sobre todo, anduvieron los
hombres de plata del vasco. No tuvo conexión el quinto ni dijo nada en el
tercio de varas que protagonizó Rafael Agudo, incluso tirando coces tras las
suertes. Diego Ramón Jiménez, de azul y azabache, entró por delante no clavando
el par, siendo efectivos en los siguientes embroques los de plata ante un toro
que se dolió en este tercio.