JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA:
PALOMA AGUILAR
Iván
García salvó la tarde del fracaso ganadero en la que estaba sumida. Su nombre
fue uno de los predilectos de la pasada temporada en las filas de plata,
lo ha vuelto a repetir en las ferias de inicio de la presente y se ha
consagrado este 1 de junio en Madrid. Tomó la dura y difícil decisión de
quitarse el vestido de oro tras la falta de oportunidades para volver a
placearse por las Ferias europeas al lado de Iván Fandiño en 2016 y de Cayetano
en la presente campaña. Y es un gozo para el toreo disfrutar con su
efectividad.
El madrileño ha encontrado su sitio. Si quedaba algún
resquicio de duda cuando en aquel mes de agosto anunciaba su cambio de
escalafón, este San Isidro –que está siendo su verdadera confirmación de
alternativa en su nuevo puesto- está refrendando que hacía falta su sangre
fresca aquí. Se desmonteró en el tercero, pero más allá de eso, las maneras de
Iván fueron las de un torero hecho y crecido ante las circunstancias.
Colorado listón era ese tercero, cuatreño, pitado por el
respetable, con un peso de 536 kilos. Luciano Briceño fue el encargado de picar
al animal, partiendo el toro la vara en el primer envite. Le echó la cara
arriba en la segunda vara, quitándose el hierro poniendo en aprietos a Briceño.
Le humilló al sutil capote de Joselito Rus, soplándole un espectacular par en
toda la cara Iván García en primer lugar. Impresionante fue el segundo par de
García, de poder a poder, andándole hacia atrás y desmonterándose junto con
Alberto Zayas. También importante fue cómo dejó Rus al toro en el burladero, con
una sutileza cuasi perfecta. Con el hierro de Juan Manuel Criado era el quinto,
«Náufrago”, herrado con el número 40, cinqueño, con el que Cayetano no
conectó de salida. Luis Miguel Leiro picó al animal, al que le recetó dos varas
antes de la lidia seria de Iván García y los pares efectivos de Joselito Rus y
Zayas.
No humillaba y tenía muy poco celo en su embestida el
primero, saliendo huyendo del caballo de Felipe López. Efectivo fue el primer par
de Antonio Chacón, al igual que el del tercero José Antonio Maqueda ante la
lidia de Ángel Gómez Escorial, que se estrenaba en Madrid como hombre de plata.
Cinqueño y con 556 kilos era el sexto, segundo toro del lote de Galdós, que
salió echando las manos por delante. Casi al relance entró al caballo de
Romualdo Almodóvar, que lo señaló solamente en la primera vara.
Cuatreño y de muy justa presencia para Madrid era el segundo,
pesando 538 kilos. Paco María se encargó del tercio de varas del animal, ante
un toro que acudió presto a la primera vara, pero luego tuvo instinto huidizo
hacia el caballo de Chocolate. Buena fue también la segunda vara, arrancándose
el toro con la cara abajo y aguantándole el empuje María. Llegándole mucho a la
cara al toro entró Jesús González «Suso” en el primer par, soplando con
fuerza el viento en el momento en el que lo lidiaba Rafael Rosa, que le dio
muchos tiempos al animal para darle oxígeno. Durante toda la ceremonia de
devolución de trastos los subalternos lo sujetaron de forma perfecta, aunque se
les fue antes del brindis. «Longaniza” se llamaba el cuarto, segundo del
lote de José María Manzanares, un toro de Juan Pedro Domecq número 37, negro
bragado meano nacido en enero de 2012, cinqueño, con un peso de 532 kilos.
Pedro Morales «Chocolate” picó al toro, dejando un buen primer encuentro.
Efectivos anduvieron los hombres de plata.