El toro bravo es el rey de la dehesa. Nunca hay que confundirse con la nobleza con la que el toro bravo se comporta en la distancia, ya que en cualquier momento puede sacar el temperamento que lleva dentro, sobre todo si te metes en la distancia corta: ahí el toro entiende que es su terreno. Por eso las imágenes en las que algunas personas aparecen dando de comer a algún animal bravo que no les ataca hacen flaco favor a la verdadera imagen de un toro bravo, y esa es la que mostramos a continuación.
Está protagonizada por un astado de la ganadería madrileña de Fernando Guzmán, que tiene sangre Santa Coloma vía Buendía y que está ubicada en las cercanías de la localidad madrileña de Cabanillas de la Sierra. Los fotógrafos colaboradores de Cultoro Ivi Martín y Pablo Ramos estaban tomando imágenes de la ganadería cuando, de repente, el toro cárdeno se arrancó contra la parte trasera de la pickup en la que se encontraban.
En un primer instante parece que al animal hace ademán de no atacar, pero en cuanto ve vía libre para poder llevar a cabo sus movimientos, los ejecuta. No quiere que nadie se entrometa en su terreno; no quiere que nadie le quite poder. La soberbia es una de las virtudes que los toros bravos poseen, ya que no toleran que ni sus hermanos de camada ni nadie extraño llegue a su jurisdicción, algo que muestra a la perfección este burel.
En este caso, ese toro estaba ‘caliente’ -como se dice en el argot taurino- porque había tenido varias peleas de territorio previas; tras ellas, los fotógrafos se acercaron a inmortalizarlo y fue entonces cunado se les arrancó.
La ganadería de Fernando Guzmán
La ganadería de Fernando Guzmán, como hemos citado, tiene sangre Santa Coloma vía Buendía, aunque últimamente ha refrescado nuevas generaciones de becerros con un toro Hernández Plá, dos toros de Adolfo Rodríguez Montesinos y hace dos años con un lote de vacas de la vecina ganadería de Flor de Jara.
Otros momentos de tensión similares con un toro bravo
Sin duda, si hay un vídeo similar célebre ese es el del toro de la ganadería extremeña de San Martín que se arranca a otro todoterreno que entró a su cercado para revisar su buen estado. El animal persiguió durante varios metros al todoterreno y acabó por arrancarse directamente hacia él.
Al conductor del vehículo no le queda otra opción que intentar hacerle un ‘recorte’, sabiendo de antemano que tiene que aguantar la primera embestida que el astado propina contra la zona del asiento del acompañante. En ese momento, arranca ya sí de frente y logra huir de la presencia del animal, que aguanta durante varios segundos la velocidad que tiene el 4×4. Finalmente, el toro se para y todo queda en un susto.