La tauromaquia ha perdido este domingo a uno de esos personajes que la hacen grande. El padre Luis Fernando Valiente, natural de Coria y radicado en la localidad de Aliseda, donde desempeñaba su ministerio, partía para siempre en un viaje eterno que dejaba inconclusas las ilusiones del sacerdote, quien entrenaba con pasión para torear en público en una fecha que nunca se definió.
El sacerdote no se presentó por la mañana a la misa dominical, lo que no era normal para sus allegados, que se preocuparon por él y fueron a su casa, en la que residía solo, para encontrarlo muerto. Efectivos de la Guardia Civil y la Policía Local acudieron al domicilio junto con los padres del sacerdote, quien contaba con 43 años de edad. El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Cáceres, donde se le practicará la autopsia mañana, lunes.
El Cura de Aliseda borda el toreo como Aficionado Practico en el Partido de Resina, antes de Pablo Romero. pic.twitter.com/x58DWrQVrv
— JóvenesTaurinos (@AficionTaurinos) July 12, 2020
Un sacerdote que se ganó el cariño de los aficionados y profesionales taurinos
Célebre por su presencia en los acontecimientos taurinos más destacados, siempre ataviado con su sotana, se ganó el cariño de los profesionales y los aficionados por el respeto con que se acercaba a lo que era su pasión y la ilusión por conocer los misterios del toreo y a los personajes que los hacen posibles. De hecho, tenía un gran proyecto en la cabeza, que era escribir un libro bajo el título ‘Jesucristo y el toreo’.
Para ello habló con personajes históricos, visitó lugares no menos legendarios -como la tumba de Manolete– en los que buscaba la presencia de Dios y su vinculación con el toro. Estuvo presente, además, en la habitación del matador salmantino Domingo López Chaves antes de torear en Las Ventas el pasado mes de octubre, y allí rezaron los dos antes de que Mingo se jugase la vida.
Entrenaba con Jesús Talaván en Plasencia
Personaje agradable, cordial y entrañable, entrenaba a menudo en Plasencia con el banderillero Jesús Talaván y se maravillaba de los milagros que ocurren en el toreo y con las gentes que lo engrandecen. El último, el joven Marco Pérez, en quien descubrió al niño que había dentro de un torero grande.
La redacción de CULTORO quiere transmitir sus condolencias a la familia y a los amigos del sacerdote. Descanse en paz.