ENTREVISTA

Antón de la Puerta (Lagunajanda), un ganadero sin pelos en la lengua: «No tengo toros válidos para Parque Jurásico»


martes 21 diciembre, 2021

El ganadero de Lagunajanda, Antón de la Puerta, habla en una amplia entrevista de la situación del campo bravo y de las posibles soluciones a lo que está ocurriendo.

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El ganadero de Lagunajanda, Antón de la Puerta. © A. P.

Las lluvias de este mes de diciembre por fin están dándole algo de color al campo bravo. Tras un otoño muy seco, parce que la llegada del invierno está trayendo el tan ansiado maná a nuestros campos y dehesas. En la mítica finca Jandilla, en Vejer de la Frontera (Cádiz) se crían los toros con el sobrenombre de ‘Lagunajanda‘. Se trata de una dehesa rica en pastos que junto a ‘El Horcajo’ dan cobijo a las vacas de vientre, sementales, así como a los toros de saca y al resto de animales que componen la divisa gaditana.

Hablar de Jandilla es hacerlo de una de las fincas más emblemáticas del campo bravo. Junto a la laguna de La Lajanda nacieron un ramillete de ganaderías históricas del campo bravo. Mora Figueroa, eslabón esencial del toro bravo; allí también se le dio su sitio a un hierro que tras el paso de los años sigue en todo lo alto y que dio simiente a un número enorme de ganaderías, el de Juan Pedro Domecq. Muy cerca de allí convivieron con ganaderías de gran solera como el de Carlos Núñez. Esta zona tan próxima al mar ayudó a afinar al toro, dándole una morfología acorde al toro en tipo.

De Juan Pedro Domecq a Jandilla, de Jandilla a Lagunajanda. Tras hierros unidos por una misma raíz. Los animales de la divisa roja y blanca -aquí los colores sí importan- pastan en tierras que siempre olieron a toro bravo, a caballos, faisanes y liebres. Aquí pastan toros con sangre Salvador Domecq, y a ellos les dedica todo su tiempo y esmero Doña María Domecq Sainz de Rozas, hija de Don Salvador, baluarte de la casta dentro de la familia Domecq.

María es madre de dos hijos, Antón y Salvador. Ambos comparten una misma pasión, el toro bravo. En esta ocasión hablamos con Antón; queremos saber como están llevando la problemática de la pandemia en Lagunajanda, qué armas están usando para combatirla en su faceta, así como conocer de su puño y letra cómo ve la tauromaquia actual y cómo cataloga a ciertos depredadores, con piel de cordero, que esperan ocultos y escondidos en la maleza para intentar asestar por detrás su golpe de gracia a la tauromaquia.

Antón es un hombre sin pelos en la lengua, un hombre que tiene claro el tipo de toro que quiere y hacia donde llevaría la ganadería familiar, pero esto como el dice el es cosa de equipo, aquí no existen los versos sueltos. La unión hace la fuerza, y más en tiempos tan controvertidos como estos en el que se pone en duda nuestra forma de vida. Esa en la que al hombre de campo se le da la espalda por parte de los animalistas de asfalto.

Habla el ganadero de Lagunajanda: «La tiranía que el mercado libre ejerce sobre las ganaderías que se mantienen exclusivamente por afición»

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Antón de la Puerta, en un tentadero. © A. P.

Antón, vivimos unos momentos muy complicados por culpa del COVID. Pese a que se va viendo la luz, ¿Cómo afectó la pandemia a vuestra casa?

Desde el punto de vista de salud personal no nos ha golpeado con dureza (incluyo en “vuestra casa” a los intregrantes de Lagunajanda, tanto familiares como colaboradores). Algún contagio entre los más jóvenes como era de esperar, pero sin consecuencias más allá de los confinamientos preceptivos. A nivel económico nos ha penalizado en Lagunajanda porque nos ha cogido con cierto sobredimensionamiento ganadero. Me gusta quedarme con que, al menos, nos ha obligado a ciertas reformas en cuanto a dimensión que, personalmente, venía persiguiendo desde hacía tiempo y no conseguía que se aprobara en circunstancias “normales”. Este tipo de situaciones te quita la venda de los ojos y te da un baño de realidad. Aún creo que para llegar a la dimensión ideal para nuestro objetivo haría falta un recorte adicional de un 20% en vacas de vientre hasta quedarnos con 100.

PREGUNTA- Esos momentos de dificultades que vivisteis los ganaderos en plena pandemia, ¿os hizo cambiar vuestra idea de ganadería?

RESPUESTA- Institucionalmente, Lagunajanda sigue siendo la misma, excepción hecha de la dimensión. Esto nos obliga a hilar más fino en la selección, aunque nos libera en cierto modo de la tiranía que el mercado libre ejerce sobre las ganaderías que se mantienen exclusivamente por afición y tradición.

Dicen que tras una crisis se sale más fuerte, que quedan los que de verdad tienen que quedar, ¿cómo afrontáis la salida del túnel? ¿A que os agarráis?

Bueno, no estoy demasiado de acuerdo en que quedan los que de verdad tienen que quedar. En realidad quedan los profesionales y los que quieren (y pueden) costear una afición cara, a la que si no le aplicas criterios estrictos de racionalidad, te puede llevar a la ruina. Dicen que los vicios que pueden llevar a un hombre a la ruina son el juego y las mujeres; yo añado a la ganadería brava cuando la pasión se descontrola y se convierte en vicio. En cuanto a salida del túnel, este tipo de situaciones extremas deben servir para mostrarte qué lugar tienes en el mercado, y con arreglo a qué criterios cuantitativos y cualitativos debes ‘gestionar’ tu ganadería. El que no sea capaz de verlo y siga anclado en el romanticismo puro y duro está condenado al fracaso. Por eso nos agarramos a la realidad. Estamos en un sector perseguido que están intentando destruir desde fuera, dividido por dentro porque cada cual mira sus intereses a corto plazo, y en el que casi nadie aporta soluciones más allá de las consabidas y repetidas como si fueran la marmita de poción de Astérix y Obélix.

Según comentan los veedores vamos a tener escasez de toros de plaza de primera en 2022-23 debido a la reducción de cabezas de ganado durante la pandemia. ¿os ocurre eso en casa?

Nuestro enfoque en Lagunajanda es a tener cuatro (cinco a lo sumo) corridas de toros cada temporada. Dentro de eso, este año tenemos 8 o 10 toros que compondrían una corrida espectacular para una plaza importante, pero válidos para «Parque Jurásico» no tenemos (este año).

«¿Por qué los seis toros tienen que seguir siendo de la misma ganadería?»

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Antón de la Puerta, con su madre María Domecq. © A. P.

Esa reducción de toros de plaza de primera puede conllevar dos vías: o bien anunciar otras divisas en buen momento que por ‘h o por b’ no tenían opción a entrar, o bajar el toro y amoldarse a los que hay en el campo. ¿Cuál ves más fiable?

Me resisto pensar que no hay toros con trapío suficiente para plazas importantes en el campo. Puede ser que no haya toros como los que se han estado lidiando años atrás, fuera de tipo, mastodónticos y con romanas descomunales, pero seguro que hay toros en el tipo de cada ganadería, con trapío y presencia que darían grandes tardes de toros. Por otro lado hay que variar un poco el formato. ¿Por qué los seis toros de la misma ganadería? ¿Por qué no se fomentan los desafíos ganaderos… incluso de distintos encastes? Tres toros de dos ganaderías o dos toros de tres ganaderías. Evidentemente son preguntas retóricas.

Los costes de producción suben, las materias primas suben… todo parece no tener techo, a excepción del precio del toro, que baja, ¿hay salida?

Claro que hay salida. Conozco a más de dos y de tres que han cambiado el ganado bravo por el manso; a los tres vaqueros por uno que arrea las vacas con una chivata y vende los becerros al destete; los número rojos por azules; el romanticismo por el pragmatismo… y la ilusión de mantener una tradición e ilusión que llevan incrustada en sus genes por la monótona y aburrida tranquilidad que da un aburrido vaco manso. Pero lo han hecho porque las circunstancias familiares o económicas no les han dejado opción. El mercado es implacable (como debe ser) y si no tienes respaldo económico o unidad de criterios en las decisiones, te expulsa. Por otro lado tenemos que preguntarnos por qué el precio del toro es el que es. Solo hay que coger el escandallo de una corrida de toros y analizarlo. A partir de ahí hay que innovar los formatos de los espectáculos, reorganizar la normativa para reducir gastos, modificar aquello que aleja al público potencial de los espectáculos (el pagano, que es el que mantiene esto)…

«¿Hora de levantarse por parte del sector? Hace años que vamos tarde»

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Otra imagen de Antón de la Puerta con su madre María Domecq. © A. P.

Vemos cómo por parte de las administraciones se ningunea al ganadero, así como un gobierno al que el toro, al que supuestamente defiende, no le importa nada. Llevamos mucho tiempo dormidos, ¿es hora de levantarse?

¿Hora de levantarse? Hace años que vamos tarde.

Por parte de la Junta se habló de ayudas hacia los ganaderos de bravo, pero vemos cómo desde el gobierno se le da la espalda y se le pone el pie en el cuello al ganadero. ¿Habéis recibido algún tipo de ayuda?¿Qué opinas de este gobierno?

Las ayudas en este tipo de situaciones extraordinarias en las que se cierra el mercado siempre son insuficientes. Las recibidas son meros parches aunque consiguen animarnos a no echar la persiana y que se pierdan los puestos de trabajo. En cuanto a mi opinión del Gobierno, institucionalmente (como Lagunajanda me refiero) no te puedo contestar por razones obvias; personalmente te diré que mis padres me educaron razonablemente bien, y me dijeron que si no tenía nada bueno que decir de alguien mejor me callara… pero bueno, con esta respuesta he gritado mi opinión.

Los toros son apolíticos, pero continuamente vemos como unos partidos cogen la bandera del toro y otros la pisotean, ¿te duele tanta demagogia?

Entiendo que esta pregunta me la haces a mí como persona y no como Lagunajanda. Así que te voy a dar mi opinión personalísima (repito que las instituciones no hablan de esto). Efectivamente los toros son apolíticos, pero los integrantes del mundo del toro no lo son… o no lo deben ser.

«De La Puebla del Río ha salido quien reivindica un posicionamiento claro y desinteresado en cuanto a nuestra Fiesta»

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Antón de la Puerta, tras una jornada de caza de faisanes. © A. P.

Tradicionalmente ha pasado con los toros lo mismo que con tantas otras tradiciones, valores o hitos; los han utilizado en función del número de votos que les podía generar.

Afortunadamente ahora el tema está cambiando. De las entrañas de la Fiesta (bueno, concretamente de La Puebla del Río) ha salido quien reivindica un posicionamiento claro y desinteresado en cuanto a nuestra Fiesta en particular y el mundo rural en general. Y se apoya en un proyecto que defiende nuestras tradiciones, nuestra historia, nuestra familia, nuestros valores… sin  miedo a nada ni a nadie. Esto está haciendo que otros se quieran aprovechar del tirón y se suban al carro, pero la sabiduría popular que siempre ha atesorado nuestro mundo rural tiene muy claro quien está con ellos. Este desplante del maestro (unido a otros gestos que lo inscribirá en la historia como una figura de época) está llenando de ilusión al mundo bravo, y ganando adeptos para ese proyecto cada día que pasa. ¿Hace falta decir más?

Por último, vemos cómo a un sector de la sociedad así como de políticos o asociaciones se les llena la boca con la defensa del animal y con la barbarie que consideran una corrida de toros. Sin embargo no bajan al barro y ven de primera mano lo que es una ganadería de lidia y todo lo que conlleva. ¿Qué les dirías a todos esos falsos animalistas que viven a costa de las subvenciones sin dar un palo al agua?

Ese tipo de gente habla desde la osadía del ignorante. Son acólitos del Nuevo Orden Mundial que pretende humanizar a los animales, lo cual es una barbaridad (bárbaros llamaban a los mongoles que trataban mejor a sus ponys que a sus mujeres). Todo está orquestado para estandarizar a la población de manera que comulgue con los postulados de los señores del Club Bilderberg. La mejor manera de combatirlos es a través de la formación, la actitud crítica y la práctica del librepensamiento. Para ello es importante estar formados e informados, y si de toros hablamos, creo muy importante conocer este animal en profundidad. Para ello, a los falsos animalistas y a los aficionados taurinos, les diría que pidan a los Reyes Magos el libro del veterinario Julio Fernández Sanz -presentado recientemente en la Real Maestranza de Caballería- «Descubriendo al toro de lidia». Sinceramente te hace ver qué poco conocemos de las motivaciones y biología de este animal. Nunca se para de aprende.

Y así terminamos la entrevista al ganadero de Lagunajanda deseándole la mejor de las suertes para la próxima temporada.