EDITORIAL

Si la empresa de La Maestranza no gana dinero con dos llenos y ‘un tres cuartos’, igual hay que pensar en cambiar el sistema


jueves 17 noviembre, 2022

El empresario de La Maestranza da por bueno el resultado de San Miiguel porque "no se ha perdido" con tres entradas para hacerse rico

Tendido De Sevilla (1)
Una tarde de lleno en La Maestranza. © Emilio Méndez

Tenemos que pensar -ahora que llegamos a las fechas del Mundial de fútbol que hay algo que no funciona en el equipo que dirige Ramón Valencia a la orilla del Guadalquivir. Tenemos que pensar que algo falla en los entresijos y porcentajes, que alguna mala decisión se tomó a la hora de encarar el campeonato que supuso la pasada Feria de San Miguel. Debemos pensar algo así. Porque pensar otra cosa supondría presuponer una inutilidad manifiesta en la empresa de Sevilla, y sabemos que Ramón Valencia podrá ser muchas cosas, pero tonto no es. Y tampoco un inútil.

El empresario de la segunda plaza del mundo se ha desmarcado con unas declaraciones que aseguraban -con orgullo- que no se había perdido dinero en la feria de San Miguel, en la que se colgaron dos carteles de ‘No hay billetes’ y hubo otro festejo con casi tres cuartos cubiertos. En cualquier espectáculo que se precie, esas son afluencias para ganar el campeonato, y no para empatar y mostrarse contento. Porque un empresario debe ganar dinero con los espectáculos que programa para que esos eventos mantengan una buena salud. Si no es así, la propia realidad acortará su vida. No hay más.

Esta no es la primera vez que Ramón Valencia se refiere en estos términos a los espectáculos que programa. Incluso puso números una vez a las pérdidas de un Domingo de Resurrección: ¡96.000 lereles! A plaza llena y con la entrada más barata a 28 euros en la punta de arriba de un gallinero a la solanera perpetua. Porque los toros en Sevilla no son baratos, pero eso debería valer para que cuadrasen los números de una forma más positiva. Porque si no es así, algo se está haciendo mal. Muy mal cuando organizar un festejo que dispara la reventa le hace perder al empresario casi 100.000 euros.

Claro que hay que tener el riñón bien cubierto para asumir esas pérdidas o muy seguro de que esa pasta se va a recuperar después. Pero si los llenos no nos hacen ganar las ‘perras’, ¿cómo le explicamos al aficionado que el beneficio se obtiene con las medias entradas? ¿No será que hay algo muy malherido dentro de un sistema que ya está absolutamente obsoleto? ¿No será que es inminente una revisión total de los profesionales para hacer viable un espectáculo al que están desangrando las obligaciones que se firmaron cuando andaba muuuuuuuuuuucho más boyante?

Lo que está claro es que escuchar las declaraciones de don Ramón desaniman al más pintado, pero luego su proceder implica que no hay problema alguno dentro de una empresa solvente y que, por tanto, gana dinero, Si no fuera así, ¿cómo se explica su perseverancia en explotar La Maestranza? Vamos a pensar que su insistencia en ‘palmar’ en el Baratillo proceda de su tremenda afición al toreo y su interés en apoyar la grandeza de La Maestranza. Pensémoslo y aboguemos por cambiar el sistema; porque lo contrario implicaría pensar que el entrenador no está diciendo la verdad…