SOCIEDAD

José Tomás y Sabina: el verdadero origen de la relación entre el torero y el artista que se consumará en el nuevo documental


lunes 21 noviembre, 2022

La amistad de José Tomás y Sabina va mucho más allá de la admiración que se profesan en el campo de los artistas: se afianzó aquella tarde del 24 de abril del año 2010 en Aguascalientes en la que el diestro de Galapagar sufrió una gravísima cornada.

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José Tomás, en Nimes. © M. A. H.

José Tomás y Sabina. Sabina y José Tomas. Dos nombres, dos hombres, dos artistas que comparten mucho más que su amor por aquello que hace el otro. Ambos son creadores; torero, cantante y compositor, quienes desde hace años se profesan una admiración que con el tiempo tornó en una mistad sincera que les mantiene unidos pese a los vaivenes del tiempo.

De José Tomás sabemos poco porque su vida está bajo el paraguas del misterio y del oscurantismo informativo, mientras que de Sabina sí tenemos a la mano conocer por donde respira. Profusos toreros de mano izquierda, ambos emocionan con aquello que hacen. Uno ha sido, es y será torero, el otro siempre soñó con serlo, pero se tuvo que conformar con escribirles a aquellos que se juegan la vida delante de un animal bravo.

Esa amistad ha llevado a Joaquín a estar presente en innumerables corridas del astro de Galapagar. Su reaparición en Barcelona, la tarde de las cuatro orejas en Las Ventas, Linares, Valencia, La México…. pero hubo una que marcó al genial artista jiennense. Esa fue la tarde en la que Navegante casi acaba con la vida de José Tomás. Un 24 de abril del año 2010 que supuso un antes y un después en sus trayectorias.

Así lo contaba el propio Joaquín Sabina en El Hormiguero hace unos días: «Estar tan cerca de la cogida, que la rodó -refiriéndose a Fernando León de Aranoa, que ha estado en los últimos tres lustros acompañando a Sabina y también en aquella tarde estaba junto a él- era impresionante, pero me acuerdo que cuando salíamos de la plaza, porque le habían dado esa cornada tremenda, los altavoces decían que hacía falta sangre, que hacía falta gente. De hecho, Jimena -su mujer- se fue a donar sangre».

«Yo me quedé en eso que se ve -en el documental- cantando De Purísima y oro hecho mierda«, ya que aparece en el camerino preparándose para el posterior concierto que tenía que protagonizar en la misma ciudad de Aguascalientes. Momentos de gran dureza que quedan reflejados en dicho documental que ya se puede ver en los cines de todo el país.

Manolete, el nexo de unión entre Sabina y José Tomás

Manolete
Manolete, según el artista Pérez Indiano. © P. I.

2007 fue cuando la escritora Carmen Esteban publicó el libro ‘Lupe, el Sino de Manolete‘, y cuando se dieron cita en la misma mesa dos amigos que se declaraban fervientes admiradores del Monstruo de Córdoba. Tanto para José Tomás como para Joaquín Sabina, la figura del torero cordobés es tan alargada que incluso 80 años después de su muerte aún sigue vivo. Esa admiración por el mito que le llevó a Sabina a contar una historia poco conocida por el gran público sobre JT: «El día de aquella cornada a José Tomás en Madrid, él salió de un hotel donde también iba Manolete; hotel Victoria, el cual ya no es hotel de toreros, lo compraron unos gringos«.

Una relación entre ambos que va mucho más allá de torero y cantante, ya que se han fortalecido unos vínculos, unos lazos entre ambos que les hacen considerarse grandes amigos. Ambos sufren y disfrutan a partes iguales cuando sobrevuelan los fantasmas. Ahora que se estrena este documental, el toreo sale a escena, porque Joaquín tiene mucho de torero, aunque su valor no le diera más que para dar verónicas y naturales al viento.