ENTREVISTA

Juan del Álamo se sincera sobre lo que le ha ocurrido: «Decidí colgar el traje por un tiempo, reciclarme y volver a reencontrarme»


sábado 10 diciembre, 2022

Charlamos con Juan del Álamo tras unos años en el banquillo: ahora, de la mano de Lázaro Carmona busca relanzar su carrera.

Juan Del Alamo
Juan del Álamo. © Miguel Hernández

Juan del Álamo es de esos toreros que sin saber muy bien como han quedado orillados por el sistema tras una pandemia que sacudió a un gran ramillete de diestros de una forma brutal. El salmantino busca volver a reencontrase, tener esas oportunidades que no le han dado las empresas tras ser uno de los toreros más demandados por la afición salmantina. Aquí no cabe darse coba: el tren pasa, y si titubeas, te quedas en tierra.

Ahora, de la mano de Lázaro Carmona buscará empezar de cero tras un 2022 en blanco. Un torero que tiene como principal objetivo el volver Las Ventas que se rompió tantas veces con él. A la puerta grande conseguida el 8 de junio de 2017 se suman ocho orejas más cortadas consecutivamente durante los años 2013 (tres), 2014 (dos), 2015 (una) y 2016 (tres), sin duda un bagaje que ha debido de tenerse en cuenta en los años posteriores.

Por ello y más cosas nos citamos con el torero salmantino para conocer cuáles son los primeros pasos a dar en esta nueva etapa, así como el objetivo marcado de cara a la temporada venidera. Un 2022 que vivió condenado al ostracismo viendo como el resto de sus compañeros buscaban ese anhelado triunfo que el ya tocó con las manos tantas veces

El traje de luces de Del Álamo sigue colgado desde la tarde del 13 de septiembre de 2021, en Tordesillas, cuando toreó la última corrida de toros junto a Manuel Escribano y a Román, ahora toca resetear la mente y no pensar en las piedras que hubo en el camino, algo que por desgracia le pasa a gran parte de sus compañeros. Hay que mirar por uno mismo y saber que el trabajo lleva consigo el triunfo y la oportunidad de sentirse torero.

Pese a todos los problemas que ha tenido durante estos años unidos a una pandemia que lo dejó postrado en un rincón sin saber muy bien cómo, nunca se ha planteado abandonar ni tirar la toalla: «Han sido meses muy duros. Decidir apartarme y ver como pasan los meses sin que mi nombre suene es muy difícil, no lo voy a negar. Me quedé sin apoderados, no logré el triunfo que necesitaba en Vistalegre y a partir de ahí todo se puso cuesta arriba. Es verdad que no perdí la ilusión al 100%, pero viendo como se presentaba la temporada de este año me planteé dejar un año sin torear, reciclarme y ver todo desde otro punto de vista. Creo que lo necesitaba, y ahora creo que acerté».

«Este año solo he toreado dos festivales porque me lo pedía la cabeza y el corazón. Necesitaba de esas tardes también para recuperar las ilusiones. Decidí no luchar por verme anunciado en corridas de toros porque estaba solo, descansé para para tener la motivación y la ilusión que un torero debe tener siempre cuando se pone el traje de luces.  No quise engañarme a mí mismo, el año no estaba para mí, y decidí colgar el traje por un tiempo, reciclarme y volver a reencontrarme. El silencio del campo sí lo he disfrutado, y esos dos festivales para sentirme torero, que es lo que me da la vida» le explicaba a María Fuentes el torero salmantino.

Pese quedarse en un segundo plano y ver los toros desde otro lugar hubo un pellizco que le encogió el corazón, esa plaza donde tantas veces ha puntuado se olvidaba de él: «Lo que más dolió fue no lograr torear en Madrid. Un zarpazo y un rechazo a una regularidad incuestionable y una puerta grande conseguida el 8 de junio de 2017. A ese rotundo triunfo, se suman ocho orejas más cortadas consecutivamente durante los años 2013, 2014, 2015 y 2016, pero prece que no era bagaje suficiente para volver el pasado año».

Tras tomar la alternativa en una de las plazas más importantes de nuestra piel de toro, su carrera estuvo marcada por los triunfos diarios, esos que le fueron abriendo las puertas de distintas plazas, cada año era empezar prácticamente de cero, Francia, Santander, Salamanca y Madrid han sido sus bastiones. Como nos relataba, el no ser llamado por Plaza 1 fue un duro golpe: «Quedarme fuera de Madrid me partió en dos, eso a nivel personal me afectó, me dolió mucho, y profesionalmente más. Los triunfos allí en toda mi trayectoria son los que me han abierto las puertas del resto de plazas, con esa afición tengo una buena sintonía, siempre he encajado, para mí era necesario estar en Madrid y creo que ese público también necesita toreros como yo. En Las Ventas he entregado todo, y por eso me he ganado el respeto de la afición, de ahí que me doliera tanto que me dejaran fuera a la primera de cambio, sin explicaciones. Llamé yo personalmente a la empresa y no hubo contestación, no lo merecía», confiesa.

Otro zarpazo que recuerda también con dolor fue el verse apartado de La Glorieta, su plaza, la que tantos triunfos ha logrado: «Ya quedé fuera de la Feria en 2020, que hubo toros, habiendo triunfado en 2019, pero siendo sincero, lo de Salamanca puedo hasta entenderlo porque hay pocos días, y es verdad que venía de un año sin sonar fuerte y sin torear en las plazas importantes, pero eso no quita el dolor porque es una plaza en la que siempre he triunfado. Es mi plaza, mi ciudad, mi gente en los tendidos, es siempre especial”.

Ahora esta nueva etapa junto a Lázaro Carmona debe llevarle poco a poco a encontrar ese camino, ese redil del que le sacaron sin saber muy bien como: «Ahora me encuentro muy bien, motivado e ilusionado. He encontrado un apoderado con ganas de luchar por mí en los despachos, es una persona leal, profesional. Somos realistas de que no va a ser fácil, porque la situación está como está, para el toreo en general y para mi situación en particular. Va a ser complicado, lo sabemos, pero estoy ilusionado y renovado.  Este parón me ha servido para saber quién soy, no he perdido la esencia de mi toreo, pero de cara a la próxima temporada se va a ver un Juan del Álamo con más aplomo delante de la cara del toro, sintiendo más cada muletazo. Se me va a ver con esa madurez que da los años y los palos que te da la vida. Si Dios quiere y hay oportunidad para poder demostrar cómo me encuentro creo que se va a ver un torero centrado, motivado y con muchas ganas de triunfo para volver a sentir esas sensaciones», explicaba el torero salmantino a nuestra compañera María Fuentes.

Así, con esa filosofía, el toro vuelve a marcar su día a día, ese que debe llevarle a encarar el futuro con otra cara para no volver a venirse abajo al primer resbalón: «No entiendo mi vida sin esto, sin los entrenamientos físicos, sin el toreo de salón, sin la ilusión de pelear por verme anunciado, sin las jornadas de campo… mi día a día es el toro, es mi vida desde que tengo uso de razón. Asumo el esfuerzo y sacrificio que conlleva, lo conozco bien, y estoy dispuesto a todo por lograr los objetivos. No concibo mi vida sin torear, y ojalá pueda volver a disfrutar en las plazas. Estoy preparado».