El campo bravo esconde joyas genéticas que le dan sentido a una Fiesta tan plural como diversa. En un ecosistema como este se dan cita distintas especies que protegen la biodiversidad de la misma. Un paraíso para los sentidos donde conviven dos encastes en peligro de extinción. Allí las ganaderías de Monteviejo y Victorino Martín comparten cercados en unas grandes extensiones de terreno.
Un lugar mágico donde la hierba es abundante y el agua fundamental para la supervivencia del ganado. Tras unos meses duros por las altas temperaturas y la sequía, el campo bravo vuelve a retomar su verdadero color, ese que se entremezcla con el cárdeno de las vacas y el berrendo de unos machos que empiezan a ponerse a tono para la campaña venidera.
Aquí por volumen de animales, la joya de la corona son los astados herrados con el hierro de Victorino Martín, una divisa larga y que sigue manteniendo ese nivel que le aupó a las ferias allá por los años 80. Pero junto a ese ganado también conviven los berrendos de Monteviejo, una ganadería con sello propio por la que llevan años apostando en esta casa. Un tipo de toro distinto al resto, con unas virtudes marcadas y unos defectos que todavía no le han permitido alcanzar esa regularidad soñada pese a los brotes verdes que empiezan a verse.
Por eso queríamos hablar con su ganadero, un hombre al que le faltan horas del reloj para hacer todo aquello que se propone desde que se levanta. Un ganadero que bebió de las fuentes de su padre, un hombre muy particular, pero con las ideas claras respecto al toro que quería criar en su casa.
El balance de la temporada de Monteviejo: tres festejos «con muy buenos resultados»
Monteviejo poco a poco va entrando en las ferias, escalando para llegar a cotas mayores, esas que le pueden colocar en las ferias, primero de novilladas y más tarde en la lidia de cuatreños: «El año pasado lidiamos tres festejos, entre ellos dos corridas de desafío -una en Soria y la otra en Orthez, en Francia, con muy buenos resultados, y tanto es así que estaba la comisión de Vic-Fezensac y nos ha comprado una novillada para la feria de este año de Pentecostés. Se ha lidiado algún festejo de rejones y recortes».
La próxima temporada del hierro
Ahora toca pensar en 2023, un año donde seguramente puedan dar un paso más en la consolidación de un proyecto que va cumpliendo paso a paso aquello que se propuso su ganadero: «Lidiaremos alguna corrida de toros; es una ganadería que merece la pena conservar por todo lo que representa, pero que cuesta trabajo lidiarla en los sitios, porque es de esas ganaderías extrañas, exóticas, en peligro de extinción, y que cuesta trabajo lidiarlas a pie».
«Sigo haciendo una selección minuciosa. De momento, hay una novillada de rejones para Moraleja, y luego una novillada para Vic-Fezensac«, nos comentaba Victorino Martín.
