El siguiente vídeo muestra el peligroso momento en el que un vaquero de la casa de Victorino Martín acrotala a un becerro -en este caso del segundo hierro del ganadero, Monteviejo- que se había ‘ahijado’ a su caballo. Y, entretanto, la madre recién parida estaba acechando al vaquero a caballo.
En primer lugar hay que tener en cuenta que el de Victorino Martín es uno de los hierros que mayor actividad tiene en redes sociales. En esta ocasión ha compartido dicha faena con los animales de Monteviejo, segundo hierro de la casa. Como todos los días, el vaquero repasa los lotes de vacas para ver si alguna de las hembras ha dado a luz un nuevo becerro bravo. En esta ocasión hubo suerte, ya que una de las hembras del cercado tenía a su lado a un nuevo miembro de la ganadería.
Una vez que éste ha tomado los calostros y se pone en pie, empieza a descubrir un nuevo mundo, ese que conocerá durante los próximos años y que le dará la oportunidad de ganarse la vida si demuestra su bravura en la plaza. El vaquero se acerca al hato de vacas, y cuál es la sorpresa, el becerro decide seguir al caballo, un animal que le presenta curiosidad y que no conoce. La madre le sigue a varios metros de distancia para no perderlo de vista.
Con vaca y becerro, siguiendo a paso lento al tordo de Victorino, el vaquero decide emprender galope y salir del cercado, colocándose entre la valla que separa ambos cercados. El becerro sigue curioseando y ahí es cuando el vaquero lo coge con la cola y lo sube al caballo para ponerle el crotal. La vaca anda molesta, se echa arena a los lomos y mira de forma desafiante al vaquero. Una vez terminada la labor, el becerro vuelve a tierra firme y se une con su madre, la cual se vuelve a introducir con sus hermanas.
¿Por qué es tan importante acrotalar un becerro bravo como hace el vaquero de Victorino?
Durante la época de parición los vaqueros realizan un parte por cada nacimiento que se produce en la ganadería, estando obligados a enviarlo todos los meses a la Asociación donde esté agrupada –Unión de Criadores de Toros de Lidia o Asociación de Ganaderos de Lidia- . Estos datos se procesan y sirven de base para la confección del registro de nacimientos que se realiza anualmente. En este aspecto hay que tener en cuenta que el año ganadero no coincide con el natural, sino que empieza el 1 de julio y acaba el 30 de junio del año siguiente.
La práctica más tradicional es ahijar cuando el becerro está todavía con la madre, se puede realizar antes del herradero o después de que los jóvenes becerros hayan sido marcados a fuego, así es posible ver fácilmente a la madre e identificarla con su cría. Pero en casa de Victorino se hace nada más enchapar al animal, así se comprueba el nombre y número de la vaca que ha dado a luz a este nuevo miembro de la ganadería.
Esta es una labor compleja al estar la madre recién parida. El vaquero tiene que tener una gran destreza, y el caballo un gran valor y una enorme nobleza para ejecutar la faena sin sobresaltos. Las vacas son imprevisibles, ya sean primerizas y con varios partos a sus espaldas. No les gusta perder de vista a sus becerros, algo que puede provocar situaciones de peligro cuando los vaqueros realizan esta labor.
