El campo bravo esconde numerosos tesoros, joyas sin pulir, hierros que se encuentran orillados y fuera de esas ferias donde podría relucir y darse a conocer. Uno de ellos es la divisa jiennense de El Añadío, una ganadería con sangre Santa Coloma. Los Coquillas de María Jesús Gualda siguen resistiendo a los vaivenes de los años gracias a una dura selección y a un respeto de las hechuras.
Un hierro que lidia prácticamente su camada en festejos menores, las novilladas se han convertido en su salvavidas ante un sistema que no da cancha a ganaderías de encastes supuestamente menos apetecibles. Su ganadera sabe aquello que tiene en la mano, conoce a la perfección ese tesoro genético que llegó a su casa hace varios lustros, por ello sigue fiel a un concepto de toro, ese que le llena como ganadera y que poco a poco -no sin dificultades- está consiguiendo poner en el mercado.
María Jesús Gualda, ganadera de El Añadío: «El año se ha dado bien, pero hemos tenido la mala suerte de alguna suspensión
Muchas han sido las figuras que han pasado por su casa, ahora que el encaste Santa Coloma está ganado adeptos entre las ellos, por lo tanto, es el momento de aprovechar la ola, de intentar meterse en ese rebufo y conseguir oportunidades más allá de festejos puntuales en los pueblos. El Añadío es una ganadería en clara progresión, con mimbres importantes para tomar responsabilidades mayores, nuevos retos que den un salto a un hierro en peligro de extinción por la sangre que cría.
Hoy queríamos hablar con su ganadera, una mujer luchadora que sabe los pasos que debe ir dando. Este 2022 ha conseguido lidiar puntualmente algún toro en una prueba de fuego para ella, una temporada importante por los éxitos cosechados: «El año se ha dado bien, pero hemos tenido la mala suerte de alguna suspensión. Hemos llevado a la calle cuatro toros; normalmente no solemos hacerlo, pero por tema de la pandemia lo hemos debido hacer, en la provincia de Teruel y en la de Castellón. De hecho, ya nos llevan viniendo a ver toros algunas semanas».
Lo que El Añadío tiene para 2023
«También hemos lidiado novillos con caballos en Villacarrillo con la Fundación Toro de Lidia, y además también teníamos varios novillos que se suspendieron por lluvia y no se volvieron a dar. También hemos lidiado novillos para la Escuela Taurina de Jaén y en Vinaroz. Estamos muy contentos y con muy buenos resultados. Por último, hemos lidiado en una corrida concurso en Úbeda un toro que lo toreó Rafaelillo; para mí, me dejó satisfecha, y de hecho me han reseñado otro toro para octubre para esta corrida. Es algo que estamos haciendo últimamente bastante: dejar toros de capricho para desafíos y concursos», nos comentaba María Jesús Gualda.
Tras los buenos resultados de 2022, la temporada venidera se afronta de otra manera. Los veedores ya han pasado por su coqueta finca de Vilches para reseñar astados de cara a 2023: «Para el año que viene tengo ocho toros, cuatro de ellos muy serios. Tengo dos novilladas con caballos, una de ellas muy bonita. Y una novillada sin caballos también. En total unos 30 toros y novillos».
Una ganadería con unas particularidades muy definidas, un tipo de toro que siempre le ha entrado pro el ojo a Maria Jesús, una ganadera exigente en los tentadero, porque así es como llegan los resultados: «En los tentaderos apruebo las vacas que son extraordinarias; si tengo más, más, si tengo menos, menos. Aquí darse coba no vale de nada, hay que ser exigente. Para mí las hechuras son básicas».
Una ganadería con una historia muy bonita detrás, esa que viene de su tatarabuelo pero que la guerra borró por completo y que con los años la familia volvió a recuperar: «La ganadería viene de mi tatarabuelo, que pasa a mi bisabuelo José Bueno, el cual empieza a regularla -es el hierro de Millares-. Mi bisabuelo ya tenía Santa Coloma -de hecho, ya tengo yo facturas comprándole a Santa Coloma-. Y mi abuelo, César Bueno, se topa con la Guerra, donde se queda sin nada. A su vez, lo de Coquilla de Salamanca baja a Santa Elena, en Jaén. La mayor parte de lo de Coquilla se lo lleva Daniel Ruiz y Julio Garrido, y mi abuelo hace trato con Julio Garrido, por lo que se queda con lo de Coquilla».
El origen del hierro
«Veníamos de Santa Coloma antiguamente y fusionamos con Coquilla. Hemos seguido con Coquilla hasta hace unos veinte años que de mi madre pasa a los hermanos, cuando estos se cansan y me quedo sola; yo me doy cuenta de que era necesario levantar la cara, porque Coquilla tiene el problema de levantar la cara. En plazas toristas dicen que no tiene trapío, y en las toreristas que es Santa Coloma, y todos los que tenemos Coquilla», nos comentaba la ganadera jiennense.
Pero aquí no queda la historia de esta ganadería tan particular, María Jesús decide buscar sangre Santa Coloma que refresque lo anterior de Coquilla, una sangre muy particular: «Yo compré un toro a Chafín de la línea de Buendía que había comprado a Camino y ligó de maravilla, metiendo un refresco importante a la ganadería. Mantengo en pureza las dos líneas y las cruzo y funciona muy bien. Porque refrescar en Coquilla es dificilísimo».
Un tipo de toro que aun siendo de una sangre tan especial, tiene particularidades que lo hacen diferente al resto de ganaderías provenientes de esta rama: «Un Santa Coloma muy definido, con una personalidad muy especial, porque el punto de Coquilla al Buendía le da una clave especial. El punto de Coquilla a eso le da capas negras -también me sale algo cárdeno-; la carita muy bien colocada, muy agradable de cara, con un comportamiento que al llevar un poco más de Ybarra que de Saltillo -por tener el goterón gordo de Coquilla- eso le da más duración. Es un toro que quizá sale un poco más frío, pero va calentándose y la duración es mayor».