ENTREVISTA

Borja Jiménez, de la Puerta del Príncipe y los triunfos en Pamplona, El Puerto o Arles a la espera en el campo: «La afición y los profesionales han alimentado mi entrega diaria»


miércoles 7 diciembre, 2022

Camina solo a expensas de encontrar a ese apoderado que quiera luchar por su carrera. El torero de Espartinas lucha cada día por encontrar esa grieta en el sistema que le de la oportunidad que se merece.

Borja (2)
Borja Jiménez y Espartaco.

El mes de diciembre continúa avanzando inexorablemente hacia 2023, un año en el que los aficionados tienen puestas grandes esperanzas. La amalgama de toreros existentes en el escalafón y los que están por llegar insuflan de optimismo al aficionado, ese que cuenta las horas para que la temporada suba el telón con los primeros festejos del mes de febrero. Un 2023 en el que gran parte de los matadores tienen ya a ese hombre de confianza que vele por sus intereses.

De los toreros de la parte alta del escalafón tanto Antonio Ferrera como Alejandro Talavante andan libres a la espera de encontrar a un nuevo mentor que sustituya a Cristina Sánchez y José Miguel Arroyo ‘Joselito’. Dentro de otro escalón del propio escalafón hay espadas más modestos, pero con indudables cualidades que andan a la espera de la llamada de un apoderado que confíe en ellos para poder tener la oportunidad de romper la baraja y subirse al carro de las ferias.

Así están los hermanos Jiménez, Javier y Borja, dos matadores de toros que entrenan a diario sin saber que les deparará el 2023. Javier cerró hace semanas su segunda etapa de apoderamiento con José Luis Peralta, mientras que Borja lleva sin apoderado desde hace algún tiempo. Por ello queríamos hablar con él, saber cómo está enfocando el invierno de cara a un 2023 donde la esperanza de encontrar apoderado es vital para poder abrirse hueco en las ferias. Dos toreros que sabe que es triunfar, uno salió por la Puerta Grande de las Ventas a hombros, mientras que el otro hizo lo propio de novillero abriendo la Puerta del Príncipe de Sevilla.

Una brillante carrera como novillero con la que luego no se hizo justicia tras la alternativa

Borja Jimenez
Borja Jiménez sale de Las Ventas. © L. V.

Un torero que se ha tenido que buscar las habichuelas para no quedarse parado y que este año -dentro de lo posible- ha terminado la temporada con un ramillete de tres corridas a sus espaldas: «Toreé tres corridas de toros, la de Sevilla y dos corridas de toros en Perú -La Esperanza y Tacabamba-, luego también sumé un festival en España. Un balance que no es el que quería, pero al menos sirvió para no pasar el año en blanco».

Cuatro paseíllos en los que destacó su paso por Sevilla, aún si cortar orejas dejó su sello en el coso del Baratillo: «La corrida de La Maestranza me sirvió para que el aficionado me viese en cuanto a la evolución que he tenido. Aún sin tener suerte ceo que pude sentirme en varias fases de la faena. Pero sin duda, lo que más me inquieta y en lo que más hincapié estoy poniendo es en seguir creciendo como torero».

«He tenido la suerte de que los ganaderos, durante estos años, me han apoyado»

Borja

Los toreros en la situación de Borja viven momentos difíciles, las oportunidades escasean y cuando llegan tienen que pillarte preparado, aquí nadie espera. Un momento en el que falta paciencia para dejar que un torero se ruede, aquí se quiere todo pronto y en la mano: «He tenido la suerte de que los ganaderos, durante estos años, me han apoyado. Y he estado en la boca de los aficionados. Gracias al runrún del campo me he mantenido vivo».

Esa preparación en el campo ayudó a esa evolución vista en la plaza pese a la escasez de oportunidades que tuvo: «En la plaza no he toreado todo lo que debería. Tengo la filosofía de que a los sitios tengo que ir por derecho, por eso he toreado menos. Pero yo he seguido con mi preparación, en silencio y sin quejarme por nada, preparándome. Agradezco a los ganaderos porque he podido seguir evolucionando. Voy a sorprender al aficionado, porque me encuentro en un momento muy bueno de mi carrera y puedo dar un paso importante».

Un Borja Jiménez que en su época de novillero estuvo presente en prácticamente en todas las plazas importantes de España y Francia, algo que se paró en seco una vez tomada la alternativa pese a cosechar triunfos importantes en las mismas: «De repente, tomé la alternativa un Domingo de Resurrección con el maestro Espartaco y Manzanares y llegó el parón. No sé por qué llegó, pero llegó un parón bastante seco. Todos los toreros tienen su momento, y a lo mejor ese momento no era el mío, y creo y estoy convencido de que ahora sí».

«Este es mi momento: estoy mucho mejor que cuando tomé la alternativa»

Borj

«Este es mi momento: estoy mucho mejor que cuando tomé la alternativa, he evolucionado una barbaridad, he podido pensar mucho, he tenido momentos mejores y peores psicológicamente. Me he hecho fuerte interiormente, y eso me ha servido» nos contaba el menor de los Jiménez.

Como decía Manuel Escribano, «el banquillo te curte o te pudre», sin duda durante todos estos años hubo momentos de ver que se podía meter la cabeza en las ferias y otros que invitaban a plegar capotes y muletas y olvidarte del toreo por un tiempo: «Sin duda, hubo de todo, no te voy a engañar. Quizás de quitarme no, pero sí de verlo todo negro. Esta es una profesión muy dura, hay que estar preparado física y mentalmente para hacerle frete, de lo contrario…»

«El peor momento es cuando estás en las ferias y tomas la alternativa y en todas las plazas donde has triunfado y no se ve refrendado que te pongan de nuevo, pero también he tenido el apoyo de la casa Espartaco, que he aprendido de ellos desde unos inicios. Me enseñaron unos valores, el espíritu de lucha. Además, en estos años también he sentido el calor de los aficionados y profesionales que me han transmitido la creencia en mí mismo. La parte positiva es que he madurado como persona y como torero» nos comentaba a calzón quitado el matador de toros sevillano.

Unos años que te han ayudado a madurar y a ver las cosas distintas delante de la cara del animal: «He evolucionado por las muchísimas horas que he echado al entrenamiento, pero sobre todo de la mente. Mi mayor virtud ha sido tener la mente muy fuerte. Y lo que yo me veo que más he evolucionado es en mi concepto. Estos años me ha servido para eso: buscar siempre la calidad, ser lo más puro posible e intentar torear como nunca antes lo había hecho. Busco en mi toreo que tenga calidad».

«Le doy muchas vueltas a la cabeza de cómo evolucionar y cómo sacar lo que llevo dentro«

Una de las virtudes que tiene el toreo de Borja Jiménez es el toreo de capa, algo tremendamente difícil y más cuando se torea tan poco. El toreo de salón ayuda, pero la prueba delante de los animales es fundamental para desarrollarlo, sin duda una facilidad innata que lo coloca como uno de los toreros que mejor maneja el percal: «Le doy muchas vueltas a la cabeza de cómo evolucionar y cómo sacar lo que llevo dentro. Le he cogido un aire bueno y me estoy encontrando cada vez mejor con él. Es cierto que quizás tengo facilidad para torear de capa, pero todo viene de un continuo aprendizaje, nada surge por causalidad».

Un torero que ha pasado por distintas vicisitudes durante todos estos años, una época donde ha tenido la oportunidad de aprender de todos aquellos que le tendieron la mano, ahora anda en búsqueda de ese hombre que pueda apoderarle para intentar plasmar en el ruedo todo aquello que vemos en el campo: «Actualmente sigo caminando solo y a la espera de encontrar una persona y un taurino que apueste por mí. Yo creo en mi como torero, pero necesito que alguien también lo haga, que de la cara por mí. Gracias a Dios noto el apoyo y la fuerza de la afición».