SEVILLA

Diego Urdiales, dos brindis en uno a Juanma Moreno y Joaquín en La Maestranza


viernes 29 abril, 2022

Diego Urdiales brindó el quinto toro de esta tarde en Sevilla al presidente en funciones de la Junta de Andalucía y al futbolista Joaquín, presentes en un burladero del callejón.

Diego Urdiales
Momento del brindis de Diego Urdiales. © Arjona - Pagés

Diego Urdiales protagonizó dos brindis en uno en el quinto toro de esta tarde en La Maestranza. El torero riojano dedicó la faena de muleta del astado de Jandilla al presidente -en funciones, tras la convocatoria electoral- de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, y al futbolista del Real Betis Joaquín, ambos presentes en un burladero del callejón.

Fue, sin duda, uno de los momentos más aplaudidos de una tarde en la que el tedio por el deslucido juego de los toros de Borja Domecq se había adueñado hasta ese momento del festejo. «Por todo lo que hacéis por el toreo y porque estáis a la altura«, le decía Diego Urdiales al dirigente político y al futbolista en el brindis.

Tras ello, Juan Manuel Moreno Bonilla también atendía a los micrófonos de Alfonso Santiago, del Canal Toros de Movistar, señalando estar «contento» por estar en esta tarde primaveral en La Maestranza en la previa del encendido de la Feria de Abril.

Tras él, fue Joaquín el que hizo un alegato en defensa de la tauromaquia de nuevo: «Cada vez que mi profesión me lo permite, disfruto de una tarde de toros. En esta ocasión estoy con inmejorable compañía, la de nuestro presidente. La pena que no hemos podido ver una faena redonda por el momento» se lamentaba el futbolista, congratulándose también por la victoria de la Copa del Rey conseguida por su equipo el pasado fin de semana.

Las palabras de Diego Urdiales tras lidiar ese quinto toro

Urdiales 3

Por otro lado, Diego Urdiales, tras la finalización de la lidia del quinto toro, señaló al micrófono también de Toros que «la verdad que he disfrutado el toro el rato que ha durado. Ha embestido despacio, con cosas buenas. El toro tendía a rajarse, e intuía que no iba a durar mucho, pero ha durado menos de lo que creía. He podido saborear algún lance a la verónica y algún muletazo muy despacio en esta plaza, que es una maravilla».