Es el principal caballo de batalla que está obstaculizando la actualización de un Convenio Colectivo Estatutario que se ha demostrado completamente obsoleto para afrontar la realidad de los profesionales en el sistema de hoy. Los prohibitivos gastos de producción de un festejo taurino -con unas entradas que ha maquillado demasiado la pandemia- están provocando que los organizadores busquen la colaboración de la televisión para que sus números sean rentables. El año pasado, sin ir más lejos, la televisión fue el cimiento sobre el que se sustentó el regreso de las corridas a las plazas, que hubiera sido ruinoso de no haber existido ese ingreso atípico para las empresas.
Pero incluso con la presencia de la televisión se encarecen los gastos para las empresas, dado ese concepto que llegó en los tiempos de bonanza al mundo del toro y que sólo los banderilleros, que tienen su sindicato firme, mantienen contra viento y marea: los derechos de imagen. De hecho, cuando los matadores quisieron poner en valor los suyos haciendo que una empresa especializada gestionase sus derechos (ASM), resultó un fiasco por la falta de unión de elementos que tienen realidades muy distintas que defender. No ocurre lo mismo en las cuadrillas, puesto que los sueldos -los mismos para todos- están estipulados por sus correspondientes tablas. También el porcentaje que se queda el sindicato por la labor de mediación y cobro de unos derechos que tiene delegados por todos sus miembros.
Pero, ¿a cuánto asciende la tarifa que debe abonar cada empresario al principal sindicato de banderilleros? Vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre un asunto del que no suele hablarse demasiado y, por tanto, es una información poco opinable de no ser al respecto de ese concepto abstracto de derechos de imagen.
El Protocolo de Televisión, un procedimiento obsoleto
Antiguamente -hasta hace no mucho- los asuntos relacionados con la retransmisión de corridas de toros por televisión iban regulados por un convenio entre empresas y asociaciones que recibía el nombre de Protocolo de Televisión. Ese fue el germen de la realidad actual en muchos aspectos, pero hace tiempo que caducó, como lo hizo la realidad de bonanza que regulaba. En la actualidad esas tablas que figuraban en el Protocolo de Televisión se siguen tomando como referencia por unos y dando por buenas por los otros, de forma que la falta de acuerdo o de voluntad para negociar un Convenio Colectivo Nacional que rija en todos estos aspectos hace que se descompensen los costes de producción del espectáculo -no sólo por los derechos de imagen-.
El procedimiento actual, cuando un empresario quiere retransmitir un festejo por televisión, pasa por el acuerdo de empresa y tv, por un lado, y de empresa y UNPBE, por otro. Nadie más importa a este respecto, porque los emolumentos pactados con el sindicato principal de banderilleros afecta a los 15 puestos que suponen picadores y banderilleros, sean o no afilidos suyos. Este es el procedimiento que denuncia Asprot, el otro sindicato de las cuadrillas, dado que después UNPBE -que se lleva el 10% de la recaudación- no reparte la parte correspondiente entre los afiliados de Asprot, lo que hace que esta asociación tenga que litigar para conseguir la parte que le corresponde. Con un ejemplo con números reales se verá más claro.
El reparto en la actualidad de los derechos de imagen: ¿Quién cobra y cuánto?
Pongamos que somos empresarios de una plaza de tercera categoría y que tenemos una feria en la que queremos retransmitir un festejo por televisión. Las opciones actuales -a falta de más voluntad en otros medios- son el canal Toros de Movistar y las Autonómicas. El primero, al ser privado y contar con un ámbito de actuación más amplio, paga más que las autonómicas, cuyo espectro geográfico es inferior. Obviamente, nuestra primera opción será Movistar, porque hay más dinero, pero en Castilla la Mancha (vamos a tomar ese ejemplo) hay más festejos. Digamos que Ignacio Frauca -director de Toros- desecha la posibilidad de retransmitir nuestro festejo y que es con los manchegos con los que hay que hablar, porque sí se han mostrado interesados.
Una vez puestos de acuerdo con CMMedia, que nos pagará un dinero por la retransmisión, tendremos que negociar con UNPBE el precio de los derechos de imagen de sus representados -y también de los que no, porque van a cobrar los 15 puestos en cualquier caso-. Vamos a ponerle que nos cobran 9.400 euros brutos, que se quedarán en 7.000 por la rebaja del 25 por ciento en sus honorarios que efectuaron el año pasado las cuadrillas (este año 2022 ya no hay rebaja que valga). Teniendo en cuenta que hay que restar un 10 por ciento que se lleva el sindicato, nos quedan 6.300 euros, que repartidos entre 15 puestos salen a 420 euros que cada banderillero y picador se llevará a su casa junto a su sueldo.
Si Frauca hubiese dicho que sí, y lo hubiese ofrecido el canal Toros, el festejo les hubiese reportado a cada banderillero unos 733 euros. Plaza de tercera. Calculen en Las Ventas.