ENTREVISTA

Curro Durán: «Cuando uno tiene fe en sí mismo mira hacia adelante y, ahora, ahí está Sevilla»


martes 28 junio, 2022

El novillero utrerano regresa el jueves a La Maestranza

Curro Duran
Curro Durán, uno de los novilleros anunciados el 4 de septiembre en Las Ventas. © Arjona - Pagés

El próximo jueves 30 de junio se anuncia en La Maestranza Curro Durán, novillero de Utrera. Desde el debut con caballos de 2014 en  su localidad natal, la carrera profesional de Curro -Damián en la partida de nacimiento- Durán es una historia de constancia y superación de adversidades, siempre con su padre, el matador Curro Durán (triunfador en el San Isidro de 1984,  con gran nombre en esa década) al lado.

Ahora, decíamos, regresa a La Maestranza, donde debutó en 2015 y luego toreó dos ocasiones más, después de tres temporadas en las que- pandemia mediante- apenas encontró refugio en 2019 para torear en México y, ya de nuevo en España, seguir preparándose y buscando tentaderos, al tiempo que se matriculaba en la Universidad.

A pocos días de ese paseíllo que puede significar un punto de inflexión, hablamos con él- vía telefónica- al regresar del campo y antes de tomar los libros. Exámenes por partida doble, en el ruedo y en las aulas, esperan.

¿Cómo está siendo la preparación en estos días previos a Sevilla?.

Estoy haciendo un poco de todo y también matando algún toro a puerta cerrada. Conmigo siempre viene mi padre, también mi tío Antonio Saavedra (el picador tantos años con Ponce), Agustín Marín, que torea conmigo también, Felipe Peña,  el picador Javier Ortiz… Estos días no viene Curro Javier, por los compromisos de Miguel Ángel Perera, pero creo que el jueves si podrá estar en mi cuadrilla en La Maestranza.  La de Curro Javier es una aportación muy importante para mi, en todos los sentidos, tanto por la categoría que da como por la forma en que hablamos. Siempre ha estado ahí, en los entrenamientos, en los consejos, es una ayuda moral y profesional enorme.

¿Es la tuya una historia de perseverancia, de no venirte abajo?

Sí, sin duda. Creo que cualquier otro ya se hubiera aburrido. Entre percances, lesiones, el covid… mi carrera como novillero está siendo demasiado prolongada en el tiempo, años de parón, meses sin torear nada. No es fácil sobrellevarlo pero cuando uno tiene fe en sí mismo, en que puede revertir la situación, miras hacia delante y ahora ahí está Sevilla. Es una novillada buena y me llega en un buen momento.

Hablábamos de la fundamental presencia de tu padre, desde lo inicios.

La familia es siempre un gran apoyo,  también en lo profesional. Pero no sólo es mi padre, está también mi madre, mis tíos,  el propio Curro Javier y otras personas que directa o indirectamente me arropan y ayudan. Mi padre está, desde los inicios,  conmigo en los entrenamientos, dándome consejos, luchando. Mi padre, claro, siempre va a querer lo mejor para mi y sus consejos tanto en lo profesional como en lo humano buscan eso. Le escucho, procuro seguirlos a rajatabla, pero también uno tiene su forma de interpretar las cosas. Por ejemplo, en la forma de entrar a matar. Pero los dos bebemos de las mismas fuentes y tenemos las mismas formas de sentir e intentar hacer el toreo.

Han transcurrido ocho años desde el debut con caballos y en ellos encontramos contratiempos como una lesión de ligamentos y una cornada al reaparecer que te tuvieron en blanco un par de temporadas. En ese tiempo ¿te asaltaron dudas sobre si merecía la pena seguir?

Claro y si a eso le sumas la pandemia…esos dos años lo veía todo negro, entrenando diariamente pero en un horizonte sin corridas, sin tentaderos. Y te llegas a preguntar si merece la pena el esfuerzo.  Pero me ayudó que estuve haciendo más cosas fuera de lo taurino y estudiando.

Hablas de los estudios.

El bachillerato no llegué a acabarlo. El primer año de pandemia hice la prueba de acceso a la Universidad y la aprobé, así que este curso he hecho primero de ADE y ahora estoy con los exámenes. Las mañanas las dedico a entrenar y las tardes a las clases cuando había clases y ahora a preparar los exámenes de estos días.

¿Cómo es tu relación, siendo torero,  con tus compañeros en la Universidad?.

Bueno, para empezar yo les llevo ocho o nueve años. En ningún momento he ido pregonando que soy torero pero poco a poco, buscando en las redes sociales, lo empezaron a saber. Y con el círculo que más me relaciono sólo una compañera me dijo que no le gustan los toros porque no soporta la sangre pero que lo respeta. Del resto hay alguno que es aficionado y otros que no,  pero siempre con el máximo respeto entre todos. Como decía el maestro Víctor Barrio el toreo más que defenderlo hay que enseñarlo.

¿Alguno de tus compañeros universitarios estará en La Maestranza este jueves?.

Sí, ya tienen la entrada, incluidos los que no son aficionados.

Tu estancia en México en 2019, de la que regresaste justo al estallar la pandemia, te sirvió para estar en contacto con el toro, para torear en varios festejos.

Mi sirvió mucho. Me fui solo, a buscarme la vida, hasta que encontré a alguien que empezó a ayudarme. Empecé con una novillada y acabé con doce, lo que es un buen número para alguien de otro país. Incluso luego me ofrecieron la posibilidad de tomar la alternativa allí, pero surgió Sevilla, también Madrid y espero tomar la alternativa en España.

Ya has toreado en esas dos plazas, ahora es el reencuentro con La Maestranza ¿cómo lo afrontas?.

Después de tanto tiempo desde la última vez es como si fuera la primera. La última fue de Pablo Romero y la anterior cayó un diluvio y ambas fueron casi imposibles. Ahoya, ya te digo, la ilusión es máxima y la confianza en mi mismo también. Deseando que llegue el día, la ganadería (de Buenavista) es de las que embisten y espero que tanto para mis compañeros como para mi salgan las cosas muy bien.

Queda todavía más de un tercio de la temporada por delante ¿en ese tiempo, se puede plantear la opción de la alternativa?

En ello estamos, a la espera de tomarla antes de final de la temporada. Me siento preparado para afrontar ese momento cuando llegue, pese a lo poco que he toreado en estos tres años últimos. Hay que dar ese paso, también para no quedare estancado.

¿Hay alguna plaza en perspectiva para ello?

De momento no, me gustaría que fuera en el sur y que pudiera ir la gente de Utrera. Como te decía, mi padre es el que se ocupa de todo y en México contamos también con Jorge Benavides, empresario que fue torero y que ahora viene para verme el día 30 en Sevilla.

Ya para terminar. ¿En qué espejo, como torero, te has mirado siempre como referencia, más allá por supuesto, de tu padre el maestro Curro Durán?

Siempre me han gustado los toreros de la época de mi padre o un poco anterior,  Paco Camino, Paula, Antoñete, Curro Vázquez, Manzanares. Más recientes Joselito, Morante…ahora Juan Ortega o Pablo Aguado. Y José Tomás, claro, no se me vaya a enfadar. Toreros de corte clásico, puro y también con un toque de pellizco. O de México, Manolo Martínez, por ejemplo.