Morante de la Puebla, Juan Ortega y Carlos Aranda, que tomaba la alternativa, trenzaban este sábado el paseíllo en la localidad ciudadrealeña de Manzanares en la primera de su Feria taurina. Se lidiaba un encierro con el hierro murubeño de Castillejo de Huebra.
Carlos Aranda, oreja con el toro de su alternativa
Ya es matador Carlos Aranda. Se mostró muy digno ante «Aldeanito», de Castillejo de Huebra que no se lo pudo nada difícil, pues fue un animal para lucirse. El toreo de Carlos a la verónica y su remate con la media fue ovacionado en el saludo. Después, recibió los trastos de manos de Morante y con Juan Ortega como testigo. Comenzó la faena por la derecha con dos buenas series llenas de temple, hasta que el toro se enceló en los trastos del de Daimiel. Ahí llegó lo mejor a zurdas, con dos series que levantaron al público de los asientos. Después, el toro comenzó a pararse poco a poco y Carlos Aranda consiguió firmar un final por bajo que tuvo duende y pellizco en los terrenos del 8. El pinchazo hondo tardó en hacer efecto y el descabello dejó el premio en oreja.
Morante, oreja del noble segundo
Morante de la Puebla cortó una oreja de un toro muy noble al que le faltó fuerza en alguna de las fases de la faena. El de La Puebla le dio tres capotazos sueltos que hicieron reventar los tendidos. Todo se lo hizo con colocación, temple y mucha suavidad, lo que le valió el premio de una oreja, aunque se le pidieron dos. Destacaron los molinetes abrochados y los remates por detrás de la cadera.
Primorosa faena de Juan Ortega al tercero, al que le corta las dos orejas
Dos orejas para Juan Ortega en la primera vez que pisaba la provincia de Ciudad Real como matador de toros. El toreo a la verónica tuvo muchos quilates y una dulzura extraordinaria. En banderillas, se lució Jorge Fuentes con dos excelentes pares. La faena fue un compendio de torería, duende e improvisación, y de ejecutar la suerte como mandan los cánones con la verdad por delante y con templanza gusto y originalidad que no merecieron el pinchazo previo a la gran estocada. Se pidieron las dos orejas con mucha fuerza y el presidente claudicó ante los gritos de torero.
División de opiniones para Morante con el cuarto
El cuarto fue un manso de libro. Fue abanto y costó tanto llevarlo al caballo que tuvo que picarlo en la puerta. No sirvió el de Castillejo de Huebra como sus anteriores hermanos. Morante probó cuatro veces y a la quinta lo despachó de un espadazo feo. Escuchó división de opiniones.
Ortega desoreja al quinto
Dos orejas para Juan Ortega en el quinto en una faena en la que exprimió el toreo a la verónica en siete y una media de escándalo para después llevarlo al caballo por chicuelinas al paso con una elegancia extrema. La faena fue una lección de andar delante de la cara del toro con una tranquilidad pasmosa, ligando de uno en uno, corriendo la mando diestra y adornando con trincherillas y abrochados. La estacada final le valieron dos orejas de ley en Manzanares. Ortega dejó al público con plena satisfacción y se le dio la vuelta al ruedo al toro.
Carlos Aranda le corta las dos orejas al sexto
Dos orejas para Carlos Aranda en una faena que estuvo aseada y cumplió con lo que se trataba, una alternativa decorosa y salida en hombros. Brindó la muerte de este toro al empresario por un gesto de mirada al cielo por la reciente muerte de su padre fallecido. Amador se abrazó a Carlos entre lágrimas. Su faena a diestras fue compacta y la espada fue el baluarte para que se le pidieran las dos orejas. Valentín Cuevas se cortó la coleta delante del maestro de Daimiel.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Manzanares, Ciudad Real. Primera de Feria. Corrida de toros.
Toros de Castillejo de Huebra.
Morante de la Puebla, oreja y división.
Juan Ortega, dos orejas y dos orejas.
Carlos Aranda, que tomaba la alternativa, oreja y dos orejas.
FOTOGALERÍA: IVÁN RODRÍGUEZ