CURIOSIDADES

5 cosas que no sabías sobre José Tomás: desde su inflexible entrenamiento a por qué no se televisa


martes 26 julio, 2022

Tras su vuelta a los ruedos en Jaén el pasado mes de junio, se acerca la fecha marcada en rojo por un gran número de aficionados: la del 7 de agosto en Alicante. Te contamos cinco curiosidades sobre la carrera de José Tomás que probablemente desconocías.

Jose Tomas
José Tomás en Valladolid. © Luis Sánchez Olmedo

Tras su vuelta a los ruedos en Jaén el pasado mes de junio, de nuevo se acerca la fecha marcada en rojo por un gran número de aficionados: la del 7 de agosto en la plaza de toros de Alicante, en la que José Tomás volverá a hacer el paseíllo. Allí se encerrará con cuatro toros en su segunda -y última- corrida hasta el momento en este 2022. Todo un acontecimiento en la ciudad, en el levante español y en la piel de toro.

José Tomás es uno de los diestros con más personalidad de la historia, tanto que este año ha decidido regresar solamente con cuatro toros y en dos festejos puntuales. Pero, ¿conocías cinco de los aspectos de la vida del torero que te planteamos a continuación?

Entrena con toros en el campo con una UVI móvil en la puerta, una llamada a la exigencia

Jose Tomas
José Tomás, en la plaza de toros de Valladolid. © Luis Sánchez Olmedo

Cuentan los que le han podido ver a José Tomás entrenando a puerta cerrada que su compromiso llega a tales niveles que incluso hace vestirse de luces a todos los picadores y banderilleros que lleva a entrenar al campo (a los que también paga religiosamente su sueldo a pesar de ser un entrenamiento como contaremos más adelante) y hay una UVI móvil en la puerta por lo que pueda pasar. Tampoco escatima en gastos a la hora de comprar toros para su lidia a puerta cerrada, algo que es de valorar, visto el precio que se está pagando hoy en día en la plaza.

Su compromiso es total, no le importa que sea un entrenamiento a puerta cerrada, el riesgo está siempre presente, de ahí que una forma de poner a todos en alerta es la presencia de dicha UVI móvil, lo cual deja a las claras que el entrenamiento no es pasar el rato, sino jugarse los muslos como si se tratase de un compromiso ante la afición.

Su negativa a las plazas de tercera

Jose Tomas
José Tomás, en Jaén. © Emilio Méndez

Al igual que con la televisión, el diestro madrileño ha tomado un camino diferente al de sus compañeros. Esto tiene que ver con anunciarse en plazas de tercera categoría. Mientras que la opinión de muchos de sus compañeros es la de ir allí donde el toreo les necesita, es decir, plazas de tercera donde es necesaria su presencia para seguir manteniendo viva la llama del toreo, la idea de JT es bien distinta. La decisión la tomó hace casi un par de décadas, cuando decidió regresar a los ruedos tras cinco años de reflexión sobre cómo era la tauromaquia que él concebía y defendía.

Su total respaldo a la cuadrilla, sueldos y trato de figura

Jose Tomas
José Tomás, haciendo el paseíllo en Jaén. © Emilio Méndez

Si algo tiene José Tomás es que valora y cuida a todos aquellos que están junto a él, ya sea en la plaza o en el campo. El torero madrileño, por tanto, mira por ellos y reconoce su trabajo, por eso los emolumentos de su cuadrilla no están supeditados solamente a los mínimos que marca el convenio, sino que el diestro de Galapagar tradicionalmente les ha ofrecido un sueldo mayor, concretamente el doble. Pero eso no ocurre solamente en la plaza, sino también cuando toca hacer campo: allí también los valora de igual manera y les paga religiosamente.

Martín Arranz, antiguo apoderado de José Tomás, y su visión sobre la televisión

Jose Tomas Cita
José Tomás cita un toro en Nimes. © M. A. H.

Martín Arranz fue uno de esos hombres que marcó la vida de José Tomás, un taurino que tenía las cosas claras y que sabía que camino que debían tomar sus poderdantes. Su visión sobre la televisión es conocida por todos, la fuerza y el puño de hierro con el que llevó dichas negociaciones le hicieron crearse una fama que a la larga benefició a aquellos toreros que habían confiado en su persona.

Eran años en los que las televisiones apostaban por los toros, se daban multitud de festejos en abierto, sin embargo muchos de ellos estaban poco cuidados y más que beneficiar al torero le perjudicaban. De ahí que Arranz no se subiera a ese barco y tomara un camino distinto al de otros toreros. «Con tanto festejo televisado se pierde el elemento sorpresa, que siempre fu muy importante para que tomase fuerza un torero emergente» comentaba Martín Arranz.

«Lo que estoy es contra la retransmisión desordenada e indiscriminada, no de que se televisen festejos». Un apoderado que ha rechazado cantidades ingentes de dinero por dejarse televisar, por que sus toreros accedieran a un mercado que ellos no veían con buenos ojos: «Me acuerdo que José -por Joselito- nos dijo a José Tomás y a mí: con el dinero que hemos dejado de ganar con la tele nos habíamos comprado una finca cada uno», afirma entre risas, «y no le faltaba razón».

José Tomás, el toreo, un brindis y una anécdota que marcaría su carrera

Jose Tomas Patio
José Tomás, en el patio de cuadrillas de Valladolid hace un lustro. © Luis Sánchez Olmedo

Un año había pasado de su encuentro con Navegante en Aguascalientes, de esa mañana en que el torero se había convertido en mito. Un día de campo en el que surgió una anécdota que marcaría la vida de los allí presentes. El tentadero había rodado y su actuación había sido rotunda. Nada más terminar la comida el torero madrileño se levantó de la mesa.

«Ganadero, ¿no tendrás una botella de champán por ahí guardada?», preguntó el torero, todos se miraron si saber que pasaba, el ganadero se levantó y puso una botella a enfriar. Algo habría que celebrar, porque no era normal aquella muestra de júbilo en el torero, algo que descubrió cuando José tomó la palabra.

«En esta casa», dijo elevando su copa, «que siempre he sentido tan dentro de mi vida y mi carrera, anuncio que hoy me he vuelto a sentir torero y me he reencontrado con mi propio yo. Por eso os anuncio que en no más de tres meses tengo previsto reaparecer…». Y entonces el champán se dio por bien empleado. Y el vino, y los toros -que, por cierto, le regaló el ganadero asegurando que sus vicios (como ver a JT a puerta cerrada) se los pagaba él solito-.

José Tomás había decidido volver aquella mañana soleada. Y sólo un puñado de personas fueron testigos del momento. Lo demás, con tinta y taquígrafos, ya lo cuenta la propia historia… Valencia estaba a la vuelta de la esquina.