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La dura confesión de Inma Vílchez sobre por qué decidió dejar la música tras el concierto en Las Ventas: «Me hicieron pequeña»


lunes 22 agosto, 2022

La cantante Inma Vílchez ha publicado, en su cuenta de Instagram, una dura confesión tras el concierto celebrado el pasado mes de febrero en Las Ventas y sobre su carrera en general.

Inma Vilchez
Inma Vílchez. © Instagram

«La pregunta más repetida: ¿Qué te llevó a tomar la decisión de dejar la música? ¿Qué te hizo cambiar de parecer?«. Con este mensaje sorprendía hace unas horas la cantante jiennense Inma Vílchez a sus seguidores en Instagram; la joven por fin se atrevía contar aquello que le hizo abandonar la música, su gran pasión. Gracias a este post en dicha red social, sus seguidores han comprendido el motivo de su adiós.

Y no fueron ataques estrictamente de antitaurinos. Vílchez empezó a notar la presión de aquellos que la criticaban vorazmente, de esos seguidores en redes que aprovechaban cualquier ocasión para golpear en su línea de flotación, ese que según ella «me hacía sentirme pequeñita». Inma llegó a tener ataques de pánico antes de subir al escenario, ansiedad, insomnio…_ «Empecé a encontrarme mal conmigo misma, e incluso llegué a sentirme culpable, por lo que hacía, me sentía sola».

Pero no quería dejar a sus seguidores sin una despedida, de ahí que buscara la forma de decir adiós de la mejor manera posible, de ahí que buscara la forma de programar un concierto de despedida. Como los toros bravos se vino arriba en el castigo, no se afligió y sacó la raza que lleva dentro. Fue en Las Ventas, el templo del toreo, allí donde la gloria espera a los que dan su vida por ella. Le dio la espalda a los fantasmas y tiró hacia adelante, sin mirar atrás ni esconderse bajo el ala, todo lo contrario.

Muchos de sus amigos y seguidores han contestado a este mensaje en su red social mostrándole su respeto y cariño. «Con verdad y humildad, cosa de las cuales vas sobrá, se llega a los corazones de una forma más bonita y directa, no siempre podemos llegar a donde queremos con solo cantar bien…Tu siempre que lo sientas, puedes con esto y con lo que te salga de los cojones!!¡¡Si me necesitas aquí estoy para ti!! Un abrazo fuerte«, escribía su seguidora Marisol Bizcocho.

Sin duda, un gran número de personas han querido que Inma Vílchez sepa que están ahí; más de 5400 me gusta, un sinfín de comentarios, todo para agradecerle todo lo que ella les ha dado. Se despidió, pero no se cortó la coleta, veremos si en un tiempo vuelve a subirse a los escenarios para

El cartel que cierra la feria queda conformado de la siguiente manera:

Día 28 de agosto, corrida internacional de rejones: Andy Cartagena, Sergio Galán, João Moura Caetano, Lea Vicens, Juan Manuel Munera y Cuauhtémoc Ayala. Toros de El Canario.

El texto que Inma Vílchez ha compartido con sus seguidores

Inma Vilchez
Inma Vílchez. © Instagram

Nunca había contestado a una pregunta así, pero hoy ya me siento con fuerza para poder hacerlo. Yo llegué a la música por accidente, sin preparación, sin querer ser cantante y con un millón de limitaciones.

Fui el objetivo fácil para muchos artistas consolidados, era la última mierda que acababa de aterrizar en un mundo en el que nadie iba a permitir que alguien tan poco preparada como yo pisara escenarios en los que habían estado artista tan punteros como ellos. Tuve que escuchar comentarios tipo: tú este año estás de moda pero el año que viene no te conoce ni Dios… O cosas tipo: si quieres hacer algo bueno por la música retírate ya. “Yo con «esa» no comparto”.

Mi vida privada siempre intenté dejarla al margen de todo esto, pero aun así me juzgaban por ello. Comentarios como: «Ésta está cantando porque sepa Dios en la cama que amanezca cada mañana». Me considero una persona fuerte pero escuchar esto día tras día no es fácil. Me hicieron pequeña. Empecé a tener ataques de pánico antes de subir al escenario, ansiedad, insomnio, empecé a encontrarme mal conmigo misma incluso llegué a sentirme culpable por lo que hacía. Me sentía sola, esa es la palabra.

Hice una retirada silenciosa, sin decirlo, pero sin cerrar conciertos, sin tachar fechas en el calendario, dejé de trabajar. Me encerré en el lugar al que acudo cada vez que estoy herida, me fui al campo a vivir sola y a buscar la paz que me faltaba. Era necesario perderme para poder encontrarme y al final me encontré (aunque esto fuera una mala noticia para muchos).

Yo nunca me consideré cantante con lo cual no me podía lamentar de ser alguien que nunca fui. Mi música , mis letras estaban ahí y hablaban por sí solas. El mundo del toro es tan bonito que yo tenía la necesidad de contárselo al mundo entero y solo podía hacerlo a través de mis canciones. La gente que me aplaudía en cada concierto, que me seguía en allá donde iba sin pesarle los km y que me mandan mensajes bonitos a diario no se merecía que yo saliera por la puerta de atrás. Siempre presumí de ser valiente y esta vez había que demostrarlo.

Me subí al escenario del templo del toreo. «Las Ventas» y colgamos el sold out. Así, sin saber cantar, sin afinar, sin ser artista y siendo la última «mierda» (como me llamaban algunos) pero con la plaza hasta la bandera.

Aquella noche, allá por el 12 de febrero, sentí que no era justo. No era justo que yo abandonara a mi gente así. Los que habían apostado por mí, me habían apoyado siempre, seguían ahí 8 años después de llegar aquí a este mundo y a mí solo me dejaron una opción, había que seguir. Todo lo pequeña que algunos me hicieron antes, ahora mi gente me necesitaba más grande que nunca. Y yo no les podía defraudar.

Suerte Suprema, mi «último disco», el último tercio, tercio de muerte que me dio vida. La vida suficiente como para esperar a portagayola lo que la vida me quiera poner por delante. Pero aprendí que nunca jamás dejaré una faena a medias porque parte del tendido no entienda lo que hago. Y bueno como dice una de mis letras, aquí seguimos, le pese a quien le pese.