El pasado mes de junio se hacía público el cartel de la final a tres en ‘La Oportunidad’ de Zorita, una novillada sin caballos que esconde una historia que no muchos conocen. Se trata del primer festejo que lidian los herederos del añorado Fernando Domecq Solís, uno de los ganaderos más importantes de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Un nuevo proyecto ganadero que toma cuerpo gracias al cariño y la pasión que tiene por el toro sus hijos y su mujer. De momento serán festejos menores los que lidien en esta casa ganadera, pasos cortos para comenzar esta nueva aventura ganadera que vuelve a nacer en ‘Moheda de Zalduendo’.
De todos es conocida la venta de la totalidad de la ganadería de Zalduendo al empresario mexicano Alberto Bailleres en julio de 2014. El ganado pasaría de la Fincha ‘Moheda de Zalduendo’ situada en el término de Aliseda (Cáceres) a la vecina finca ‘Los Guateles’, la cual había sido vendida por el matador de toros Miguel Báez Litri al mismo empresario mexicano. Con posterioridad esta finca cambiaría de nombre para quedarse como ‘Zalduendo’. Tras la venta de la ganadería, Fernando Domecq dejó de tener ganado en su finca para dedicarse a otras directrices tras más de 40 años como referente en este sector.
Un Fernando Domecq que en su día declaró que no sabía si esta venta suponía un adiós definitivo o un hasta pronto como ganadero, algo que no pudo cumplir al fallecer en mayo del 2019 a los 73 años de edad a causa de una enfermedad. Ese legado que quisieron recoger tanto sus hijos como su mujer, los cuales han vuelto a retomar ese sueño ganadero que nunca se le fue de la cabeza a su añorado y querido padre. Según ha podido saber Cultoro, años después de la venta de la ganadería y por expreso regalo de familiares y amigos volvieron a ‘Moheda de Zalduendo’ animales bravos, en esta ocasión portaban los hierros de Juan Pedro Domecq, Jandilla y Daniel Ruiz, teniendo estas dos últimas ganaderías una relación directa con la divisa que consiguió poner en figura Fernando Domecq.
En palabras a este medio de su hijo Fernando: «Nuestra intención es conservar una tradición familiar pero no tenemos aspiraciones de crecer la ganadería y lidiar corridas de toros. Queremos principalmente disfrutar en familia en el campo y ayudar en la medida que podamos a las nuevas generaciones de toreros». Un joven ganadero que junto a su familia le anda cogiendo nuevamente el aire a una ganadería que su padre puso en figura.
«Nuestro padre era un enamorado del toro bravo, tenía una cabeza privilegiada y un concepto del toreo que le llevó a ser respetado por toreros, ganaderos, taurinos y aficionados. Tenía un tipo de toro en la cabeza, ese por el que trabajó toda su vida y que acabó consiguiendo» nos comentaba Fernando Domecq Núñez. «Fue un hombre que luchó por darle el sitio que merecía el ganadero, por que se le respetara tanto en el campo como en la plaza. Son de esas personas que aportaron mucho a la fiesta, yo como aficionado y naturalmente como hijo lo echo mucho de menos».
Fernando Domecq Solís, casado con Cuca Núñez Coronel, otro apellido vinculado al mundo del toro
Hay que recordar que Fernando Domecq Solís estaba casado con Cuca Núñez Coronel, otro apellido vinculado al mundo del toro, concretamente a la ganadería de Marcos Núñez, debido a ello y al no tener hierro propio se empezaron a herrar los animales con el de esta mítica ganadería, la cual se llevaba completamente por separado a la antes mencionada.
Dos proyectos ganaderos bajo un mismo nombre y hierro, pero llevados totalmente por separado, uno en tierras gaditanas de Los Barrios, Alcalá de los Gazules y Medina Sidonia, y el otro en la cacereña de Aliseda. Una ganadería que pese a no tener vacas y sementales con la Z de Zalduendo si proviene directamente de ella, por lo que se puede decir que la procedencia no ha variado su procedencia respecto a la que había en casa antes de la venta.
Este proyecto ganadero arrancará el próximo lunes 15 de agosto en la plaza de toros de Zorita (Cáceres), allí el 55 Oropéndolo, 56 Majareta, 57 Número, 58 Hebreo, 59 Latoso y el 60 Impetuoso saltarán al ruedo de esta coqueta plaza de toros para una terna compuesta por Plata Oliva (Escuela Taurina de Écija), Tristán Barroso (Escuela Taurina de Badajoz) y el mexicano Cristóbal Arenas (Escuela Taurina de Salamanca), los cuales componen el cartel de la novillada sin picadores final del I Bolsín Taurino “La Oportunidad”.
Será el primer festejo que lidie la familia tras la venta de la ganadería en 2014 y el fallecimiento de su padre en 2019, el debut en público del proyecto ganadero de los hijos de Fernando Domecq Solís, María y Fernando han querido poner en marcha. Lidiarán por el momento bajo el paraguas de la divisa familiar de Marcos Núñez al no tener aún hierro propio.