«¿Habéis visto esto? ¡Es una auténtica locura! Magia pura! ¡Casi un milagro! Algo que puede suceder muy pocas veces por su tamaña dificultad y porque requiere de un toro que permita hacerlo…». Con este mensaje en Instagram el equipo de prensa del rejoneador Diego Ventura narraba con pelos y señales lo vivido en la tarde de ayer en Navalcarnero, una tarde de puerta grande compartida con el matador de toros Isaac Fonseca, el cual también triunfo de forma rotunda. «Es la ¡Venturina!, la suerte que el genio inventó hace algunos años en Querétaro, en México y que solo ha podido repetir después en Lisboa, Madrid y Castellón. Y hoy ha vuelto a suceder en Nacalcarnero con Nazarí. Ante su primer toro de Sánchez y Sánchez, y la plaza ha explotado por la sorpresa y de felicidad», añadían
Diego viene realizando una gran campaña europea en este 2022, un año en el que ha cosechado grandes triunfos y en el que su cuadra ha vuelto a dar una vuelta de tuerca a su rejoneo. Lo vivido ayer en la ciudad madrileña fue otro paso más en la carrera de un rejoneador que tiene actualmente el cetro del toreo a caballo.
Una suerte muy complicada de ejecutar, la cual requiere de una gran monta, un caballo ágil y valiente, así como un toro que te deje ejecutarla con el máximo temple posible. Nazarí toreaba de costado al animal, lo llevaba cosido hasta que en un punto del ruedo hacía un quiebro, saliendo por el lugar que venía, todo en una perra gorda.
Una suerte no exenta de riesgo que puso en práctica Diego Ventura y que puso a la plaza en pie. Luego a lomos de ‘Lío’ puso un par a dos manos sin cabezada, que es la culminación de tantas esencias del toreo a caballo. Suerte que hacía antes a lomos de ‘Dolar’ otro caballo que marcó un antes y un después su carrera.