AL SUR DEL CIELO

Reestructurar San Miguel: el reto de La Maestranza para que las revelaciones no esperen un año más a torear en Sevilla


jueves 29 septiembre, 2022

¿Puede Pagés dejar un cartel abierto en San Miguel? De ser así, ¿podría tomar un camino similar al ya marcado con aquella novillada de triunfadores?

Paseillo Maestranza
Paseíllo en La Maestranza. © Eduardo Porcuna

El toreo tiene mucho de mejora, eso es incuestionable, y uno de esos temas es darle cabida a los toreros emergentes que piden a gritos poder ocupar carteles de figuras en las ferias de mayor importancia. Plazas como Madrid, Zaragoza o Valencia tienen la oportunidad de incluirlos en la segunda parte de su temporada una vez dado el zambombazo necesario para entrar en ellas.

Pero hay una plaza que por la organización de su temporada hace prácticamente inviable que un torero que triunfe con fuerza en San Isidro, Pamplona o Bilbao pueda entrar en San Miguel a no ser que se trate por una sustitución. Esto se debe únicamente a que los carteles están cerrados desde mediados de febrero, fecha en la que Ramón Valencia presenta el abono de todo el año en La Maestranza.

Como pasó en tantas ocasiones, únicamente la baja de un compañero daría oportunidad a ciertos toreros de poder entrar en esa feria tan golosa. La obligación, por contrato, hace inviable que Sevilla, como ocurre con las plazas anteriormente citadas, pueda ofrecer los carteles de su segunda parte de la temporada a finales de agosto. Esto provoca que el aficionado tenga que esperar un año para ver en su plaza a esos toreros incipientes.

Pero pasa tres cuartos de los mismo con los novilleros, esos que dan un zambombazo a principio de temporada o incluso en San Isidro y se topan con una cartelería cerrada. Es cierto que es complicado hacer carteles como antaño, es decir, repetir a la semana siguiente al triunfador de la anterior, pero algún camino habría que tomar al concentrase la mayoría de los festejos de La Maestranza en primavera.

Pero la pregunta que nos surge es la siguiente: ¿Puede Pagés dejar un cartel abierto en San Miguel? De ser así, ¿podría tomar un camino similar al ya marcado con aquella novillada de triunfadores? El toreo debe salir de su encorsetamiento y dejar que sea el propio empresario el que pueda programar los festejos como mejor le convenga, que para eso es el que se juega el parné.

El contrato firmado entre La Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Empresa Pagés obliga a dar un mínimo de festejos durante el año entre novilladas, rejones y corridas de toros. De un tiempo hacia esta parte se ha visto como el aficionado aceptaba de buen grado el tener una mini feria en septiembre más allá del tradicional fin de semana. De unos años hacia esta parte los carteles de final de temporada han ido ganando en boato respecto a los que se organizaban en los últimos años.

Sin ir más lejos este año se han programado tres corridas de máximo nivel en el que estaban anunciados varios de los toreros del momento junto a figuras consagradas, toreros que hace poco más de un lustro no estaban ni en las quinielas de la Feria. Esa regeneración que tanto demandaba la afición, y que es palpable, se ha llevado a cabo en estos últimos años en el coso del Baratillo.

Pagés lleva anunciado desde hace años que busca la apertura de carteles a base de estirar las tardes de las figuras para darle cabida a toreros emergentes. Los carteles rematados por figuras consagradas son siempre bienvenidos, pero hay que darle su sitio en los mismos a toreros que se merecen entrar en ellos. Si miramos la cartelería de antes de la pandemia han entrado espadas como Urdiales, De Justo, Luque, Ortega, Ginés Marín, Aguado o Rufo entre otros, unos por primera vez y otros finalmente asentados.

Ahora queda darle la categoría que se merece a alguno uno de ellos, no estando colocados con la categoría que merecían tras los triunfos cosechados en 2021. De cara a 2023 se debe contar con matadores como Ángel Téllez, triunfador de San Isidro pasado y que se ha quedado fuera de San Miguel al estar ya la cartelería cerrada. Es inconcebible que pasen estas cosas.

En momentos duros las figuras se arropan para que la taquilla no se resienta, algo totalmente lógico, pero ahora pese a las dificultades estos tienen que ser conscientes que deben dar cabida a la nueva hornada, a esos toreros que son parte del futuro, dándoles cobijo en sus carteles estelares para así provocar que la cadena no se rompa por el eslabón más frágil.

Por todo ello sería importante que las partes se sentaran y hablaran cara a cara para buscar una solución que pudiera dar cabida en San Miguel venideros a toreros como Téllez sin que tengan que esperar al año siguiente. Desconocemos si es política de empresa o viene estipulado en el contrato que el abono debe quedar cerrado en febrero, de ser así sería como pegarse un tiro en el pie. Es cierto que estos toreros necesitan ir en carteles fuertes para que la taquilla no se resienta, de ahí que la apuesta sea a más futuro y no tanto a presente.

Este tipo de toreros deben ir entrando en ferias de postín al igual que otros toreros más humildes y con condiciones más que sobradas, esos a los que no podemos dejar que sigan trazando una travesía por el desierto hasta que se aburran por falta de oportunidades. Claro que las plazas deben tener en cuenta a los toreros de la tierra, faltaría más, de ahí que se aplaudiera a la empresa Pagés por dar un cartel de seis locales en la pre-feria sevillana.

Ahora Ramón Valencia debe jugar con esos nombres e intentar darles su sitio en el abono, ya sea un lugar o en otro, pero dándoles oportunidades con balas de verdad y no de fogueo. Es cierto que aquí es muy fácil jugar con el dinero de los empresarios y que estos tienen que ganar dinero para seguir apostando por el toreo, pero no es menos cierto que la exigencia tiene que estar sobre la mesa. Este invierno tienen una oportunidad ideal para cerrar un 2023 que ilusione a un aficionado que a la mínima que se le da algo lo que pide, responde.