MADRID

Un aficionado le habla de «destoreo» a El Juli y esta es su sabia respuesta: «Torear es conducir a un toro con la muleta e imprimirle ritmo, dirección y profundidad»


domingo 1 enero, 2023

El diestro madrileño acudió hace unas semanas a la llamada de la Asociación "El Toro" de Madrid e el restaurante Puerta Grande de la capital.

Juli
El Juli. © Jokin Niño

Hace unas semanas se llevó a cabo la última tertulia del año 2022 organizada por la Asociación ‘El Toro de Madrid’, protagonizada por Julián López ‘El Juli’, un torero que ha realizado una importante pasada campaña y que acudió a la llamada de Roberto García-Yuste para ser uno de los invitados a los coloquios que organiza cada invierno la ATM.

Como es habitual en cada tertulia, los aficionados y socios intentan cuestionar tanto a -ganaderos, empresarios, toreros o subalternos- dudas que tienen sobre ellos, ya sea en el funcionamiento de sus plazas, selección del ganado, su forma de parear o lidiar a un toro o incluso las sensaciones que se tiene toreando a un animal en las plazas de mayor exigencia. Por todo ello, sabiendo que tenían delante a una máxima figura del toreo, los aficionados se afanaron en preguntarle a Julián determinados aspectos de la lidia, así como su forma de interpretar el toreo.

Un tema muy recurrente entre los aficionados es hablar de aquello que muchos llaman «destoreo«. Madrid es una plaza que no pasa ni tolera determinadas ventajas que -a su juicio- usan los espadas, ya sea en la colocación de la pierna de salida, en la utilización del pico de la muleta o el toreo de perfil. Una serie de conceptos que según su manera de ver el toreo no son las correctos.

Por ahí fueron los tiros de la pregunta realizada por uno de los aficionados que estaba presente en la sala. «Si usted ha estado tan bien con el toro de La Quinta, alguno de Victoriano del Río, aquel de Ana Bohórquez, con el festival… quitando esas puntualizaciones, unido a lo de cargar la suerte, personalmente lo llamo destoreo» , una pregunta con su miga que Julián contento de una manera muy cordial, dejando claro como siente e interpreta el el toreo más allá de ciertos cánones: «Yo tengo muy claro lo que es torear, y para mí es conducir a un toro con la muleta, imprimirle ritmo, dirección y profundidad al mismo. Para mí eso es torear. Evidentemente hay formas de torear más bonitas, menos o más profundas. Pero es una cuestión de concepto. Yo no le puedo cambiar un concepto a un aficionado. A mí sí me gusta que alguna vez sí haya sentido eso. Yo siento como torero cuando estoy bien. En Madrid no vale la medianía, ni el medio toro ni el medio toreo ni cosas que no son. En Madrid vale la genialidad y lo auténtico, pero lo auténtico no ocurre todos los días. Cuando llegas a ese cénit, si te gusta eso, eso para mí es el toreo. El toreo no es cuando no estoy bien. A mí me gustaría poder estar mejor, pero yo no me defino a mí como eso. Evidentemente hay veces que puedes llegar a eso y otras que no, pero para mí el toreo es dirigir, conducir, someter, atemperar la profundidad y la entrega. Eso para mí es el toreo. Y me encantaría que saliera todos los días, pero es imposible».

Otro de los temas que ese mismo aficionado puso en solfa tenía que ver con el triunfalismo -que según su parecer- se está viendo tarde tras tarde en las plazas de toros y que está siendo acogido de buen agrado por los toreros que se anuncian en los carteles. A menor exigencia mayor es el triunfo, ese que no es corregido por la prensa y que está haciendo que ciertos aficionados no acudan a determinados festejos: «Creo que estamos viviendo una época de toreros muy capaces y a veces parece exceso de triunfo. Pero si es por su sitio… pero si pasa un día en Madrid, y embisten seis toros, y se merecen de verdad, pues ha pasado».