Juan Leal es uno de esos toreros franceses que se ha ganado con su espada y su muleta el respeto y el cariño de la afición. Un torero que poco a poco va teniendo esa regularidad tan necesaria para caminar en este difícil mundo. Juan es de esos toreros que no sabe esconderse nada, que busca expresar su toreo con un concepto muy personal del mismo. Leal es fiel a si mismo, sabe cuales son sus armas, esas que va a defender hasta el final.
Este invierno está siendo muy intenso, sabe que incluso un tentadero puede abrirle esa puerta de las grandes plazas de nuestra piel de toro. Aquí lo único que vale es el día a día, el evolucionar para no quedarte estancado en la medianía del escalafón. El espada francés busca meter la cabeza en plazas como Las Ventas o La Maestranza, dos cosos donde sueña con meter finalmente la cabeza. Para ello se prepara a conciencia por si la oportunidad llega, dejarla pasar un paso atrás en su carrera.
Francia si le tiene apuntado en rojo para sus ferias, la tarde del pasado año en Nimes junto a Roca Rey e Isaac Fonseca fue de las que el aficionado recordará por mucho tiempo, tres Gladiadores en el Coliseo que se batieron el cobre con una corrida de gran exigencia de Victoriano del Río. Ese es el camino de Juan, el de la verdad, el de no guardarse nada.
Por todo ello queríamos hablar con él, saber sus sensaciones, que le pasa por la cabeza. Juan nos atiende tras venir de tentar en el campo, su preparación no para, es básica para desarrollar en el ruedo aquello que entrena de salón. Queremos hablar del 2022, un año clave para él: «Fue una temporada importante para mí, un volver a empezar. Después de lo que me había ganado en la temporada 2019, y después de estar anunciado en las ferias de Francia, en Madrid, en Sevilla… se echó todo a perder por la pandemia. Tras dos temporadas de tránsito, tuve que dar la cara el año pasado, que fue una temporada normal».
Una temporada a más donde todas las tardes le aportaron algo: «Ha habido muchas tardes bonitas, algunas más por el resultado artístico y otras por el personal. Pero la oreja de San Isidro me dio mucho en una tarde donde pude haber cortado más, aún tengo esa espinita. También me aportó mucho la tarde de Nimes, corté una oreja de mucho peso pero salí herido, son de esos días donde te vas a casa vacío».
Ya hablamos de Madrid y Nimes, pero hubo más tardes donde Juan Leal rayó a un nivel muy alto: «Me quedo con la de Albacete, y en Francia la de Arles pese a que te hablé antes de la tarde de Nimes; muchas de las faenas de estos años han sido con toros de Fuente Ymbro. Es una ganadería que me va muy bien, y esta faena de Albacete -una tierra que siempre me ha llamado mucho la atención por la afición que tiene, desde que debuté hace dos años- fue una obra que se acerca a lo que yo busco como torero. Y así respondió el público. Salí a hombros, pero más que las orejas, busco la conexión con el tendido y buscar mi toreo».
Tras verte anunciado en 2020 llegó la pandemia y todo se fue al traste. Sevilla está ahí, Juan sabe que puede ter opciones de estar, pero las negociaciones no siempre son fáciles: «La justicia es muy relativa en el toreo, pero más que por justicia, tendría que entrar en Sevilla por hechos. No pude torear porque se suspendió la feria en 2020. Aquí tengo mi familia y mi vida. Sería muy importante para mí torear y debutar como matador de toros en esta plaza. Tanto Simón como Manuel lo están intentando. Creo que sería por méritos propios».
Espera poder debutar en Sevilla una plaza donde sueña con poder torear, algo más fácil debe ternerlo en Madrid tras la oreja cortada en San Isidro: «La verdad que este año es un San Isidro un poco especial, donde hay menos tardes y las plazas son caras. Creo que gracias a la oreja del año pasado y a las sensaciones que viví, creo que podré volver a San Isidro. Tanto Simón como Manuel Amador están haciendo lo posible. Confío en ellos.»