EN EL RECUERDO

El regalo de Juan Carlos I a Morante: un capote que ‘estrenó’ toreando en las Marismas


martes 31 enero, 2023

Morante de la Puebla tentó hace tres lustros un añojo con un capote que le regaló el ahora Rey Emérito.

Morante Capote
Morante, en una vuelta al ruedo y, a la izquierda, la imagen con el capote. © Luis Sánchez Olmedo y Carlos Núñez

Corría el 2007, concretamente el mes de diciembre de ese año, y José Antonio Morante de la Puebla tentaba un macho a campo abierto en plena marisma del Guadalquivir. Allí unos cuantos privilegiados disfrutaban de una estampa única, un tentadero en un lugar paradisíaco. José Antonio, vestido de corto, toreaba a un añojo en un paraje donde históricamente siempre hubo ganado bravo.

Gracias al objetivo fotográfico de Carlos Núñez se captaron estas instantáneas del torero sevillano en la libertad del campo. Allí, muy cerquita del mar, José Antonio dejaba volar su muleta para llevar embebido a los belfos de su muleta a un becerro codicioso y con fondo de nobleza que ayudó a disfrutar de una mañana de gran toreo. Fue el 24 de diciembre, una fecha cargada de simbolismo, en un reportaje que luego sería publicado en la revista ya desaparecida 6 Toros 6.

Pero ese reportaje también sacó a la luz una historia que pocos sabían que unía al torero de La Puebla del Río con el actual Rey Emérito. Era un regalo que tiempo atrás le había hecho Juan Carlos I a José Antonio Morante de La Puebla: se trataba de un capote de brega con la corona de La Casa Real española en la esclavina, un detalle nada baladí que el torero sevillano quiso sacar en el reportaje.

Unas imágenes que ha vuelto a recuperar la cuenta de Instagram de los fans de Morante de la Puebla con el titular: «Morante de la Puebla lidia un becerro macho en libertad, en las Marismas del Guadalquivir». Fue este lunes cuando en redes se pudieron ver esas fotos de Carlos Núñez publicadas en la citada revista, sin duda una joya que únicamente tienen aquellos que poseen el ejemplar físico.

Morante siempre ha sido un torero que ha cuidado mucho los detalles cada vez que se pone delante de un animal bravo, un torero que siempre ha jugado con el marco donde se le realizan reportajes; en este eligió la marisma, el punto más cercano de la provincia de Sevilla al mar, muy cerca del Guadalquivir. Unas imágenes donde se le ve vestido de corto, con camisa de chorreras y ataviado con unos zahones. Sin duda, imágenes que todo aficionado guardará en la memoria.

 
 
 
 
 
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