CAMPO BRAVO

La extraña reacción de un toro de El Montecillo ante una pequeña cámara que lo grababa en una manga: se queda fijo en ella


miércoles 4 enero, 2023

La finca de El Montecillo colocó una cámara en una manga que dirige a los corrales y conoció las reacciones de los animales, que lógicamente no sabían que se trataba de un aparato que los filmaba.

Montecillo Toro
Un astado de El Montecillo en una imagen de archivo. © Plaza 1

Siempre hablamos de los secretos que entraña el campo bravo y de los momentos únicos que allí se viven. El trato con el ganado bravo, su día a día, las reacciones de éstos, las querencias, las amistades que se forjan entre unos y otros, las peleas por el poder… sin duda un comportamiento que está lejos del alcance de los animalistas de ciudad que dicen defender a los animales sin pisar el campo.

Una de esas ganaderías con un sello particular es la toledana de El Montecillo, un hierro de sangre Domecq creado por el inolvidable Francisco Medina, un ganadero que supo llevar a cabo el sueño de su vida con el hierro de El Ventorrillo, el cual vendió en su máximo apogeo para crear este con una simiente similar. A su muerte fue su hijo el que continuó el proyecto hasta su venta el pasado año.

Hace unos años, la finca toledana publicaba un vídeo en el que colocaba una cámara en una de las mangas de la explotación -grabación que, con posterioridad, fue reproducida también por el canal Torista de Francia-. En dicha visita quisieron grabar al toro muy de cerca, colocando una pequeña cámara en la ‘manga’ por donde tenían que salir los animales. Con ello se buscaba ver al toro a pocos centímetros y captar la reacción de alguno de ellos al percatarse de dicho objeto.

Así reaccionó el toro de El Montecillo al ver la cámara

Montecillo
El toro de El Montecillo asomándose a la cámara. © Instagram

Se trataba de los animales más serios y armados de la camada, toros bajos, hondos, con variedad de pelos y buena expresión, una corrida a la que se le atisbaba nobleza pese al carácter que suelen sacar estos animales. Uno por uno fueron pasando, percatándose de la colocación de dicha cámara. Unos simplemente la miraban sin pararse, otros aminoraron el ritmo, pero llamó la atención la reacción del último animal, el cual tras olisquearla dio un salto hacia atrás.

Queda claro que cada animal se comportan de una manera distinta, unos son más confiados, otros más curiosos, e incluso alguno se sorprende de la colocación de esa cámara en dicho lugar. La ganadería quiso conocer la reacción de los toros al pasar por dicho punto y tuvo premio: cada animal mostró un comportamiento diferente, sin duda una forma más de conocer al toro bravo en su hábitat natural.

 

 
 
 
 
 
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Recordamos que el ganadero toledano David Medina, hasta ahora propietario del hierro de El Montecillo, vendió el pasado año tanto la finca que posee en el término municipal de Orgaz como la ganadería -fruto del legado del gran Paco Medina- a la familia conquense Loriente de la Ossa, que a partir de ahora es la que llevará las riendas de esta vacada con Víctor Guijarro como representante. En la actualidad, El Montecillo, ya en manos de Víctor Guijarro, tiene unas 90 vacas de vientre y varios sementales contrastados que hacen de este hierro toledano uno de los que todo aficionado quiere ver en las plazas.

El legado del gran Paco Medina, emblemático ganadero que puso a funcionar su antiguo hierro de El Ventorrillo sigue latente en esta finca manchega. Tras venderlo a Fidel San Román, el de El Montecillo, sigue presente en este nuevo proyecto de la mano de la familia Loriente de la Ossa, la cual continúa apostando por una rama muy particular del encaste Domecq