El ganadero Victoriano del Río lidiaba el pasado 30 de septiembre su segunda corrida de la temporada en la plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla, un festejo enmarcado en La Feria de San Miguel que tenía acartelados a Sebastián Castella, Alejandro Talavante, Andrés Roca Rey. La corrida resultó triunfal al salir por la Puerta del Príncipe el diestro francés Sebastián Castella.
“Impuesto”, “Soleares” como sobrero lidiado en primer lugar, “Casero”, “Maleado”, “Digno”, “Barbuquejo” y de nuevo “Soleares”, fueron los 7 toros que salieron por la puerta de chiqueros en la segunda de la Feria de San Miguel de Sevilla. Una corrida desigual de presencia y con dos toros que destacaron sobre el resto y a los que su ganadero les cortó las turmas, dos ejemplares que pese a morir en la arena perpetuarán su linaje en la ganadería que lo vio nacer.
Dos astados muy en tipo de la casa, dos astados con un comportamiento muy definido, propios a la estirpe de la que procedían, la ganadería madrileña de Victoriano del Río. Los dos fueron bravos, tuvieron clase, empujaron en los trapos y en los pencos, derrocharon entrega y fueron a más en el empleo, cualidades, todas ellas, que deben ser imprescindibles en un toro que se utilice como semental en una ganadería de élite, como es esta.
Pero como ambos toros murieron en el ruedo, como corresponde a su rito sacrificial, el ganadero ordenó que se les cortasen las turmas -los testículos- a ambos ejemplares, se metieran en hielo en unas neveras especiales para transportar este tipo de mercancías, y se llevasen a la finca para extraer de ahí la simiente para inseminar la vaca elegida para combinar con sus características las que tuvieron los toros lidiados.
Esta práctica, confirmada por los ganaderos, es muy común en la vacada madrileña, esa que durante este año ha repetido el proceso en varias plazas donde sus animales han derrochado esa bravura que tanto les llena. También el pasado 12 de octubre, como relatamos en este medio, los mismos ganaderos les cortaron los testículos a “Jaceno” y “Espiguita”, astados lidiados por Andrés Roca Rey y Francisco de Manuel.
En este caso, los ganaderos, presentes en la corrida de Sevilla, se llevaron a Madrid las turmas de los toros para intentar que los dos toros ya lidiados -la mejor prueba a la que puede someterse a un semental- ligue después con las vacas, esperando más de dos años para ver los resultados en las eralas de tienta y algo más en los machos, a menos que el propio ganadero decida lidiarlos en novilladas sin picar o meterlos en la plaza de tientas.