CAMPO BRAVO

La joya ganadera de encaste Martínez que se ‘salvaguarda’ en la provincia de Cáceres


domingo 10 diciembre, 2023

Se trata de una vacada con una sangre en peligro de extinción que pertenece a la familia Silva desde su compra el abril de 1984.​

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Una vaca de Jara del Retamar. © Pablo Ramos

Hablar del hierro de Jara del Retamar es hacerlo de una divisa que, pese a no ser conocida a gran escala por el gran público, sí es un hierro de sobra conocido por el aficionado. Una divisa distinta al resto, una vacada con una sangre en peligro de extinción que pertenece a la familia Silva desde su compra el abril de 1984.​ Dicha ganadería pasta en provincia de Cáceres, concretamente en el término municipal de Portaje. Una ganadería de predominante sangre Martínez, al igual que lo son otras como Hnos. Quintas, Montalvo -en una de sus ramas-. Según los últimos estudios realizados por la propia vacada, mantienen el 78% del encaste Martinez en pureza.

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Un toro de Jara del Retamar. © Pablo Ramos

Tras muchos años en manos de la familia Martínez, en 1925 la vacada fue dividida entre los tres nietos del fundador y una de las partes perteneciente a Juan Fernández Martínez fue comprada por Antonio Pérez de San Fernando y la puso el nombre de su mujer María Montalvo, posteriormente denominada Montalvo la cual pertenece a día de hoy a Juan Ignacio Pérez-Tabernero.

Una vacada que pese a tener sangre Domecq vía José Ortega y Sayalero y Bandrés cuida con mimo los animales de una sangre Martínez que llegaron a casa con la compra de unas vacas de desecho de los Hnos. Quintas, esas que luego se convirtieron en el ojito derecho tanto del propio ganadero como de su hija.

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Otro toro de Jara del Retamar. © Pablo Ramos

Atrás quedaron ganaderías tan legendarias como Gil de Flores, Gaviria, Aleas, Elías Gómez, Bañuelos, Vicente Martínez y Montalvo, las cuales vivieron horas de esplendor allá por finales del siglo XIX en los que fueron elegidos por las figuras del momento para ser lidiados en las grandes Ferias. Tuvieron que pasar varios decenios para que esa tauromaquia evolucionara hasta dar un giro de 180 grados, quedando muchas ganaderías de las citadas postergadas en el olvido.

Por suerte, aún quedan ganaderos que siguen manteniendo este tesoro genético, unos en pureza y otros cruzados para refrescar sangre. Un trabajo arduo donde la afición de sus ganaderos está por encima de cualquier moda. El toro de Martínez llama la atención al tener toros tan llamativos como el pelo berrendo, un tipo de animal fácilmente reconocible que sigue existiendo gracia a la pasión de sus ganaderos.

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Otra vaca de Jara del Retamar. © Pablo Ramos