HUELVA

Y Huelva y el toreo se volcaron con los más necesitados: David de Miranda se reivindica en el Coso de la Merced


martes 28 febrero, 2023

El diestro onubense paseó las dos orejas de su novillo en un festejo a beneficio de la Bolsa de Caridad de la Hermandad del Rocío de Almonte.

Huelva Festival (1)
Foto: Joao Silva

La plaza de toros de La Merced, de Huelva ha albergado este martes -28 de febrero- ‘Día de Andalucía’, el Festival Taurino a beneficio de la Obra Social de la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte. Un festejo que ha sido todo un éxito de público a pesar de las gélidas temperaturas que se han dado cita en la capital onubense. El rejoneador Andrés Romero, Morante de la Puebla, Juan Ortega, Pablo Aguado, David de Miranda y el novillero García-Palacios hacían el paseíllo este martes con más de tres cuartos de entrada en el Coso de la Merced de Huelva en el festival taurino con caballos que acabó siendo un éxito tanto por la entrada de publico como por lo visto en el ruedo.

Ovacionado Romero con el noble pero desrazado primero

Salió ovacionado Andrés Romero tras la lidia del primero de la tarde, un noble astado de La Rosaleda que pese a acusar su justeza de raza y celo si dejó al onubense gustarse en una labor en el que destacó la templanza y la buena monta. Buscó siempre aprovechar las inercias y las querencias de un animal que siempre fue con la cara a media altura. Romero acertó en acortar las distancias para aprovechar así las virtudes del animal en corto. Una labor interesante que puso de manifiesto el momento por el que pasa dicho rejoneador. El público pidió de forma mayoritaria la oreja, no siendo finalmente concedida por el usía. La ovación cerrada de la plaza fue el reconocimiento que obtuvo Andrés tras una labor que no pudo ser rotunda por la condición del animal.

Oreja al buen gusto y la armonía de Morante con un segundo con la virtud de la nobleza

La faena al segundo de la tarde por parte de Morante de la Puebla fue un compendio de temple y armonía, pero también de naturalidad e improvisación. Al segundo de Pereda, toro con gran nobleza y buen embroque lo cuidó de salida no bajándole en exceso la mano. Las verónicas brotaron lentas y despaciosas pero a media alturita. El posterior quite volvió a evidenciar que el de La Puebla del Río venía dispuesto a torear y no a pasar la tarde. Más tarde dejaría un quite con las manos más bajas, toreando con la cintura y el capote más suelto. La faena de muleta tuvo la virtud del temple, supo esperar José Antonio a un toro que se desplazó mejor a derechas, siempre buscando con clase la muleta. El sevillano era consciente que a zurdas su embestida era más en línea, de ahí el toque fijador antes del embroque. Le limpió el muletazo y poco a poco fue puliendo los defectos de un animal al que le faltó mayor entrega. Se le vio centrado, calmado y sabiendo que hacer en cada momento para que la faena no se diluyese. Fue clave esperar al ejemplar de Pereda y aguantarle esa miradita cuando tomaba la muleta. No fue una faena de arrebato, ni de saltos en el tendido, pero sí un compendio de buen gusto e inteligencia. La oreja fue un justo premio a una labor macerada con el tiempo ante un toro con aristas.

Ovacionado Ortega con un tercero de Albarreal que nunca se desplazó tras los vuelos

No tuvo opciones Ortega con el tercero de Albarreal, un animal que nunca quiso entregarse y que midió mucho por el pitón izquierdo. El sevillano buscó abrirse de capa en un saludo a la verónica donde pudo dejar algún lance suelto con la premisa de la cadencia. Ortega buscó pero no consiguió sacar agua de un pozo casi vacío. Porfió a derechas, por ahí si tenía mejor ritmo el animal, pero tendía a soltar la cara a mitad del muletazo. A zurdas su condición fue peor, haciendo hilo y quedándose a mitad de la suerte. A base de colocación Ortega consiguió cincelar un natural de mano baja detrás de la cintura, fue seda pura. A partir de ahí el astado bajó la persiana y no hubo lucimiento posible. Lo mejor vino con una estocada de libro por su colocación y ejecución, la ovación tributada por el respetable fue de esas que ponen los pelos de punta.

David de Miranda pasea las dos orejas del interesante cuarto de Albarreal

Las dos primeras orejas de la tarde las cortó David de Miranda a un astado de Albarreal que sacó casta en el caballo y que desarrolló gran temple y nobleza en la muleta. Ya de salida apretó al capote del de Trigueros, el cual acertó en darle espacio y tiempo. Tras el paso por el caballo dejó un quite ajustadísimo que puso a la gente en pie. El onubense conectó rápidamente con los tendidos en una faena que comenzó en la media distancia y acabó en los terrenos del toro. David apostó por el animal y este respondió. Si bien es cierto que le faltó mayor humillación y profundidad, eso no fue óbice para decir que este cuarto fue un interesante animal al que David templó en un trasteo marca de la casa. Huelva estaba con él, más si cabe en un final de faena donde se dejó llegar al animal a los muslos sin mover un músculo. La manoleteinas finales y una estocada en todo lo alto le valieron el doble premio.

Aguado pincha una obra de pura caricia ante un quinto con ritmo y entrega

Se le fue la puerta grande a Pablo Aguado con los aceros ante el enclasado y bravo quinto, un lucero de Pereda que sacó las virtudes de la rama Villamarta. Lo lanceó con tersura en un recibo a la verónica marcado por el ritmo y el juego de brazos. Acudió con clase al jaco, para más tarde irse tras los vuelos en un quite donde Aguado volvió a dejar patente su concepto. Brindó a David de Miranda un trasteo de suma cadencia, todo lo hizo con ritmo, suavidad y lentitud. A derechas fue más claro en sus embestidas, mientars que a zurdas había que llevarlo más sometido. Dibujó muletazos al ralentí y pulseó las embestidas en una labor a más. Se gustó y gustó el sevillano en Huelva, una plaza que nuevamente se rindió a su toreo. La última serie fue la de mayor rotundidad, sin duda un canto al buen toreo. Pero lo emborronó todo con la tizona. Dos pinchazos previos a la estocada dejaron su labor en una cerrada ovación.

García Palacios escucha los tres avisos tras una faena donde dejó patente su concepto

El último de la tarde fue un eral de Albarreal que tuvo mucho que torear, un animal que acabó rajadito pero que tuvo unas embestidas con carbón. García Palacios nunca le perdió la cara, se le vio centrado pese a no tener controlada en ocasiones las embestidas. Tiene temple y le funciona la cabeza, algo fundamental para andar en esto, pero andaba muy verde. Delante tuvo un animal que exigió en colocación y alturas, notándose la lógica bisoñez del onubense. Se atascó con el descabello, sonaron los tres avisos y el animal fue apuntillado. Pese a ello su afición le tributó una cerrada ovación para que no se fuera a casa con este mal sabor de boca.

FICHA DEL FESTEJO

Coso de la Merced, Huelva. Festival taurino con caballos a beneficio de la Bolsa de Caridad de la Hermandad del Rocío de Almonte. Más de tres cuartos de entrada.

Novillos-toros de La Rosaleda (1º), José Luis Pereda (2º y 5º) y Albarreal (3º, 4º y 6º)

El rejoneador Andrés Romero, ovación.

Morante de la Puebla, oreja.

Juan Ortega, ovación tras aviso

David de Miranda, dos orejas.

Pablo Aguado, ovación tras aviso

El novillero García-Palacios, palmas tras tres avisos.

INCIDENCIAS: Se rompió el paseíllo con los tamborileros del Rocío e interpretaron los Himnos de Andalucía y España.

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