CAMPO BRAVO

Un imponente toro hace ademán de arrancarse cuando un vaquero le echa de comer a pie: así fue el momento de tensión


viernes 24 marzo, 2023

Un vídeo muestra el poder territorial del toro bravo, incluso con los profesionales que le echan de comer.

Toro Vaquero
El toro hace ademán de arrancarse al vaquero. © TikTok

El campo bravo, pese a parecer un lugar tranquilo, no siempre lo es: allí cohabitan distintos tipos de especies que protegen la flora y la fauna, pero que también provocan ciertos inconvenientes que afectan de forma directa al toro bravo. Un paraje donde el toro bravo es el rey, allí se le cuida y se le mima como lo que es, un animal inigualable. Por todo ello, vaqueros y mayorales están pendientes diariamente de ellos para evitar que puedan dañarse.

Pero éstos no son los únicos que tienen contacto directo con el toro bravo: en muchas fincas hay personal que se decida a dar de comer a los animales bravos, un trabajo que muchas veces los pone en riesgo. El toro es un animal que tiene muy desarrollado tanto el oído como el olfato, sin ir más lejos un toro bravo puede oler a las vacas prácticamente a 1 kilómetro de distancia.

Estos dos sentidos tan acusados provoca que reconozca a aquellos que están con ellos a diario y lo respeten. Pese al riesgo que podrían correr estos hombres cuando entran en un cercado, pocas veces suceden momentos de gran tensión al saber el toro que ese hombre que entra en su cerrado es para darles de comer, de ahí que lo reconozcan y no se arranquen hacia ellos. Claro está que el riesgo siempre está ahí, y un toro es imprevisible, de ahí que la gente de campo siempre esté ojo avizor.

En este vídeo de TikTok vemos como uno de los vaqueros entra en el cerrado de la ganadería, el suelo está embarrado por las lluvias caídas en esa zona. El hombre camina tranquilo llevando una carretilla donde se encuentra el pienso para los toros, pese a la cercanía el toro lo respeta, sabe que esté ahí para alimentarlo, de ahí que no se arranque. Aunque no se ve en el vídeo, no hay sobresalto alguno; de ser así se hubiera escuchado o hubiera obligado al cámara a reaccionar.

Esa misma persona que porta el teléfono que está grabando a ese imponente astado tiene que cortar la grabación cuando el animal empieza a caminar hacia él. Es cierto que el toro no se arranca con violencia, pero sí empieza a caminar con un tranco inquietante, ese que en cualquier momento puede tornarse en un galope que obligue a aquel que anda cerca a buscar refugio. Sin duda unas imágenes impactantes que ponen de manifiesto que el toro bravo es capaz de reconocer a aquellos que están junto a él diariamente y respetarlo cuando entran su cerrado.

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