EL TENDIDO DE LOS SASTRES

Copa Chenel y Kings League, valores y mercado


domingo 26 marzo, 2023

El toreo -que también es un mercado, claro- mantiene, pese a los mercaderes, la verdad que le da sentido.

Borja Jimenez
Borja Jiménez. © Ángel Bravo

A la misma hora en que el Camp Nou se llenaba con 90.000 personas al reclamo de la Kings League, invento de Gerard Piqué, poco más de un millar se sentaban en la piedra de los tendidos de la Plaza de Toros de la localidad serrana madrileña de Cercedilla para asistir a una de las eliminatorias de la Copa Chenel, que nada tiene que ver con el fútbol, ya saben.

Al campo de fútbol llegó Piqué (y alguno de sus socios) en helicóptero y a la plaza de toros de Cercedilla tres toreros, Borja Jiménez, Diego Carretero y Alejandro Fermín.

Piqué, despechás a parte, lo ha sido todo en el fútbol y va camino de ello en los negocios. Borja, Diego y Fermín, con distinta circunstancia personal cada uno de ellos pero los mismos sueños de gloria, buscan en la Copa Chenel la atención de las empresas.

El fútbol, el deporte de élite, es un mercado en el que los valores deportivos (la representatividad, los colores, la nobleza…) han quedado para los románticos y domina la ostentosa exhibición del dinero, cuando no las corruptelas, unas destapadas, otras no. Y lo de la Kings League, sus streamers, su show, su inanidad emocional y su negocio multimillonario es una nueva vuelta de tuerca.

El toreo -que también es un mercado, claro- mantiene sin embargo y pese a los mercaderes, la verdad que le da sentido: el desafío del hombre a la muerte, que es el toro. Un desafío que, cosas del mercado y los mercaderes,  en más ocasiones de lo que debiera (si es que debiera en alguna) se ve manchado por vicios adquiridos a lo largo de su historia. Pero- decíamos- sigue sustentando verdades inequívocas. Y alguna de ellas se vieron en la ventosa tarde de Cercedilla.

A la Kings League y a quienes la juegan,  ni les cantarán poetas, ni les escribirán elegías, ni les pintarán pintores. Al toreo y los toreros, que tanto inspiran, sí, y seguirá enriqueciéndose el acervo cultural del pueblo.

Porque frente al mercado, valores. Frente a impostura, verdad.

Esa que, hoy, a la misma hora de “lo otro”, gritaban bien alto tres toreros modestos que, en una plaza serrana,  desafiaron al viento y unos toros que “pedían el carné” . Los tres triunfaron porque- orejas al margen- pusieron la vida en juego sobre el albero. Borja Jiménez salió a hombros y Diego Carretero entre ovaciones. Al otro compañero, Alejandro Fermín, se lo llevaron en ambulancia al hospital con una cornada de 30 cms en el muslo, que llegó hasta el escroto. Una cornada que provocó un reguero de sangre en la taleguilla pero no impidió que siguiera en el ruedo hasta la suerte final.

Esos son los valores que conmueven. Valor de los toreros, valores del toreo.

El mercado, para los mercaderes.