CAMPO BRAVO

José Antonio Rodríguez, segunda ‘cabeza’ de los mayorales de España: «Este trabajo, sin afición ni pasión, puede ser un infierno»


viernes 3 marzo, 2023

Es el segundo de a bordo de la Unión de Mayorales y Vaqueros del Campo Bravo: esta es su historia.

Mayoral Villanueva
El mayoral de Villanueva. © J. A. R.

José Antonio Rodríguez, mayoral del hierro madrileño de Villanueva, es una de las cabezas visibles de la asociación UMAVACAM -Unión de Mayorales y Vaqueros del Campo Bravo-. Picador desde hace dos años, cuenta en la siguiente entrevista en Cultoro su vida como mayoral y los valores que representa para él la profesión.

E: Buenas tardes, José Antonio, ¿cómo fueron tus inicios hasta ser mayoral?

José Antonio: Yo he vivido toda la vida de esto, mi padre fue mayoral de Alcurrucén y me crie en esa casa, y allí ayudaba a mi padre. Luego me fui a estudiar fuera y ahí es cuando realmente me di cuenta de lo que echaba de menos los toros y los caballos y hasta ese momento no sabes lo que es verdaderamente la afición. Llegó un momento en el que allí en Madrid, incluso domaba caballos gratis solo por montar un poco.

Tras la crisis de 2008, me pregunté ¿qué sé hacer y qué es lo que gusta? Pues el toro y me fui a la cuna del toro, Andalucía, y estuve seis meses de ayudante de Mayoral en Hermanos Sampedro, luego en Caro Andrade estuve de mayoral y de ahí me fui a mi casa favorita, Lola Domecq, donde aprendí muchísimo, a parte de lo que me enseñó mi padre. Allí aprendí otra forma de trabajar el toro con Manuel Serván. Y aquí en Villanueva me llamaron un poco por el hecho de levantar la ganadería y ayudar en ello al ganadero.

Mayoral Toros
Rodríguez, corriendo los toros.

E: ¿Qué es lo más importante para ti en tu trabajo?

José Antonio: Para mí, los animales, el bienestar de ellos va por encima de todo, puede haber problemas de máquinas o lo que sea, pero ellos comen todos los días y su bienestar es sin duda lo más importante.

E: ¿Qué crees que es lo más necesario que tiene que tener un mayoral y/o un vaquero para ejercer esta profesión?

José Antonio: Afición, afición. Yo a la gente que contrato no les pido que tengan experiencia, pero lo que sí pido es que tengan afición, si no la tienes nunca vas a aprender. En este o en cualquier trabajo, es necesaria la afición.

E: ¿Cómo es tu día a día?

José Antonio: Me levanto sobre las 7:30, lo primero es echar de comer y repasar, luego ya se comienza a apartar o vacunar, lo que se tenga que hacer ese día. Lo último en la tarde, lo mismo, se repasa que no se haya escapado ningún animal y que estén todos bien, aparte de todo lo que conlleva una finca que no solo es el cuidado. Aquí se vive por y para el animal, y todo lo demás es secundario, lo importante es todo lo relacionado con el propio animal.

E: ¿Cómo es de importante el trabajo de los vaqueros y mayoral en conjunto como equipo?

José Antonio: Los vaqueros son tus pies y tus manos. Yo puedo ser un mayoral muy bueno, pero si no tengo una ayuda, sería insuficiente porque yo puedo hacer cosas, pero hasta un cierto punto. Al final, el mayoral o el conocedor, te lo hace ser la experiencia con el animal. Los vaqueros pueden ser igual o mejor que el mayoral, pero por circunstancias el mayoral es el que lleva más tiempo o el que creen que más experiencia tiene. No siempre es así porque a mi me nombraron mayoral en una finca en la que había un hombre que llevaba 25 años y yo dije que no podía serlo porque debería ser el otro señor que sabe hasta de qué color son las piedras y yo me guie por lo que me decía él hasta que me fui conociendo todo poco a poco. Como no te guste lo que haces, tu trabajo es un infierno, sobre todo los días que llueve, hace malo… por eso recalco la importancia de la afición.

Mayoral
Rodríguez, montado a caballo.

E: Los momentos que te han marcado y toros de los que tienes un buen recuerdo.

José Antonio: Pues justo en esta ganadería tengo un toro indultado en la plaza de tientas, de esos toros que hace tiempo que no ves, me marcó mucho. Luego, otro toro de nombre Ojibello, que se lidió en Madrid por Paco Ureña en el 2017, fue un toro que no querían en la plaza, Fandiño, que en paz descanse, no lo quería porque parecía un buey y, al final, ese toro salió extraordinario. También, hay muchos momentos en el campo, no hace falta que sea un toro sino una vaca o un becerro que has criado a biberón y luego ha sido muy bueno. El trabajo final nuestro es lo que se ve en la plaza, pero hay mucho trabajo detrás que estás igual de orgulloso que el toro que ha salido y le han cortado las dos orejas o como un toro que llevé a Madrid que le cortaron las dos orejas y le dieron vuelta al ruedo, sí está muy bien, pero hay cosas más importantes en el campo que no lo ve la gente y te llena mucho más.

E: ¿Que representa o significa para ti UMAVACAM y que valores representa la asociación?

José Antonio: Soy el segundo que lleva UMAVACAM, detrás del director. Representa la unión de todos los compañeros, que yo no diferencio entre vaquero y mayoral. Es esa unión que valora la persona de Mayoral porque se está perdiendo por parte de los ganaderos y de los empresarios. Somos los que realizamos toda la labor y se está perdiendo porque no nos quieren representar ni los ganaderos ni los empresarios porque unos nos tiene que pagar y los otros no. El 80% de los ganaderos pues es una figura que tiene, pero no se preocupa, solo quieren cobrar ellos y luego te dejan tirados. No es mi caso, pero algunos compañeros tienen esa situación. La empresa como le tiene que pagar al final no le quiere ni ver y luego hay discusiones. Estamos intentado que se vea más esa figura de Mayoral, ya que en una plaza son los responsables y son la representación de la ganadería.

Los valores que había antes se están perdiendo, ahora a cualquiera lo ponen de mayoral y no han visto a un toro ni en pintura. El valor de lo que es el ganado y llevar esa afición, se está perdiendo y el compañerismo, también, se está perdiendo muchísimo. Por ejemplo, cuando vamos a cobrar en una feria, si el primero no cobra o se deja avasallar por el empresario los demás lo tienen complicado, eso antes no pasaba, había más unión y es lo que estamos inculcando. Ese grupo de mayorales que había antes, que iban unos a las fincas de los otros y que se llamaban entre unos y otros cuando tenían algún problema para ayudarse, eso es lo que verdaderamente se está perdiendo. En la gente joven, eso falta, dejarse enseñar más por los mayores, se creen que nacen enseñados, yo llevo muchos años en esto y no se termina de aprender. Principalmente, se busca que haya más unión entre nosotros porque si no esto cada vez es más complicado.

E: ¿Qué significado tiene para ti el ser mayoral?

José Antonio: Para mí es un orgullo y una responsabilidad, es decir, ser el que lleva una corrida de toros y que te salga mal o bien, es algo que se pasa muy mal. Yo no sé cuándo estoy más nervioso si cuando me pongo en una plaza delante de un toro a picar o cuando voy con una corrida de toros y voy en representación, porque ese es el trabajo de cuatro años. Si salen bien, muy bien y si salen mal… Muy mal, al final te vas diciendo qué he hecho, qué no he hecho, aunque también hay días en los que los animales embisten muy bien y otros que ni para atrás, pero al final la culpa es tuya por la responsabilidad de la selección, por ejemplo.  Elvaquero y mayoral, al final, son prácticamente lo mismo, el mayoral es el encargado. Mayorales que nos dedicamos solo a esto, que llevemos la ganadería entera y que el ganadero te deje toda la elección a ti, hay muy pocos ahora. Es muy importante aprender de todas las cosas que vives en cada ganadería en la que estás porque luego te conviertes en un mejor profesional. A la familia también le tiene que gustar mucho porque es la que te acompaña cada día y la que acusa el no poder hacer algunos planes porque hay días en los que se complica el día. Además, aquí tus amigos acaban siendo tu familia.

E: Por último, José Antonio, ¿qué sueño has cumplido y cual sueño te gustaría cumplir algún día?

José Antonio: Sueños… que he lidiado en todas las plazas, me falta Pamplona, he saludado en Madrid, toros míos han dado vuelta al ruedo y se les han cortado las dos orejas, para mí era un mito llegar a Madrid, y he conseguido todo eso. Mi padre era mi primer ejemplo a seguir y luego me he encontrado con muy buenos profesionales. Creo que lo he ganado todo, el toro me ha dado más bien que mal y mi familia y yo comemos de ello, qué más puedo pedir.