CAMPO BRAVO

El ‘calvario’ en Domínguez Camacho para separar a un semental de las vacas: sólo los bueyes logran tranquilizarlo


sábado 4 marzo, 2023

Así se realiza una de las labores de campo más complicadas: la separación del semental de su lote de hembras. En este caso, la faena campera se lleva a cabo en la ganadería onubense de Domínguez Camacho.

Dominguez Camacho Toro
Imponente toro de Domínguez Camacho en una imagen de archivo. © Francisco José Díaz

El programa Toros para Todos visitó hace un año la divisa onubense de Domínguez Camacho para conocer de primera mano cómo se realizan las distintas faenas de campo en esta casa. En esta ocasión se trataba de separar a un semental de su lote de vacas, un animal que se había venido abajo tras cinco meses con ellas. Era una labor para la que se requería de la pericia del mayoral, los vaqueros y hasta del propio ganadero.

Los sementales, como ya contamos en ocasiones, sienten una gran querencia por sus hembras, algo lógico al estar tanto tiempo junto a ellas; precisamente ahí radica la dificultad de esta faena. Para ello utilizan dos coches, uno que abre y cierra la cancela según el animal que sale o entra, y otro para mover al ganado. Esta tarea no es nada sencilla, de ahí que se tiene que hacer con enorme paciencia. El semental nunca pierde de vista a sus vacas, se cobija entre ellas para mantenerse seguro.

Este animal es padre de una gran parte de los animales que corretean por el cercado, esos becerritos y becerritas que con el tiempo lucharán por su vida en una plaza de toros. Ahora, con pocos meses de vida, su única función es comer y jugar, ya habrá tiempo de prepararse el examen. Una faena que continúa con el cambio de cercado de vacas y becerros, un calvario para los allí presentes debido a la ingente cantidad de animales que hay que mover.

La idea es separar a los animales del semental y llevarlo a la zona de corrales para así desparasitarlo y devolverlo a su cercado, donde convivirá con otros sementales hasta la llegada del otoño. El toro es consciente que su tiempo junto a las vacas acabó, que le toca esperar unos meses para volver con su harén, algo que asume con naturalidad. Para evitar que su enfado pueda ir en aumento se le acercan rápidamente los mansos, los cuales ayudan a calmarlo y a dirigirlo hacia la zona que quiere el ganadero.

Una faena que se hace todos los años en las ganaderías de bravo para así evitar la perdida de peso del animal debido a la monta de las vacas. Ahora tocará recuperar esos 50 kilos que ha perdido estos meses, para ello recibirá un pienso especial que le hará recuperar la forma y volver el año que viene con más fuerza.