CAMPO BRAVO

Carlos Flores, hijo de Samuel Flores, toma las riendas del tercer hierro de la casa, Castillo de Montizón: así es su camada y sus objetivos


miércoles 12 abril, 2023

Conocemos el nuevo proyecto de un ganadero de dinastía, un hombre que emprende un viaje en solitario para cumplir uno de sus sueños: así es el hierro de Castillo de Montizón.

Carlos Flores
Un semental de Castillo de Montizón y, a la derecha, el ganadero Carlos Flores. © Pablo Ramos

En el término municipal de Villamanrique (Ciudad Real) se encuentra la ganadería de Castillo de Montizón, el tercer hierro de la familia Flores. Hoy el Castillo es de propiedad privada y está rodeado de una finca donde se desarrollan diversas actividades como la agricultura (cereal y olivar), ganadería de vacuno en extensivo (reses bravas y mansas), la caza (mayor y menor) y actividades turísticas.

Don Ángel Gómez-Rengel y Rodríguez de Vera formaron esta vacada con vacas de orígenes diversos allá por mediados del siglo XX. Don Ángel Gómez Rengel, desde su inicio como ganadero, siempre cubrió sus vacas con sementales de su cuñado Don Samuel Flores y Flores. Tras el fallecimiento de este en diciembre de 1968, la ganadería fue adquirida por Agropecuaria Andaluza SA, propiedad de la familia Flores.

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El castillo de Montizón. © Pablo Ramos

Una explotación que tras la compra de sus actuales propietarios pasó a denominarse como Castillo de Montizón, cambiándose el hierro de Ángel Gómez-Rengel por el que se utiliza actualmente. Esta ha sido una ganadería que ha cambiado hasta tres veces de ubicación. En época de D. Ángel, la ganadería pastaba en las fincas El Cuartico y La Torre y tras el fallecimiento de éste se trasladaron a La Marañosa, acabando años después en la finca donde actualmente se encuentra la ganadería.

Así pues, después de más de 80 años utilizando estos sementales, se puede decir que la ganadería es encaste puro Samuel Flores por absorción, aunque con unas particularidades que lo hacen distinto al de Samuel Flores y Agustina López Flores, los dos hierros que pastan hoy en día en la finca El Palomar. Una vacada que encontró cobijo junto al Castillo de Montizón, emblema de la casa que data del Siglo XIII, el cual es propiedad de la familia desde 1769.

Por todo ello queríamos hablar con Carlos Flores, su actual representante, un hombre joven y amante del mundo del toro, el cual sabe perfectamente la responsabilidad de llevar un hierro como este. Nos citamos con él para conocer un poco más su vacada, saber sus objetivos a corto y medio plazo. Pablo Ramos y Ángel Huéscar son los encargados de estar detrás del objetivo, de cazar las instantáneas de unos animales que poco a poco van siendo conocidos por gran parte de la afición.

La camada 2023 de Castillo de Montizón

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Una de las vacas. © Pablo Ramos

«La ganadería de Castillo de Montizón la venía usando mi padre como el tercer hierro que tenía, solamente para los festivales que organiza en los pueblos de alrededor. Pero yo me hice cargo de la ganadería hace dos años y como durante la pandemia reducimos el número de vacas hasta quedarnos en 120, dejamos solamente lo excelente, tenemos unas camadas cortas ahora y seguimos igual, lidiando solamente en los festivales de alrededor«, señala Carlos Flores nada más preguntarle por este nuevo proyecto que ahora tiene entre manos.

Una temporada donde la camada no permite ir a cosos de mayor enjundia, pero sí ir a plazas de tercera donde ver los resultados de la selección: «Lidiaremos en Villanueva de la Fuente el 13 de mayo, y está previsto estar en Peñas de San Pedro, en Villahermosa, en el santuario de La Carrasca y Peñascosa. Respecto a Alcaraz, aún no sabemos si iremos finalmente».

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Astados de Castillo de Montizón. © Pablo Ramos

Una divisa con una sangre muy particular, una vacada que tiene sangre Gamero Cívio por parte de la rama Samuel, pero que tiene distintas procedencias en relación a las vacas que compusieron en su día la ganadería: «El encaste es Samuel Flores. Viene de un cuñado de Samuel Flores y Flores, tío bisabuelo mío. Él creó una ganadería de origen diverso, pero desde hace cien años, los sementales de esta casa siempre han sido de Samuel Flores. El hierro de Castillo de Montizón es antiguo, de 1968».

Llama la atención un aspecto que nos comenta Carlos y que no podíamos dejar pasar por alto: «Para este año, teníamos muy pocos animales, solamente 14, y hemos comprado algunos de Enrique Ponce y Juan Ruiz Palomares para completar y cumplir con los compromisos que tenemos en las distintas plazas que gestionamos».

Ahora toca mirar al futuro con optimismo, marcarse un camino e ir poco a poco buscando ese animal que les llene como ganadero pero también como aficionado. «El objetivo es seguir igual que hasta ahora, pero cuando tenga una camada un poco más amplia —ya que estoy dejando más vacas— ir reservando alguna novillada con caballos y me haría ilusión lidiar alguna corrida de toros».

FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS Y ÁNGEL HUÉSCAR