CAMPO BRAVO

El mayoral de Soto de la Fuente somete a un tratamiento a un toro alérgico que se quedó sin pelo: así lo recuperó


viernes 14 abril, 2023

El campo bravo tiene unos códigos que los astados se conocen al dedillo y que respetan ante la llegada del líder, de ahí que cualquier animal con una merma física sea un objetivo fácil para aquellos que dominan la cerca, como así muestra este astado de Soto de la Fuente.

Soto Fuente
Toro colorado de Soto de la Fuente. © José Joaquín Diago

Los toros bravos son unos de los animales más misteriosos que habitan en nuestro planeta, una raza muy peculiar por los secretos que entraña su cría y por los comportamientos que tienen en el campo. Siempre decimos que cada día junto a ellos es un continuo aprendizaje, una página nueva por escribir, de ahí que saber escuchar a aquellos que conviven a diario con ellos sea fundamental para conocerlos en mayor profundidad.

El toro bravo es un animal jerárquico, lucha por el cetro del cercado y no le importa medirse con cualquiera de sus hermanos para conseguirlo. Al contrario de los animales carnívoros, no ataca para alimentarse, sino para ser el líder único de la manada. Hay ganaderías donde los toros son más irascibles y otras en las que la nobleza prevalece, pero siempre en algún momento salta la chispa que da el banderazo de salida a las peleas.

En el caso de la divisa sevillana de Soto de la Fuente; en el siguiente vídeo se ve cómo los animales más fuertes andan en la parte alta del cercado, es verano y allí la temperatura suavizan algo más que en la parte más expuesta al sol. Aquí la brisa les apacigua el calor, hay menos moscas y más zonas de sombra. Conforme nos movemos por el cercado encontramos a otro grupo de animales, esos que no han querido enfrentarse a los dominadores de esta parte de la finca

Aquí cada uno sabe el lugar que ocupa en el cerrado. Entre todos ellos destaca un animal de pelo colorao que se encuentra apartado del resto, está en la zona más llana de su cerca, pese a ser un toro hondo no ocupa un lugar privilegiado. Según cuenta el mayoral, era un toro que perdió peso debido a una alergia, se le empezó a caer el pelo y por miedo a que le pegaran se refugió lejos de los más fuertes.

El campo tiene unos códigos que los astados se conocen al dedillo y que respetan ante la llegada del líder, de ahí que este animal hasta no verse plenamente recuperado no abandonará esta zona donde anda refugiado y resguardado de aquellos que le pueden atacar. La gente de campo conoce a cada animal su comportamiento, su forma de actuar, por eso extreman la vigilancia cuando alguno de los animales anda en busca de solventar viejas rencillas. De momento no se atisban peleas, los animales andan en pequeños grupos, raro es ver a un animal separado del resto, de darse el caso habría que estar muy atentos a su comportamiento porque seguramente andaría humillado por una pelea previa.

Aquí cualquier excusa es buena para que comiencen las peleas, una vez por el cambio de tiempo, otra vez por rencillas pasadas… por ello siempre hay que estar ojo avizor. Es cierto que el animal bravo es muy sensible a los cambios atmosféricos, se vuelve irascible, se irrita y ahí vienen los mayores problemas. El líder campa a sus anchas, pero en cualquier momento puede saltar la chispa que provoque un ‘golpe de Estado’ en el cercado.