La situación en el campo bravo se está volviendo insostenible. Los ganaderos, protectores de un ecosistema único, estná viendo cómo les están dando la espalda en materia de ayudas y subvenciones. Tras unos años en los que podían subsistir a duras penas, la pandemia, una PAC que les dejaba una cantidad irrisoria, unos precios por debajo en la venta de los toros, una subida de las materias primas y ahora un ciclo de sequía están poniendo la puntilla a muchos de ellos.
Estos ganaderos se las ven y se las desean para cuadrar las cuentas de sus explotaciones. Muchos de ellos están buscando soluciones alternativas para la alimentación de sus animales sin que estos se resientan. Durante la pandemia muchos fueron los ganaderos que decidieron apostar por un tipo de alimentación diferente para cuadrar los márgenes económicos. Esta problemática de la falta de agua y la subida de los costes está ahogando a unos ganaderos que viven con la incertidumbre de saber si este problema se resolverá pronto.
Hay en zonas de España que no llueve desde el mes de febrero y eso es un problema gravísimo. Ahora, la falta de agua hace que, a su vez, no crezca la hierba y el alimento natural de los toros y vacas sea menor, por lo que tengan que tirar de recursos económicos y gastar más en pienso, ese que se ha encarecido de forma alarmante desde la invasión de Rusia a su vecina Ucrania. El granero de Europa, como así se le llama al país ucraniano, ha menguado su exportación de grano y cereales, algo que a elevado enormemente el coste de los piensos.
Con una temperatura media de unos 25 grados y sin lluvias en el horizonte, los ganaderos se echan las manos a la cabeza, ya que la primavera se está esfumando cuando esta estación no hizo sino empezar. El verano va a ser largo para unos criadores que buscan soluciones alternativas para alimentar a las vacas y las rastras de animales. Uno de esos ejemplos se da en la ganadería sevillana de El Marqués de Albaserrada, donde podan los olivos para complementar la alimentación del ganado.
El ramón servirá de complemento a la alimentación del ganado bravo, un animal que para su remate necesita del pienso, pero que para nada desecha este manjar tan sabroso. Al haber poca hierba, el toro no deja el pienso; de haberla, habría que cambiar a los toros de cerca hasta que sus hermanos de menor edad lo dejaran prácticamente seco. El toro es un animal herbívoro, de ahí que prefiera alimentarse de la hierba antes que del pienso.
En este caso el ramón de olivo va destinado a los novillos y no tanto a los toros de saca, ya que éstos tienen una alimentación alternativa y así se puede ahorrar en el coste que supone adquirir tantas toneladas de dicho pienso. Es una solución ante la falta de agua que se da mucho en las ganaderías donde hay olivar. En otras fincas buscan otras fórmulas para alimentar al ganado sin que el coste se les dispare.
Uno de esos ganaderos que habló claro sobre la sequía fue Salvador Gavira, un amante del animal bravo que tiene su explotación en un lugar paradisíaco. «Ahora nos queda mirar al cielo, pero dudo mucho que se pueda arreglar este panorama en un espacio corto de tiempo«, se lamenta el criador gaditano. «Aquí lleva tiempo sin caer una gota y así es muy difícil sostener esta situación», comentaba un ganadero que en pleno mes de febrero y aún tenía que estar dando de comer con pienso a sus vacas, algo impensable otros años. «Es una situación límite», apostillaba Salvador.
