CAMPO BRAVO

La sequía cornea al campo bravo en pleno invierno: «Que Dios se apiade de nosotros»


martes 8 febrero, 2022

Hace más de un mes que no cae una gota en el campo bravo y los ganaderos, en pleno febrero, deben seguir gastando recursos económicos para alimentar con pienso a sus animales. Cuatro de ellos nos cuentan qué está suponiendo para ellos la sequía que estamos atravesando.

Campo Bravo Sequia
Javier y Carlos Núñez. © L. P.

La sequía acecha al campo bravo. Hace ya más de un mes que no cae una gota de agua prácticamente en toda la geografía nacional y eso se resiente en una ganadería de lidia acostumbrada, en los últimos años, a las desdichas en su día a día. Las restricciones de la pandemia derivaron en falta de demanda de toros y eso, a su vez, hizo que los ganaderos tuviesen que llevar miles y miles de animales al matadero después de haberlos estado criando durante cuatro y cinco años en sus fincas a la espera de lidiarlos en las plazas. Tras ello, llegó la crisis de los piensos, con la subida de éstos, y también la subida del precio de la luz o del gasoil, lo que complicó mucho más su trabajo.

Ahora, la falta de agua hace que, a su vez, no crezca la hierba y el alimento natural de los toros y vacas sea menor, por lo que tengan que tirar de recursos económicos y gastar más en pienso. Hemos preguntado a varios ganaderos de bravo como Carlos Núñez, Salvador Gavira García, Javier Núñez y José Ángel Gil -mayoral del hierro jiennense de Araúz de Robles-, que nos han dado su visión sobre cómo están observando la realidad sobre la sequía que sufre el país.

Carlos Núñez: «La sequía que hay es criminal»

Carlos Nunez Ganadero
Carlos Núñez. UCTL

Carlos Núñez, ganadero de este emblemático hierro gaditano, declara lo siguiente sobre el problema de la sequía en el campo bravo: «Nunca mejor dicho, no llueve sobre mojado. En la mayor parte de España, la sequía es severa y en lo relativo a la cría del toro bravo, la puntilla es la sequía. Además, sucede sin seguridad de que tengamos una temporada más o menos normal, sin que se sepa qué va a pasar, sin hablar del tema energético, que es horroroso, y con la incertidumbre de los ganaderos de bravo, que es absoluta», indica Núñez.

«Tenemos unos costes triplicados desde hace pocos años y, para colmo, la sequía es criminal, por ponerle un adjetivo coloquial. Esta es la tormenta perfecta y la situación es difícil de sobrellevar salvo por la afición de los ganaderos. Que sirva esta pregunta para poner en valor la capacidad de sacrificio y de pérdidas que tenemos los ganaderos de bravo. Pido a Dios que se apiade de nosotros, y por supuesto nos manifestaremos el 20 de marzo en la que debe ser la más multitudinaria de las manifestaciones en Madrid del mundo rural», concluye Carlos Núñez.

José Ángel Gil: «La que nos viene es muy gorda»

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Toro de Araúz de Robles. J. J. Diago

José Ángel Gil Valero, mayoral de la ganadería jiennense de Araúz de Robles, explica que «la que nos viene es muy gorda. Aquí, por ejemplo, en la zona de Jaén, la primavera no fue buena. Nosotros hemos tenido la paridera un poco retrasada y tardía, ya que la primavera pasada fue mala. Cuando llovió fue en abril o mayo, por lo que las vacas se cubrieron tarde. Y el problema no es que la paridera ahora se venga tarde, sino que les va a costar cubrirse más para 2023 a las vacas, y más si no llueve ahora. Esto es una cadena y con perspectivas muy malas», presagia el mayoral de este emblemático hierro situado en las estribaciones de Sierra Morena.

En esta zona cayeron 80 litros de agua por metro cuadrado en la época de Navidad, «pero posteriormente los hielos y los vientos del Norte han dejado todo frito», lamenta el mayoral. «Y, además del precio del pienso, que está por las nubes, tenemos que echar de comer una paja que estamos pagando casi al doble de la que estábamos comprando en campaña, porque la estamos trayendo de Guadalajara y Sevilla, ya que aquí no hay», añade Gil.

Salvador Gavira: «La sequía nos está haciendo replantearnos nuestro futuro»

Salvador Gavira
Salvador Gavira en su finca. © J. Bocanegra

Salvador Gavira García, propietario del hierro gaditano que lleva su nombre, se muestra muy pesimista sobre un tema que está afectando de forma directa a los animales: «La grave sequía que estamos sufriendo está haciendo que nos replanteemos el futuro de nuestra ganadería», indica el criador de reses de lidia. En la provincia de Cádiz, según indica Gavira, «suele llover en un índice cercano a los 1000 litros por metro cuadrado en todo el invierno y han caído 150», por lo que confirma que «estamos claramente inmersos en un ciclo de sequía».¿A qué afecta especialmente este problema? «Fundamentalmente a que nos cuesta más alimentar a los animales y a los puestos de trabajo que creamos los ganaderos», indica Gavira.

«Ahora nos queda mirar al cielo, pero dudo mucho que se pueda arreglar este panorama en un espacio corto de tiempo», se lamenta el criador gaditano. «Ahora mismo, en estas fechas, ya tendría que estar lloviendo. No cae una gota desde finales de año y así es muy difícil sostener esta situación. Estamos hablando de que estamos en el mes de febrero y aún tenemos que estar dando de comer con pienso a nuestras vacas, algo impensable otros años. Es una situación límite», apostillaba Salvador.

Javier Núñez: «Esta sequía está siendo bestial, más grave incluso que la de 1918»

Palmosilla
Un toro de La Palmosilla de la temporada 2020 que iba a ser destinado a Pamplona. © La Palmosilla

Por último Javier Núñez, ganadero del hierro gaditano de La Palmosilla, explica que «está siendo una sequía bestial. Ha llovido poco y a destiempo y el campo tiene muy poca calidad de hierba; Estamos en febrero y aún estamos echando de comer a las vacas…», lamenta Núñez. «Parece que febrero será igual de seco que enero, y aún estamos dando forrajes y piensos», prosigue exponiendo. «Es una sequía más grave incluso que la de 1918», concluye.