Los actuales son momentos complicados para los ganaderos de lidia: la crisis sanitaria sufrida años atrás, unida a la subida de las materias primas y la caída del precio del toro de lidia, está haciendo que muchos criadores de toros bravos tengan que buscar soluciones para intentar cuadrar cuentas. Son meses en los que hay que apretar los dientes e intentar buscar esas materias primas que no mermen la capacidad del toro bravo pero que sí, al menos, puedan hacer respirar las cuentas del ganadero.
Tras unos años en los que podían subsistir a duras penas, la pandemia, una PAC que les dejaba muy poco dinero, unos precios por debajo en la venta de los toros, una subida de las materias primas y ahora un ciclo de sequía están poniendo la puntilla a muchos de ellos. Durante la pandemia muchos fueron los ganaderos que decidieron apostar por un tipo de alimentación diferente para cuadrar los márgenes económicos. Esta problemática de la falta de agua y la subida de los costes está ahogando a unos ganaderos que viven con la incertidumbre de saber si este problema se resolverá pronto.
La evolución del alimento del toro bravo
Desde hace varios años, los ganaderos de bravo han dado un paso más en la alimentación de ganado bravo: la evolución en esta materia ha llevado a los criadores de toros bravos a tener más información sobre la alimentación de sus animales, el sexo y la edad de éstos. Normalmente, las vacas madres comen de aquello que les da el campo, pero siempre se le complementa con paja o tacos de pienso cuando ese alimento no es abundante en una finca.
La bajada de precio de los toros debido a las restricciones de aforo que la pandemia había traído consigo en las plazas, la subida del precio de la luz y de los piensos estaban llevando a los criadores de toros de lidia a crear nuevas fórmulas para intentar sostener sus negocios, y una de ellas era la posibilidad de alimentar a los toros bravos con la poda de olivos, orujo de aceituna, uva o incluso cítricos, una solución de emergencia para bajar costes y cuadrar las cuentas.
«El pienso, en muchas zonas, se tendrá que reformular con subproductos como orujo, de aceituna, de viña, de frutos o cítricos»
El alimentar a los toros bravos con cítricos o incluso orujo de uva y aceituna es algo que ya planteó al comienzo de la pandemia Javier Núñez Álvarez, ganadero de La Palmosilla. «El pienso, en muchas zonas, se tendrá que reformular con subproductos como orujo, de aceituna, de viña, de frutos o cítricos«, señalaba. El encarecimiento de estas materias primas obliga al ganadero a buscar alternativas que no mermen la calidad del alimento que se le da a los animales.
Ya en noviembre de 2021 Javier Núñez lanzaba un SOS: «La ganadería de bravo vive hoy una situación de tormenta perfecta: COVID+ Desplome de la Facturación+ subidas del 30% de los piensos + sequía extrema + disminución ayudas PAC + incremento de los costes seguridad social + luz + Gasoil + abonos + gobierno antitaurino…», una problemática que no acabó de solucionarse con el paso de los meses pese al gran esfuerzo que estos ganaderos llevan haciendo desde la pandemia.
