Hablar de Victoriano del Río es hacerlo de uno de los hierros más importantes de nuestra cabaña brava, una ganadería que ha conseguido asentarse en las ferias de mayor boato gracias a un tipo de toro muy bien definido. En Guadalix de la Sierra dan cobijo a un hierro que es demandado por las máximas figuras del toreo, que este año en la tarde más relevante de la campaña: Madrid por Beneficencia y una semana después en esa catalogada como In Memoriam.
La de Victoriano del Río es una ganadería larga en número de vacas y sementales, con una base muy sólida. Aquí se busca la clase y la nobleza, pero ante todo prima la acometividad, la humillación y algo muy relevante, la fijeza. Una ganadería que en 2022 volvió a dar un gran nivel en las plazas donde se anunció, siendo base de practicante todas las ferias de relevancia de España y Francia.
Un hierro que sabe cual es el camino a trazar, sabe de sus virtudes y también de esos defectos que con el tiempo están intentando subsanar para seguir en vanguardia. El toro de esta casa tiene una regularidad tremenda en la embestida, pero es una auténtica necedad decir que es una ganadería fácil. Si hay un toro encastado y bravo en el campo hoy en día, seguro que está en la finca de Guadalix. Y es que Victoriano, que ahora tiene el toro que empuja, que se mueve, que exige y que da espectáculo, tiene clara la diferencia entre las figuras y el resto de los mortales.
Lo que ocurrió el pasado 12 de octubre en Las Ventas con dos toros de Victoriano del Río
Una ganadería que sabe el tipo de toro que busca y donde puede encontrarlo, no importando que el animal haya muerto en la plaza, existiendo varias fórmulas para perpetuar su legado. Precisamente eso ocurrió el pasado 12 de octubre en la Monumental plaza de toros de Las Ventas en un festejo donde se lidiaban reses de dicha ganadería para un cartel conformado por Alejandro Talavante, Andrés Roca Rey y Francisco de Manuel.
Una tarde donde como segundo tris salió ‘Jaceno’, un castaño de Victoriano del Río, serio, paletón y algo despegado del suelo, un animal, un punto bastito que, sin embargo, embistió con entrega y humillación a la muleta de Andrés Roca Rey. Toro que empujó en varas y que sacó a relucir en el último tercio aquellas virtudes que buscan en la casa. Pero este no fue el único toro notable que lidió esta divisa aquel día, otro de sus animales dejó más que satisfecho a su propietario.
Tal y como expuso a este medio, Victoriano del Río pidió que le cortasen las turmas —que es una glándula sexual que produce los espermatozoides— tanto a ese segundo tris como al sexto de la tarde de nombre ‘Espiguita’, animal lidiado finalmente en quinto lugar, un toro bravo y exigente, de gran clase, entrega y bravura. Astado que entendió a la perfección Francisco de Manuel y al que le cortó las dos orejas tras una faena redonda.
Tras conocer esta historia, este medio se puso en contacto con Julio Fernández, reputado veterinario que ya ha realizado estas labores en más de una ocasión y que habló con este medio para explicarnos como se llevan a cabo estas labores y el proceso para que todo salga correctamente, sin duda una de las voces más autorizadas para estos temas que tienen que ver con la inseminación artificial.