Por supuesto que, para el aficionado, el regreso de los toros a El Batán es algo más que una buena noticia. Pero no es menos cierto que los ganaderos están sufriendo ese ‘peaje’ por la manera en que se están haciendo las cosas. No en vano, dos de las tres ganaderías expuestas durante esta semana, José Escolar y El Parralejo, son las únicas que han tenido problemas en los reconocimientos de esta semana y se han visto obligadas a recomponer sus corridas trayendo más toros desde sus fincas.
Finalmente, una de las sensaciones durante la pasada semana en El Batán, la seria y astifina corrida de El Parralejo, no se lidiará completa. Dos toros de José Vázquez completarán el lote. Hablamos con Sergio Núñez, mayoral del hierro onubense, sobre la experiencia de haber expuesto los toros en la finca madrileña. «Traer los toros a El Batán no ha sido todo lo positivo que nos habría gustado» –confesó–, «porque hemos traído seis toros y hemos tenido un percance con uno de ellos, que era algo que se podía esperar. Por muy buen manejo que tengas con ellos desde la finca, son demasiados días en estos corrales y estas cosas pueden pasar. No creo que sea necesario exponerlos tantos días».
¿Cuál es la razón? Sergio nos explica: «Al llegar, os toros tardan un poco, pero se adaptan y se habitúan al corral, que es amplio y están bien. Pero cuando llevan ya varios días la cosa cambia, porque recuerda que son toros que tienen toda una preparación de mucho tiempo, que están ejercitados de correr en la finca y después de cuatro o cinco días el corral se les hace pequeño, por grande que sea. Al final son animales que tienen una rutina y que, al romperse, se pueden excitar y vienen las peleas y las desgracias. Lamentablemente, uno de nuestros toros, “Vivaracho”, nº 32, recibió una cornada y, obviamente, quedó fuera del reconocimiento».
Pero no fue el único que se quedó fuera. «El otro que no pasó el reconocimiento fue por falta de trapío, según nos lo comunicó la autoridad y lo asumimos». A la pregunta de si perdió peso en los corrales, Sergio respondió que «no tiene por qué. Ahora mismo los piensos que comen (más altos de proteína que antes, cuando tenían más grasa), el manejo y también el buen clima que hizo estos días les mantuvo muy bien su forma, además, los toros han estado comiendo y bebiendo desde el primer día”. Sin embargo, también agregó que ”estaría bien tener un pre reconocimiento al llegar los toros a El Batán» –como sugirió Juan Pedro Domecq hace unos días en esta sección–, «tendría su sentido. Por poner nuestro ejemplo, la empresa vio los seis toros en el campo, los aprobó y los trajimos a El Batán, con una respuesta del público que ha venido a verlos maravillosa, muchos de ellos se apuntan los números y hasta llegan a hacer apuestas, como ha pasado con “Levítico, nº 91, ese ensabanado que ha enamorado a la gente, y se van a encontrar en la plaza con que algunos de los toros que vieron no están en la corrida. No tiene mucho sentido, ¿no? Quizás si pasan su reconocimiento al llegar a los corrales esto se puede evitar, como pasa en Pamplona, por ejemplo, en los corrales del gas. Así, los toros que no cumplen con sus condiciones vuelven a la finca y no se exhiben al público, puesto que no son aptos».
Otro de los temas candentes sobre El Batán es la elección de los hierros que allí se exhiben, es decir, la libertad de hacerlo (o no) para algunos y la imposición para otros. «Por la forma en que se han hecho siempre las cosas en esta casa” –nos comenta el mayoral–, “dudo que haya habido algún tipo de imposición. Entendemos que este tipo de acciones suman y devuelven un poco ese contacto directo perdido del aficionado con el toro».
Entrando ya en materia de los toros que finalmente serán lidiados, Serio nos contó que «cada toro viene de un semental distinto, hay uno de ellos que es de inseminación artificial y que nos ilusiona especialmente, porque viene de un gran toro de Jandilla, y es una corrida que desde hace años tenía el sello de Madrid y para esto la hemos preparado. Incluso los toros que vinieron de la finca para completar la corrida son también eran cinqueños. Lástima que no hayan pasado el exigente filtro de Madrid para poder lidiar completa la corrida«.
