SAN ISIDRO DESDE EL BATÁN

El Capea cuenta lo sucedido en El Batán: le han quedado ‘a salvo’ sólo cuatro de los nueve toros que llevó


sábado 20 mayo, 2023

Los Espartales remendarán este sábado en Las Ventas el estropicio que El Batán causó en los toros de El Capea.

Toro Capea
Uno de los toros en los corrales de Las Ventas este sábado. © Plaza 1

A Pedro Gutiérrez Moya no le faltaba razón cuando pidió no llevar sus toros a El Batán. Sin embargo, la responsabilidad y su propia curiosidad como ganadero le llevaron a cumplir con este polémico prólogo ganadero, con un resultado lamentable para él, pues finalmente sólo cuatro toros, de los nueve que salieron de Espino Rapado, serán los que se lidien este sábado en Madrid.

A El Niño de la Capea le mueve la pasión por el toro bravo, del que es un perfecto conocedor. Por eso, nunca le sonó bien la idea de meter sus toros en un corral varios días antes de ser lidiados en Madrid. «A mí me dijeron que tenía que ir a El Batán y, en principio, me negué» –reconoció a Cultoro–. «Dije que mi toro no estaba preparado, no tiene la costumbre de estar en un corral. Mi toro vive en libertad total y, además, casi de manera individual, no como en otras ganaderías que viven en manada, porque en este encaste se pegan tanto que, cuando llegan a la edad adulta, los tengo que separar en pequeños grupos de dos, tres o cuatro toros. Les expliqué que este toro no tiene un manejo que los prepare para este tipo de situaciones y que el estrés que se les iba a causar podía ser perjudicial».

No obstante, el salmantino accedió a la solicitud de la empresa y trató de encontrar algo positivo del experimento. «Me entró la inquietud de que era una experiencia nueva para mi ganadería, pero desgraciadamente el resultado me ha dado la razón. Si hay que volver, o va a ser obligatorio a partir de ahora, tendremos que plantear un manejo diferente para los toros que vayan a Madrid, porque está claro que les ha afectado negativamente, al menos físicamente. Esta tarde veremos su comportamiento y lo evaluaremos también».

Sin embargo, cuando preguntamos al ganadero las razones de que se lidie la corrida incompleta, nos comentó: «No lo sé muy bien todavía, los toros volvieron a casa y he visto tres o cuatros perfectos, no tan desmejorados como me hablaban… todo ha sido muy raro. En principio envié siete toros, que tuvieron que separarlos en El Batán en dos corrales, de los que me rechazaron tres. Envié otros dos y también me los devolvieron. Así que sólo lidiaré cuatro (los otros dos, que remendarán la corrida, serán de Los Espartales). No entiendo por qué me los rechazaron, cuando he lidiado toros en Las Ventas con mucho menos trapío que estos en otros años y no pasó nada, al contrario, dieron éxito y la geste estuvo contenta«.

Pero ¿qué pudo haber afectado tanto a los toros de Capea y Carmen Lorenzo en El Batán? Dice el maestro salmantino que «en primer lugar, el toro hay que saber verlo en tres entornos: el campo, los corrales y la plaza. Si el que reconoce al toro no tiene la capacidad para verlo correctamente en estos tres entornos, es muy difícil que acierte con él. Después hay detalles pequeños pero que pueden ser definitivos. Entre ellos el agua, si el toro bebe un agua natural y de golpe se la cambiamos por otra tratada con cloro y otros aditivos, que son pensados para los seres humanos, el toro no la acepta tan fácilmente y tiene un estrés de líquidos que influyen muchísimo en el comportamiento después en la plaza. Aparentemente son pijadas, detalles mínimos, pero que se traducen al final en éxito o fracaso. El toro, a nivel de órganos, riñones, estómagos, intestino, es como un niño chico. No le puedes cambiar la alimentación y los hábitos de un momento a otro. Tenemos el ejemplo en nosotros mismos cuando la pandemia. Pasamos de la libertad total al confinamiento y casi nos volvemos locos. Al toro le hacemos lo mismo y estamos esperando que no les afecte», resume.

Finalmente, resignado nos cuenta que «de los cuatro que quedan hay un toro cinqueño y los otros tres cuatreños, abiertos de sementales. Y tengo la curiosidad de ver cómo reaccionan a toda esta situación. Ojalá puedan dar juego y el público salga contento».