CURIOSIDADES

La historia de Armando Ramírez, el banderillero que decidió hacerse fraile franciscano


sábado 27 mayo, 2023

Armando Ramírez “Bam Bam” tomó el testigo -entre otros- de Juan García Jiménez ‘Mondeño’, cambiando los trajes de luces por el hábito franciscano.

Banderillero Fraile
Detalle de un subalterno en Las Ventas y, a la izquierda, Ramírez. © Plaza 1 y Twitter

Es difícil ver cómo un banderillero cambia los capotes y los rehiletes por los hábitos religiosos, pero en ocasiones ocurren este tipo de casos. Hace algo más de una década, el prometedor banderillero Armando Ramírez , apodado en los ruedos como»Bam Bam», decidió retirarse de los toros para convertirse en religioso, una noticia que entonces cogió por sorpresa a los aficionados mexicanos -de donde es originario Ramírez- en un momento donde este joven banderillero se estaba consagrando en su país como una de esas promesas que tenía el toreo de plata.

Un hecho similar ocurrió el 30 de agosto de 1964 con Juan García Jiménez ‘Mondeño’; el matador de toros gaditano, ingresaba como fraile en el noviciado dominico de Caleruega (Burgos), un hecho que tuvo una gran repercusión social en el país. Un cambio de vida que no duró mucho tras dejar los hábitos en 1965 para volver a su profesión, reapareciendo en Marbella, el 3 de abril de 1966, junto a Paco Camino y Manuel Benítez El Cordobés. Una vez retirado de los ruedos en 1969, Mondeño fijó su residencia en París, que alternó con largas estancias en su casa de la localidad sevillana de Sanlúcar la Mayor, alejado del mundo taurino

Mondeño fue un torero que tomó la alternativa el 29 de marzo de 1969 en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla de manos de Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez. Fue una tarde muy especial, siendo el Domingo de Resurrección la fecha elegida y los toros de Raimunda Moreno de Guerra –la mujer de Carlos Núñez Manso los animales escogidos para aquella ocasión. Mondeño llegaba a esa tarde con un gran ambiente tras haber abierto la Puerta del Príncipe como novillero dos años antes.

Más sobre el caso de Armando Ramírez

Siempre ha existido una unión muy férrea entre la religión católica y el mundo de los toros, pero en honor a la verdad pocos han sido los personajes del mundo del toro que cambiaran su vida de una forma tan drástica. Han pasado más de 12 años y Armando Ramírez sigue siendo fiel a ese cambio de vida que en su día se atrevió a cambiar.

«Armando es un ser muy especial, y desde hace varios días lo notaba inquieto. Creo que al final ha tomado esta decisión después de meditarlo mucho, y el hecho de haber toreado un novillo en un festival aquí en la plaza de San Miguel El Alto, le sirvió para dar ese paso que nosotros respetamos», comentó Ramírez Montaño en el portal Al Toro México tras conocerse el corte de coleta de su buen amigo.

Este joven mexicano formó parte de la primera promoción de ‘Tauromagia Mexicana’, teniendo un par de amagos con debutar como novillero, pero sintiéndose más cómodo en las filas de los toreros de plata, lugar que únicamente abandonaría para convertirse en religioso. Su último paseíllo data del 3 de octubre de 2010, una tarde donde Alejandro Amaya se encerraba con seis astados en la plaza de toros de Tijuana, en una tarde muy especial para ambos.

«Me dijo que quería encontrar su espiritualidad, y que por eso se iba un tiempo«, comentaba nuevamente Ramírez Montaño en aquel lejano 2010. «No sabemos si esta decisión que tomó fue definitiva, pero un indicativo de que la cosa va en serio fue que regaló todas sus cosas de torear: vestidos, capotes, muletas y trajes cortos. Ahora únicamente el tiempo dirá que pasará con él. De cualquier manera, es un hombre joven y entusiasta que puede hacer lo que quiera». Una decisión que tomó en firme visto que pasan los años y sigue con su vida junto a Dios.

Una historia que ha vuelto a poner sobre la mesa Jaime Arenas Mendoza, coleccionista taurino peruano: «Armando Ramírez “Bam Bam” hoy sacerdote franciscano, fue uno de los mejores banderilleros mexicanos, pero bueno de verdad«, escribió en sus redes sociales el mes pasado. Un mensaje que sirvió para que buscáramos la historia de un banderillero que pasó de entregarse al toro, para hacerlo a Dios.