MADRID

El Niño de las Monjas va en serio


jueves 28 julio, 2022

El valenciano cuajó por el derecho al gran sexto de Toros Brazuelas al que cortó una oreja en una noche en la que demostró una gran disposición y entrega; Fernando Plaza exhibió seguridad y oficio con el peor lote y Calerito dejó buenos momentos al natural con los dos potables animales que sorteó.

Niño Monjas
El Niño de las Monjas, en un desplante. © Pablo Ramos

Calerito, Fernando Plaza y El Niño de las Monjas trenzaban el paseíllo, este jueves, en la cuarta de las novilladas nocturnas estivales en la plaza de toros de Las Ventas con un encierro de Toros de Brazuelas lidiándose en el primer coso del orbe. A las nueve de la noche arrancaba el festejo.

El palco le niega la oreja a Calerito en el primero

Serio por delante fue el primero, con el que pudo salirse Calerito a los medios para dejar dos verónicas de buen trazo, echando los vuelos por delante y recogiendo la embestida con una gran suavidad en los lances en los que el novillo colocó la cara. Con un quite por tafalleras en el que se quedó muy quieto se presentó Fernando Plaza. En banderillas, demostró el novillo su falta de fijeza, aunque siguió colocando bien la cara en el capote De Rafael Viotti. De rodillas y en los medios inició el trasteo Calerito, con pases cambiados por detrás, con los que consiguió llegar al tendido. Aunque necesitó un par de tandas para ajustarse, salieron a relucir las virtudes del novillo en una tanda por el pitón izquierdo, en la que el novillero se quedó quieto, en el sitio y se los pegó uno a uno. Después llegó una tanda en redondo por el derecho ante un animal que respondía y perseguía los vuelos colocando la cara. Siguió toreando con mucha colocación, renunciando a la ligazón por la condición del astado, pero llevándolo hasta el final en cada muletazo, con remates muy toreros y muy por abajo, exigiendo al animal. Finiquitó su labor por bernadinas y enterró una estocada contraria en la primera entrada.

La gran dimensión de Fernando Plaza se estrella con el imposible segundo

Seguridad y aplomo demostró Fernando Plaza desde el recibo capotero, aunque el cárdeno claro de Brazuelas no le permitiera excesivo lucimiento. Por gaoneras lo intentó en el quite El Niño de Las Monjas sin mucho éxito, tras un primer puyazo en el que se le pegó y mucho al novillo. Ya con la franela, se quedó muy quieto Fernando Plaza en el inicio por estatuarios ante un animal muy venido a menos, que se defendía, quedándose muy corto y obligando a tragar tela al novillero madrileño, que mostró una gran dimensión durante todo el trasteo. Se quedó siempre en el sitio y pisó terrenos muy comprometidos con una gran seguridad ante un animal de Brazuelas que no tenía finales. Cerró la faena con una tanda a pies juntos y no utilizó los aceros con acierto.

El Niño de Las Monjas, disposición y entrega ante el rajado tercero

El Niño de Las Monjas saludó al cuajado tercero en el tercio, un novillo algo justo de fuerzas, que perdió las manos en varias ocasiones en los primeros tercios. Se le pidió la devolución, pero no fue atendida. Tampoco dijo nada el novillo en el quite ni en el capote de David Esteve. Ya con la pañosa, se mostró con mucha disposición el valenciano ante un animal descastado y que buscaba las tablas sin disimulo. Lo sacó al tercio y no consiguió que le embistiera. Se los tuvo que dar uno a uno, colocándose y poniendo todo de su parte ante un animal que cada vez huía más la pelea y terminó en tablas. Falló a espadas y saludó una ovación.

Calerito, destacados pasajes al natural con el buen cuarto

Calerito recibió al cuarto tanteándolo, sin poder desplegar ese toreo a la verónica del que hizo gala en su primer turno. Lo dejó en largo el sevillano y se arrancó el de Brazuelas, empleándose en un gran puyazo de Manuel Jesús Ruiz. Más de lejos aún lo dejó en el segundo, echando el picador la vara por delante y completando un gran tercio de varas que le obligó a saludar con el castoreño. Buenos fueron los dos pares que clavó Rafael Viotti en banderillas. Con mucho empuje, persiguió los engaños el novillo en las primeras tandas, en las que intentó ajustarse con él Calerito sin conseguirlo del todo. Lo mejor llegó en naturales sueltos por el izquierdo en una faena en la que faltó mayor rotundidad ante un buen novillo que se vino a menos al final del trasteo. La espada cayó baja.

Fernando Plaza, sin opciones con el brusco quinto

El quinto no quiso ver el caballo, complicándose mucho la labor en varas. Finalmente fue David Prados, que guardaba la puerta, quien tuvo que picar al animal. En banderillas, acortó el viaje y se lo puso difícil a los de plata, que completaron el tercio con eficacia. De hinojos se echó el madrileño para iniciar la faena ante un animal que llevaba la cara a media altura, poniéndose muy áspero cuando tocaba las telas. De nuevo demostró el madrileño su oficio y solvencia, logrando tandas limpias por el pitón derecho, ya que el animal no le permitía mayor lucimiento. Finalizó a pies juntos dejando algún natural suelto que tuvo mucho gusto y enterró la espada al segundo intento.

El Niño de Las Monjas cuaja al buen sexto, al que le corta la oreja

A la puerta de los sustos se fue El Niño de Las Monjas con el sexto, demostrando el compromiso con la fecha y con la plaza. Lo toreó con garbo de salida y lo llevó al caballo por chicuelinas. Tras el quite por verónicas de Calerito, replicó el valenciano por tafalleras, demostrando una gran variedad con la capa. Tras brindar al público y montar la muleta, se descubrieron muy pronto las virtudes del bravo animal: repetición, humillación, codicia… Lo entendió el valenciano a la perfección, dejándole la muleta puesta para tirar de él con un trazo limpio, persiguiendo el animal los engaños con una gran transmisión por ambos pitones. Le dio el tiempo necesario entre tanda y tanda y lo toreó a placer, cuajándolo por el derecho y eligiendo de manera correcta el momento para irse a por la espada cuando el novillo comenzaba a echar la persiana. La tanda de cierre por el derecho fue el broche precio a la gran estocada, que le valió la oreja.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Novillada picada nocturna. Un tercio de entrada -7.092 espectadores-.

Novillos de Toros de Brazuelas. Tuvo humillación y nobleza, aunque le faltaron fijeza y prontitud al primero; descastado y sin finales el segundo; descastado y aquerenciado, buscó siempre el refugio de las tablas el tercero; bravo en el caballo el cuarto, completando dos grandes puyazos, mantuvo su acometividad en los primeros compases en la muleta, aunque se vino a menos al final; deslucido fue el quinto, que no quiso caballo y que llevó la cara a media altura en la muleta, pegando el derrote cuando tocaba las telas; tuvo repetición, acometividad y transmisión, aunque se vino abajo pronto.

Juan Pedro García “Calerito”, vuelta y ovación.

Fernando Plaza, palmas y ovación.

Jordi Pérez “El Niño de las Monjas”, ovación y oreja.

FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS

Galeria 25