Jairo Miguel, Ángel Sánchez y Adrien Salenc hacían, este lunes 15 de agosto, el paseíllo en la tradicional corrida del Día de la Paloma en Las Ventas con un encierro de Fuente Ymbro. El torero galo confirmaba su alternativa.
Un valiente y poderoso Adrien Salenc saluda una ovación en el toro de su confirmación
Violento y poderoso resultó el toro de la ceremonia, sin embargo ese poder lo usó para defenderse, pues nunca empujó con franqueza las telas ofrecidas por Adrien Salenc, que se puso con sinceridad y aplomo, a pesar de las tarascadas y tornillazos que tiraba al cuerpo el toro en cada embroque. Así llegó una violenta voltereta, que elevó al francés a tres metros de altura, afortunadamente sin consecuencias aparentementes. Y, una vez hizo presa, el manso quiso ir. Adrien volvió a dar la cara y arrancó algún muletazo de mucho mérito, antes de hundir el acero con educación. Una ovación valoró su esfuerzo.
Jairo Miguel enmienda la plana al final y saluda una ovación en el segundo
Completamente distinto fue el segundo, para Jairo Miguel, un toro que tuvo clase y calidad en la embestida, pero que pudo necesitar un trato más suave al comienzo de la lidia, uno que afianzara al toro y pudiera sacar todas las virtudes de su buena condición. No obstante, el extremeño apostó por un toreo poderoso y exigente al comienzo, que provocó algunas caídas del toro, algo que terminó traducido en viajes cortos, aunque humillados y prontos. Pero cuando los toques eran suaves y la muleta voló con delicadeza, las embestidas fueron completas y buenas de verdad. Una tanda de interés por derechazos al final de la faena fue lo más redondo de Jairo Miguel, que tras media espada y un golpe de descabello saludó una ovación.
El lastimado tercero deja sin opciones a Ángel Sánchez
Apuntó buenas cosas buenas el tercero, sobre todo la humillación, pero justo al comienzo de la faena de muleta el toro pareció lastimarse de una mano tras un pase de pecho y, después de haber so, comenzó a defenderse y a buscar las tablas, reducir el viaje y soltar la cara. Ángel Sánchez consiguió firmar algunos buenos pasajes, sobre todo al natural, pero poco más puedo hacer, aparte de dejar una buena estocada y escuchar silencio.
Desdibujada faena al cuarto de Jairo Miguel
El cuarto, aparte d ela prontitud, mostró poco a favor del espectáculo, pues nunca tuvo dos embestidas iguales, se quedó corto y se quiso colar en busca del cuerpo del torero, o simplemente descompuso sus embestidas. Con ese material, Jairo Miguel poco podía hacer, más que darle el mejor trato posible y poderle por abajo, aunque lo hizo de forma desigual. Intercalando algún muletazo de valor con otros más vulgares, hasta el punto de dividir las opiniones cuando quiso saludar una ovación.
El sincero toreo de Ángel Sánchez es premiado con una oreja en el quinto
Pronto llegó la ovación más sonora de la tarde con el quinto, pues el saludo del madrileño por verónicas a pie junto conjugó belleza estética, ajuste y compromiso. También lo tuvo el galleo por chicuelinas para llevar al toro al caballo. Aunque en la muleta poco pudo brillar, pues el toro se quedó sin fuelle y fue reduciendo el recorrido hasta quedarse parado. Sánchez supo qué hacer siempre, incluso después de la sorpresiva voltereta, no perdió el sitio, se plantó con firmeza y metido en los terrenos del toro fue extrayendo las pocas embestidas que tenía con mucha verdad, temple y decisión. Hubo varios muletazos buenos de verdad, un natural eterno, dos pases de pecho a cámara lenta, todos ellos de mucha exposición y lenditud. Además, entró a matar con la misma sinceridad, tan despacio y entregado que el espadazo valía por mi mismo la oreja que paseó.
La firme apuesta de Salenc se estrelló con la inmovilidad del toro sexto
Por mucha voluntad que puso le francés con el sexto, el toro se encargó de cerrar cualquier posibilidad de triunfo que no fuera por la heroica, ya que salió con el freno de mano puesto, muy agarrado al piso, y sólo acudió a la muleta de Adrien cuando el francés se apoderaba de su voluntad, con una decisión, un valor y una firmeza a prueba de bombas. Salenc pisó terrenos muy comprometidos, obligó al toro a pasar con mando y no sé inmutó con las escalofriantes miradas y parones del toro con los pitones en su barriga. De tanto apostar, se llevó una fortísima voltereta, que no le hizo rebajar la apuesta y volvió a la cara del toro con mucha verdad. Así robó muletazos de muchísimo mérito, pero de poco calado por la condición del toro. Mató bien y escucho una ovación como recompensa.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Las Ventas. Tarde calurosa. Menos de un cuarto de entrada.
Toros de Fuente Ymbro. Violento y con poder a la defensiva fue el manso primero; noble y con clase, que acusó un trato exigente y se quedó corto el segundo; apuntó virtudes como la humillación el tercero, pero se lastimó una mano y se puso a la defensiva; descompuesto y deslucido en cuarto; de embestidas cortas y deslucida el apagado quinto; parado y a la defensiva el sexto.
Jairo Miguel (blanco y plata), ovación y ovación.
Ángel Sánchez (espuma de mar y azabache), silencio y oreja.
Adrien Salenc (espuma de mar y oro), ovación y ovación.
Adrien Salenc confirmó con «Comisario», nº 3, cinqueño, castaño, de 512 kg.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
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