CAMPO BRAVO

¿Cuántos miles de euros cuesta criar un toro de lidia y cuánto ha subido hacerlo?


sábado 3 septiembre, 2022

La subida de las materias primas ha encarecido el alimento del ganado, lo que ha hecho que el precio del toro de lidia también ascienda.

Alcurrucen
Un toro de Alcurrucén el pasado invierno. © Pablo Ramos

En un artículo publicado por este medio hace algunos días hablábamos sobre el precio del toro de lidia en plazas como Madrid y la diferencia palpable entre la venta para festejo popular y para festejo en plaza. En dicho escrito se mencionaba también la subida de costes que había experimentado el toro bravo desde la pandemia hasta hoy en día. Sin duda el aumento de costes también derivado de la guerra de Ucrania ha repercutido sobremanera en los ganaderos.

Si un toro antes de la pandemia podría rondar los 5.000 euros, ahora, con todos los nubarrones que hay encima y con la ya mencionada subida de costes, poner a un toro rematado para una plaza como Madrid no baja de los 6500€/7000€. Por lo que, si nos ceñimos exclusivamente a seis toros para una plaza de máxima categoría como es la de Las Ventas, el coste de la corrida no debería bajar de los 50.000€/55.000€ para que el ganadero tuviera cierto margen de beneficio sobre dicha corrida.

Esta subida se puede cifrar en torno a un 25%, algo que por desgracia no se ve reflejado a la hora del precio que tiene hoy en día una corrida de toros. Es cierto que los ganaderos están midiendo muy bien los tiempos, apretándose el cinturón con nuevas fórmulas que les hagan reducir costes sin perder al bienestar de sus animales. Aquí vale lo mismo alimentar durante cuatro años a un toro de Zafra que de Madrid, es cierto que cuando llegan a cuatreños según la plaza los miramientos sean otros, pero los costes en un porcentaje altísimo son los mismos.

La subida de las materias primas ha encarecido el alimento del ganado, por lo hablar del gasoil, la luz y el salario mínimo. Pero la tormenta perfecta ha venido en un momento en el que la tauromaquia parecía remontar, de ahí que a muchos ganaderos el 2022 les pillara con el pie cambiado. Ahora se ha añadido el problema de la sequía, las ayudas no llegan y el agua cada vez escasea más, sin duda otra piedra más en la mochila de unos ganaderos que demasiado están aguantando.

El toro bravo no entiende de reducciones, no es como una fábrica de bolígrafos en los que puedes cortar la producción de un día para otro, aquí el ganado es el que es, no se puede eliminar vacas de vientre o toros para reducir costes. Ahora con todos estos problemas los ganaderos tienen que subir, como es lógico, el precio de los animales a lidiar, de lo contrario pierden el margen de beneficio y entran en pérdidas, algo insostenible a todas luces.

Las ayudas son escasas y si no fuera por el festejo popular muchas ganaderías hubieran echado el cierre. Hace falta una reestructuración de costes, un análisis de viabilidad del espectáculo, porque aquí el que siempre paga los platos rotos es el mismo. Muchos de ellos andan verdaderamente agobiados y sin ver una solución a largo plazo, como nos decía Salvador Gavira hace unos meses en una entrevista concedida a este medio «Al final a los ganaderos se nos pondrá cara de australianos y en vez de toros criaremos canguros«.