Allá por el año 2005, el ganadero de Fuente Ymbro, Ricardo Gallardo, ideaba junto a su equipo una funda que protegía los pitones de los toros para evitar que éstos se desgastaran o provocaran bajas en sus animales. Con el tiempo se fue perfeccionando la técnica hasta llegar al punto en el que estamos hoy en día.
Este problema lo han tendido los ganaderos desde que el mundo es mundo, de ahí que este invento evitara muchos quebraderos de cabeza a aquellos que se juegan su patrimonio en un proyecto como este. Desde 2005 hasta hoy han sido numerosos ganaderos lo que las han puesto, otros la desecharon e incluso algunos tras probarlas decidieron dejar de ponerlas.
Meter un toro en el mueco dos veces como mínimo es algo que no gustaba a muchos ganaderos, sin ir más lejos en los primeros años algunos temían que esas fundas afectaran al comportamiento del toro en la plaza, algo que también se puso sobre la mesa con el tema del corredero.
Con el tiempo se ha demostrado que no era así: el animal no acusa en la lidia haber tenido puestas las fundas, eso sí, hay que quitárselas con bastantes días de antelación para que se acostumbren a no tenerlas. Gracias a las fundas el animal mantiene integras sus defensas, algo que hace que el pitón quede impoluto para su lidia, de no tenerlas el propio desgaste del pitón les quita longitud e incluso alguno puede quedar inservible para la lidia.
Por ello, el hecho de enfundar los pitones es algo que ha sido muy beneficiosos para los ganaderos, no evita las muertes, pero sí las disminuye, amén de proteger del mencionado desgaste. Este avance en el tema de las fundas ha supuesto un paso adelante en la integridad de los animales.
Por último, recordamos el artículo en el que citábamos algunas de las ganaderías que siguen sin enfundar pitones hoy día.