Dentro del escalafón hay una serie de hombres de oro y de plata que este año han decidido despedirse de la profesión, ya sea por una lesión, por falta de ilusión o por edad. En los últimos días, además de José Antonio Carretero, hay que destacar el nombre de Mario Herrero, picador que el pasado sábado se iba sin decir adiós tras picar al toro que le tocó en suerte.
Son muchas las historias que hay detrás de estos hombres los cuales tienen una afición desmedida por el mundo del toro, algo que les hace aguantar años y años con el petate de la Fiesta a su espalda. En el caso de Mario Herrero llama más la atención por el silencio que tuvo ese adiós: el picador de dinastía lo hizo sin llamar la atención, sin un protagonismo que no quiso tomar el sino su matador.
Picó al cuarto de la tarde, toro que correspondía al diestro madrileño José Ignacio Uceda Leal, torero que hizo lo más destacado del festejo. «El picador Mario Herrero se ha despedido de los ruedos este sábado en Las Ventas en sumo silencio. Tanto es así que me he enterado hoy. Toda una vida dedicada al toro. Enhorabuena, Mario. Te recordaremos con mucho cariño y admiración», escribía la periodista Vanessa Santos Linares el pasado lunes en sus redes sociales.
Sin duda el adiós de un hombre de oro que ha dignificado su profesión y que una vez finalizada su campaña europea ha decidido poner pie a tierra y descansar tras tantos años como picador.
El picador Mario Herrero se ha despedido de los ruedos este sábado en Las Ventas en sumo silencio.
Tanto es así que me he enterado hoy. Toda una vida dedicada al toro.
Enhorabuena, Mario. Te recordaremos con mucho cariño y admiración. pic.twitter.com/PECrO0ozhg
— Santos Linares (@vsantoslinares) October 10, 2022
«Gran piquero y también pertenece a una dinastía de hombres de castoreño», comentaba en dicha red social Alfonso Ibarra, reconocido aficionado, el cual estuvo presente en los escaños venteños aquella tarde del pasado sábado 8 de octubre con la corrida de El Puerto de San Lorenzo.
Siempre es difícil decir adiós, pero son tiempos en los que hay que dejar paso a las nuevas generaciones, ese relevo que viene apretando por detrás y que busca llegar al sitio conseguido por Herrero todos estos años. Sin duda no todo fue de color de rosas, esta profesión es muy dura y tiene grandes sinsabores, pero a la larga, merece la pena todo lo sufrido por una tarde de gloria.
Hace unos días se Carretero se cortó la coleta en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla, ahora Herrero dice adiós sin abrir la boca. Son dos formas diferentes de quietarse de la profesión, ambas muy válidas, pero las cuales dejan a las claras los diferentes caminos que se pueden llegar a tomar para decir adiós.