El matador de toros madrileño Fernando Robleño y el que hasta ahora era su apoderado, Ángel Guzmán, han decidido de mutuo acuerdo poner fin a la relación de apoderamiento que les unía en las últimas temporadas, según ha manifestado el propio torero a la redacción de Cultoro, deseándole la «mejor de las suertes» al que ha sido su mentor hasta ahora y emprendiendo así un nuevo camino en la búsqueda de un hombre de despachos.
Fernando Robleño es uno de esos toreros curtidos en mil batallas, un torero que, pese a estar acartelado en corridas duras nunca se ha salido de su camino, ese que se marcó hace años y por el que lucha a diario. Tras su gran tarde del pasado mes de septiembre en Madrid, ha conseguido entrar en plazas de importancia y en carteles con interés para el aficionado. Aquella faena al exigente toro de Escolar le ha servido para volver a sacar la cabeza, para decir que sigue al pie del cañón y con la ilusión intacta.
El pasado fin de semana afrontó el compromiso Zaragoza, otra plaza de primera que vio a uno de los triunfadores del año en Las Ventas.