Esperaba Alfonso Cadaval la tarde del próximo 29 de octubre como un niño el Día de Reyes. Contaba los días para trenzar el paseíllo en la plaza de toros de Ubrique. El sevillano encontraba al final de temporada un premio a su triunfo en Sevilla, ese que le haría acartelarse junto a José Antonio Morante de la Puebla y Pablo Aguado en el último gran cartel de la temporada europea.
Tras cortarle una oreja a «Chismoso», de la ganadería de Santiago Domecq en la pasada preferia sevillana, el diestro hispalense veía como pese a ese triunfo el teléfono de su apoderado no sonaba, los empresarios de las distintas plazas, ni siquiera con una oreja cortada, llamaban para anunciarlo en sus ferias. Alfonso siguió con su preparación esperando esa oportunidad que se había ganado.
Finalmente, allá por el mes de agosto, se empezó a gestar un cartel que esta vez sí podría en el escaparate a un torero que nunca perdió la fe pese a los sinsabores de una profesión muchas veces dura e injusta. Una vez anunciado el cartel todos los esfuerzos se pusieron en ese 29 de octubre. Pero el infortunio hizo que todo se fuera al traste: una lesión tras estoquear un toro a puerta cerrada ha dejado en el dique seco a un torero que ve como esa oportunidad habrá que dejarla para más adelante.
Alberto de la Peña, apoderado de Alfonso Cadaval: «El palo ha sido muy gordo»
Tras conocer el percance sufrido, este medio ha querido hablar con su apoderado, Alberto de la Peña, que nos atendió en la tarde de ayer para contarnos lo sucedido: «Alfonso está anímicamente reventado; para él la tarde de Ubrique era como un Domingo de Resurrección o una Beneficencia, iba a torear con dos figuras, una ganadería de vitola y encima con la televisión de por medio, el palo ha sido muy gordo».
Un percance que ha venido en un momento en el que volvía a recobrar la ilusión: «Bueno, la ilusión nunca la perdió. Alfonso es un chico muy positivo, confía mucho en sus cualidades, pero también es cierto que tras cortar una oreja en Sevilla esperábamos que sonase el teléfono, desgraciadamente solo sonó para propuestas que era imposible aceptar. Es duro para un torero ver que cortar una oreja en Sevilla no vale prácticamente de nada, por eso el festejo del 29 lo era todo para él, era la oportunidad perfecta para volver al escaparate» nos comentaba Alberto de la Peña.
Un percance que pudo costarle la vida, momentos de angustia los vividos en plena ruta del toro: «Lo peor ya ha pasado, pero sí, el golpe fue muy fuerte y de ser más certero podríamos estar hablando de otra cosa. Es un lugar muy delicado y el daño podría haber sido irreversible. Dentro de lo malo lo puede contar, no va a tener problema en volver a los ruedos, pero nos asustamos una barbaridad».
Un percance que se produjo preparándose para una cita clave para el sevillano: «Se ha estado preparando intensamente todo el año, bien es cierto que una vez que supimos de este cartel se apretó algo más el acelerador. Fue matando un toro a puerta cerrada, tras entrar a matar el toro le dio un porrazo muy gordo, cayó al suelo y ahí fue cuando le dio el golpe en la zona cervical y del cuello. En un principio se levantó para volver a matar al toro, creíamos que solo había sido un susto, pero empezó a marearse y sentirse indispuesto, ahí es cuando nos preocupamos de verdad. Le había salido un bulto muy feo en la zona del golpe, emprendiendo viaje hacia Sevilla para que fuese explorado en el hospital».
Un percance que pudo ser fatal, dentro de todo lo malo afortunadamente puede contarlo: «Le damos gracias a Dios porque pudo producirse una desgracia. Fue atendido en el Servicio de Urgencias de Traumatología del Virgen del Rocío de Sevilla, allí se le diagnosticó fractura de la primera vértebra cervical (atlas), extendiéndose el trazo de fractura hasta el agujero de conjunción por donde discurre la arteria vertebral izquierda. Se le realizó un TAC de cráneo y cervicales más angioTAC de cuello descartándose lesión vascular, algo que de darse hubiera sido fatal».
Ahora únicamente queda recuperarse, ver el lado positivo a todo esto y pensar ya en un 2023 una temporada que debe venir acompañada de esas oportunidades que no le dieron este año: «Alfonso sabe que todo pasa por algo, pese a que ahora anda triste y algo bajo de moral seguro que poco a poco recobrará la ilusión. Pese a la gravedad está todo en orden, esta lesión le obligará a estar con inmovilización cervical durante un tiempo, la evolución será lenta pero no tenemos prisa. Aún está pendiente un nuevo estudio radiológico para ver su evolución, por el momento reposo y seguir los pasos marcados por los médicos».
Un percance que obligará a la empresa organizadora del festejo a buscar un sustituto para el próximo 29 de octubre al tener que estar el sevillano de baja unas 3-4 semanas si todo va en plazos. Un revés para un torero que tenía todas las ilusiones puestas en esta cita en Ubrique. Dentro de la mala suerte podrá preparar el invierno sin problemas y estar a punto para el comienzo de un nuevo año en el que espera poder tener mayores oportunidades.